Cinco sem¨¢foros en rojo y una multa
La mano del conductor del ex presidente de Banesto, Mario Conde, estuvo demasiado tiempo reposando en el tirador de la puerta del gran BMW del banquero. El ch¨®fer -un mocet¨®n embutido en un terno azul marino acompa?ado de corbata estampada en tonos amarillos- se mantuvo en esa posici¨®n de alerta m¨¢s de media hora. Una legi¨®n de c¨¢maras esperaba la salida de Conde de la Audiencia Nacional a la hora de comer. Un periodista comentaba: "Seguro que va al despacho, que est¨¢ ah¨ª al lado". Incluso dos currantes de mono de una empresa de mudanzas ve¨ªan el espect¨¢culo:-?Sabe usted qui¨¦n tiene que salir?
-Alg¨²n probe ser¨¢, -dijo uno (le ellos-, nosotros estamos aqu¨ª por si nos cae algo, je, Je.
El limp¨ªsimo BMW azul marino ocup¨® el segundo carril (le la calle de G¨¦nova -tiene tres- y oblig¨® a los conductores a apretarse en una ¨²nica v¨ªa hasta que la Polic¨ªa Municipal rob¨® un carril a los que sub¨ªan por G¨¦nova desde Col¨®n. Un agente, que puso una multa al autom¨®vil, estaba esperando una gr¨²a. Dos coches policiales estaban preparados para perseguir al ex presidente de Banesto. Mario Conde sali¨® de la Audiencia a las 15.00 horas, entre un fragor de destellos.
Cortinillas laterales
El coche -equipado con cortinillas laterales y traseras que imped¨ªan ver a sus ocupantes- sali¨® como una exhalaci¨®n Castellana arriba. Y sus dos perseguidores, tambi¨¦n. La gr¨²a lleg¨® demasiado tarde. La silueta del banquero se adivinaba en la ventanilla izquierda. El giro tras pasar el Bernab¨¦u fue tranquilo, pero el coche de Mario Conde se salt¨® cinco sem¨¢foros en rojo seguidos al subir por Padre Dami¨¢n. Los apuros de sus perseguidores eran evidentes.
Tras un par de giros veloc¨ªsimos, el autom¨®vil se col¨® en un port¨®n blanco del n¨²mero 63 de la calle de Triana, cerca de Alfonso XIII, en la casa de Conde. Apenas hab¨ªa transcurrido un cuarto de hora desde que el coche abandonara la Audiencia: las 15.18. El protagonista desapareci¨® en su chal¨¦ pintado en gris. El coche, con todas las portezuelas abiertas, parec¨ªa presto a salir en cualquier momento. Lo hizo a las 16. 10. El ex banquero tuvo que dar cuenta del almuerzo con rapidez. A las 16.25, el BMW fren¨® ante la nube de periodistas de G¨¦nova.
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