La venda socialista para Ibercoop

El 25 de febrero de 1994, Ram¨®n Espinar, consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, y Eduardo Albarrac¨ªn, interventor general, publicaron juntos un art¨ªculo en el diario EL PA?S, titulado Ley de Subvenciones.Ambos, personas en puestos claves para el control de la gesti¨®n del gasto p¨²blico en la Comunidad, expon¨ªan los principios y fines de la ley, propuesta entonces por el Gobierno socialista.

Se trataba de "mejorar el control interno de la Administraci¨®n que concede las subvenciones, desde el punto de vista legal, de eficacia y medici¨®n del cumplimiento de objetivos".

Terminaban diciendo que la elaboraci¨®n de la ley hab¨ªa costado a?o y medio de trabajo y constante colaboraci¨®n de funcionarios y cargos p¨²blicos, y, "con estas medidas y no con palabras, el Gobierno regional se sit¨²a a la vanguardia de las administraciones p¨²blicas del Estado, con el objetivo de que m¨¢s de 80.000 millones de pesetas tengan un uso y una gesti¨®n absolutamente transparente".

En aquel entonces, el art¨ªculo me llam¨® la atenci¨®n. Resultaba llamativo el contraste entre el contenido poco t¨¦cnico, escasamente riguroso, politizado y triunfalista, y los puestos que ocupaban ambos firmantes.

Hoy, ocho meses despu¨¦s, con el caso Ibercoop sobre la mesa, las informaciones y noticias han venido a revelar la clara intenci¨®n del art¨ªculo. Pretend¨ªa cubrir con una ambiciosa declaraci¨®n de intenciones (a las propuestas del proyecto de ley las llaman "medidas y no palabras") las insuficiencias y carencias en la aplicaci¨®n de los instrumentos de control de las subvenciones, de los que ellos resultan ser los m¨¢ximos responsables.

Parece necesario decir a estos cualificados miembros del actual Gobierno regional lo que seguramente saben. No hace falta una ley para el control del gasto en subvenciones y ayudas. Existen suficientes instrumentos formales. El buen funcionamiento y la eficacia en el control dependen en gran parte de la voluntad de los responsables.

No podemos dudar de que la Administraci¨®n auton¨®mica dispone de los elementos b¨¢sicos para Cumplir con la gesti¨®n de los diferentes programas de ayudas a empresas.

-Por una parte, capacidad de definir, establecer e instrumentar los ¨®rganos gestores internos para tramitar y aprobar las solicitudes de subvenciones, analizando la documentaci¨®n ex?g?da con objetividad y rigor.

- Por otra parte, los ¨®rganos interventores y de control tienen que actuar a posterior? para verificar la aplicaci¨®n de los recursos p¨²blicos a los fines privados propuestos. As¨ª, la Intervenci¨®n General de la Comunidad de Madrid, por s¨ª misma o contando con apoyo externo, tiene que cumplir la funci¨®n de fiscalizaci¨®n que le es propia.

A la vista del art¨ªculo en cuesti¨®n y del caso Ibercoop, parece que ha existido, al menos, trato de favor para un grupo de entidades y sociedades y un da?o patrimonial para las arcas p¨²blicas de la Comunidad de Madrid: decisiones administrativas que vulneran la norma por la que se deben regir, probada relaci¨®n societaria del director general de Empleo con los responsables de la trama de empresas del caso Ibercoop y un c¨²mulo de irregularidades que revelan un alto grado de descontrol interno.

El problema est¨¢ centrado en varias de las personas que ocupan puestos de alto nivel por razones pol¨ªticas y de amistad, y cuya profesionalidad al servicio de la Administraci¨®n p¨²blica regional cabe poner en duda.

En resumen, si se llegan a poner de manifiesto con claridad en la comisi¨®n de investigaci¨®n abierta por la Asamblea regional conclusiones que demuestren las irregularidades denunciadas por el Grupo Popular, no puede escudarse el Gobierno socialista de la Comunidad de Madrid en ser "vanguardia de las administraciones p¨²blicas para el control de las subvenciones concedidas"; m¨¢s bien deber¨ªa dar la cara y depurar las responsabilidades pol¨ªticas y, en su caso, jur¨ªdicas que se deriven de este caso.

Conviene resaltar que en la fecha de publicaci¨®n del art¨ªculo mencionado, febrero de 1994, el interventor -recu¨¦rdese que es autor y firmante del citado art¨ªculo- hab¨ªa elaborado una auditor¨ªa sobre la concesi¨®n de subvenciones por la Direcci¨®n General de Empleo de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa, en la que se recogen grav¨ªsimas irregularidades: tramas de empresas que obtienen subvenciones y realizan trabajos cuyos importes cobran pero cuyos ingresos contables en cada una de ellas no se registran, personas con relaciones intersocietarias, socios comunes situados en diferentes ¨¢mbitos de las actuaciones de la trama y un largo etc¨¦tera.

Cabe preguntarse qui¨¦n conoc¨ªa desde esa fecha esta grav¨ªsima situaci¨®n. Cuanto menos parece que el avezado consejero de Hacienda ha querido, con la presentaci¨®n de la ley y el art¨ªculo publicado en febrero de 1994, ponerse la venda antes de que le saliera la herida.

La herida del caso Ibercoop, que el PP no va a permitir que se cierre en falso.