Cena con el presidente
Felipe Gonz¨¢lez sorprendi¨® en privado a los empresarios e intelectuales catalanes que compartieron mesa con ¨¦l
No se sabe a ciencia cierta qui¨¦n sali¨® m¨¢s satisfecho, si el seductor o los seducidos. La cena ofrecida el jueves por el industrial Pere Duran Farell al presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, y a un escogido grupo de significativos intelectuales y empresarios de Barcelona cumpli¨® con creces los objetivos: Gonz¨¢lez se fue m¨¢s que satisfecho por haber "conectado con el pa¨ªs real" en un clima en el que "hay una gran facilidad para la comunicaci¨®n", seg¨²n confi¨® a algunos.Los invitados al ¨¢gape fueron los intelectuales Josep Mar¨ªa Castellet y Emili Giralt; Enric Argulloll (rector de la Universitat Pompeu Fabra, a la que muchos ven como la m¨¢s mimada por la Generalitat), y los empresarios y financieros Josep Vilarasau (La Caixa), Joan Molins (C¨ªrculo de Econom¨ªa), Antoni Alguer¨® (Fomento), Antoni Negre (C¨¢mara de Comercio) y Carles Sumarroca (uno de los fundadores de Converg¨¨ncia). Una cena amigable en la que hubo agradables descubrimientos mutuos. Incluso los m¨¢s esc¨¦pticos, al margen de las discrepancias esgrimidas en la tertulia, salieron comentando el "coraje del presidente".
Se habl¨® de todo y de nada en particular. Gonz¨¢lez contest¨® a todas las preguntas. Econom¨ªa, pol¨ªtica, convivencia... No hubo mucho tiempo para profundizar pero s¨ª para sorprender. Por ejemplo, cuando Gonz¨¢lez defini¨® a Jordi Pujol como "uno de los pocos animales pol¨ªticos que he conocido, en el buen sentido de la palabra. En otro contexto me recuerda mucho a Kohl".
Los asuntos econ¨®micos ocuparon la mayor parte del encuentro. Se habl¨® de Seguridad Social, d¨¦ficit p¨²blico, cotizaciones sociales, reforma laboral, reactivaci¨®n y privatizaciones. La propuesta lanzada previamente en su conferencia de "facilitar la creaci¨®n de grupos industriales privados del tama?o necesario para moverse en condiciones competitivas en el nuevo marco global de la econom¨ªa" despert¨® un vivo inter¨¦s. Especialmente cuando apunt¨® la idea de que el capital, privado puede "tornar el relevo" de la empresa p¨²blica.
Gonz¨¢lez desarroll¨® algo esta iniciativa en la sobremesa, despu¨¦s del foie con setas y el marisco. Para ¨¦l ser¨ªa ideal que en las privatizaciones de grandes empresas, adem¨¢s de inversores particulares, participasen los grupos industriales. Ello permitir¨ªa sustituir los actuales gestores por nuevos equipos m¨¢s din¨¢micos.
Es decir, se tratar¨ªa de aprovechar la privatizaci¨®n para sustituir la tecnoestructura de las empresas. Alg¨²n comensal discrep¨® recordando que en muchas empresas los grandes cambios se hab¨ªan producido sustituyendo ¨²nicamente al responsable m¨¢ximo y reorientando la compa?¨ªa.
Tambi¨¦n se habl¨® de Catalu?a y de convivencia. Gonz¨¢lez sab¨ªa de qu¨¦ hablaba: explic¨® que ten¨ªa un hijo estudiando desde hace dos a?os en Barcelona y nunca le hab¨ªa comentado que hubiera padecido ning¨²n problema ling¨¹¨ªstico.
El propio presidente estaba muy satisfecho del encuentro improvisado despu¨¦s de su conferencia. Fue un acto, coment¨® a sus contertulios, con un clima muy distinto al que podr¨ªa encontrarse en algunas otras partes de Espa?a porque siendo un p¨²blico, en principio no identificado con su ideario, mantuvo una actitud de deferencia y predisposici¨®n al di¨¢logo, sin crispaciones.
Durante la cena no se habl¨® de Javier de la Rosa ni de Mario Conde y s¨®lo se hizo una alusi¨®n Aznar. En el campo de la reforma laboral, el presidente se encontr¨® con m¨¢s resistencias y discrepancias. Los empresarios se resisten a admitir la tesis de Gonz¨¢lez: "La reforma laboral ya est¨¢ hecha legalmente, ahora les toca a ustedes aplicarla".
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