El alcalde se atrinchera para impedir la entrada de funcionarios al pleno

LARA OTERO Trinchera contra funcionarios cabreados. La sede del Gobierno municipal de Madrid se convirti¨® ayer en un b¨²nker rodeado de polic¨ªas municipales y vallas para evitar que los trabajadores municipales repitiesen el altercado ocurrido hace 15 meses cuando unas 300 personas asaltaron la Casa de la Villa durante un conflicto laboral: cuatro polic¨ªas heridos y dos cristales rotos. Pero las medidas de seguridad no se quedaron a las puertas de la casa consistorial.

Los periodistas fueron registrados antes de entrar al pleno de ayer, los representantes sindicales con invitaci¨®n para asistir a la sesi¨®n tuvieron que negociar para acceder a la sala y al menos tres polic¨ªas municipales fueron camuflados como informadores. El motivo de las protestas de los funcionarios es el incumplimiento por parte del alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, del preacuerdo salarial firmado el 15 de noviembre entre el concejal de Personal, Antonio Moreno, y las tres de las cuatro centrales sindicales con representaci¨®n en el Ayuntamiento.El regidor arguye que ese acuerdo es ilegal porque establece una subida de salarios superior al 3,5% (m¨¢ximo que marcan los Presupuestos Generales del Estado). El pleno de ayer, salpicado de petardazos en las inmediaciones de la Casa de la Villa, debati¨® una propuesta del concejal de IU Franco Gonz¨¢lez para que se asumiese ese acuerdo, puesto que considera que se puede cumplir lo firmado con un aumento del 3,5% en el total del presupuesto de personal. Los funcionarios municipales cobrar¨¢n de momento un 3,5% m¨¢s en la n¨®mina de enero.

El PP respondi¨® enarbolando una sentencia del Tribunal Superior de Justicia que desestimaba un recurso de un sindicato contra el decreto del alcalde que retiraba la tercera paga extra pactada en el convenio. En realidad, el tribunal se limitaba a no apreciar indicios de que se hubiese vulnerado la libertad sindical.

Tras el rechazo del PP a la moci¨®n de Gonz¨¢lez, los siete sindicalistas -que hab¨ªan conseguido acceder al sal¨®n de pleno tras un tenso tira y afloja- abandonaron sus asientos y se dirigieron al patio de Cristales (antesala del pleno) donde formaron con las letras de sus camisetas la palabra Pinocho (el apodo que le han puesto al alcalde).

Se dispon¨ªan a hacer declaraciones ante los medios de comunicaci¨®n, pero un par de concejales del PP y el director de servicios de la Polic¨ªa Municipal ordenaron su desalojo.

El concejal de Seguridad, Carlos L¨®pez Collado, neg¨® que hubiese dado ¨®rdenes de registrar a los informadores ni de que se camuflase a polic¨ªas como period¨ªstas. "Lo que pasa es que ten¨¦is prejuicios contra la polic¨ªa", ijo. El sindicato anunci¨® por la tarde que presentar¨¢ una denuncia contra L¨®pez Collado por abuso de autoridad y una pregunta a la delegada del Gobierno para aclarar si los polic¨ªas municipales tienen autorizaci¨®n para realizar labores sin uniforme distintas a la vigilancia de ordenanzas. A pesar de los corrillos y los petardos, el pleno trat¨®, entre otros, los siguientes asuntos.

Presupuestos de 1995. Los votos del PP ratificaron ayer definitivamenten los presupuestos para 1995. El equipo de Gobierno introdujo una modificaci¨®n para destinar 500 millones m¨¢s al Consorcio de Realojamiento de Poblaci¨®n Marginada.

Aborto. El PP rechaz¨® una propuesta de IU (apoyada por el PSOE) para que se utilice el centro quir¨²rgico de la calle de Montesa para practicar abortos legales. El edil de Sanidad, Sim¨®n Vi?als, lo rechaz¨® con argumentos de competencia sanitaria, y el alcalde remat¨® la faena de su concejal con una frase radical: "Mientras yo sea alcalde no se har¨¢n abortos en el Ayuntamiento".