Anticipo a las fiestas
La selecci¨®n cierra con triunfo un a?o de ¨¦xitos espa?oles y Stoichkov abre el cap¨ªtulo de homenajes
?Que corra el cava! Acabadas las batallas del a?o, descansados los combatientes, el mundo del deporte se dedica a los balances y las celebraciones. Y el f¨²tbol espa?ol, con muchos motivos.El triunfo en B¨¦lgica de los muchachos de Clemente el s¨¢bado pasado fue el primer refrendo. La selecci¨®n espa?ola es una de las pocas de los pa¨ªses hist¨®ricos del f¨²tbol que mantiene la relaci¨®n tradici¨®n-triunfo. En tiempos de pa¨ªses emergentes, rupturas de esquemas y decadencia de lo consolidado ya se puede empezar a dudar si colocar a Espa?a en el cap¨ªtulo de la excepci¨®n que confirma la regla o en el pelot¨®n de los sorprendentes. Clemente prefiere hablar de tensi¨®n e ilusiones. Enterrado el Mundial de Estados Unidos hay que pensar en la Eurocopa o, como el propio t¨¦cnico vasco, en el Mundial de Francia 98. Mientras, contin¨²a abierto. el debate sobre si existe un estilo propio, compendio de los valores del f¨²tbol espa?ol, posici¨®n que gana adeptos, o si la selecci¨®n simplemente afronta cada partido pendiente de las debilidades del rival.
Otro refrendo al f¨²tbol espa?ol, y en concreto a una Liga que gana puntos en la carrera por ser la mejor del mundo, ha empezado a llegar v¨ªa premios. Poco importa la debacle en la Copa de la UEFA. El campe¨®n de Liga, el Barcelona, hace tambi¨¦n de l¨ªder internacional. Los ¨²ltimos d¨ªas est¨¢ viendo c¨®mo dos de sus extranjeros empiezan a acaparar laureles. Ayer fue el brasile?o Romario, reconocido por la revista francesa Onze mejor jugador del mundo de 1994. Hoy le toca el turno a su compa?ero en la delantera, el b¨²lgaro Hristo Stoichkov, que recoger¨¢ en Par¨ªs el Bal¨®n de Oro, el trofeo m¨¢s prestigioso al que puede aspirar un futbolista europeo. O sea, Espa?a se ha convertido en la residencia de los mejores.
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