Banesto, retorno a la normalidad
HOY SE cumple un a?o de la intervenci¨®n de Banesto y la destituci¨®n de su consejo de administraci¨®n por parte del Banco de Espa?a. La intervenci¨®n en s¨ª constituy¨® el episodio m¨¢s destacado de la historia reciente del sistema bancario espa?ol y cerr¨® un periodo salpicado de problemas de gesti¨®n y de crisis parciales cerradas en falso y premonitoras del desenlace final.A estas alturas, con Mario Conde y Arturo Roman¨ª -los ex n¨²meros uno y dos de la entidad- en prisi¨®n, parece una redundancia decir que la intervenci¨®n fue necesaria. ¨²nicamente cabe preguntarse por qu¨¦ no se hizo antes, sobre todo cuando parece claro que el Banco de Espa?a dispon¨ªa de datos suficientes para conocer la situaci¨®n alarmante que atravesaba Banesto. En cualquier caso, la informaci¨®n conocida sobre las irregularidades de todo tipo, la degradaci¨®n del saneamiento de la entidad y los intentos de huida hacia adelante aconsejaba atajar el deterioro por la v¨ªa m¨¢s expeditiva y eficaz al tiempo que menos costosa.
La informaci¨®n aflorada despu¨¦s ha puesto de manifiesto la existencia de numerosas carencias en el control y supervisi¨®n de determinadas operaciones financieras. Tambi¨¦n se plantean dudas sobre la eficacia de algunos organismos de control externo, como la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. Sin embargo, parece que el banco cumpli¨® sus obligaciones burs¨¢tiles con la citada comisi¨®n presentando informaci¨®n suficiente sobre su situaci¨®n. Otra cosa es que esa informaci¨®n, como se demostr¨® despu¨¦s, no fuera fiel a la verdad, lo que deber¨ªa ser considerado como un nuevo enga?o a la hora de enjuiciar a los ex responsables.
El a?o transcurrido desde la intervenci¨®n ha dado para mucho. La venta de la entidad, tras su reflotamiento con la participaci¨®n de los otros grandes bancos y del propio Banco de Espa?a a trav¨¦s del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, fue sin duda el hecho m¨¢s destacado. De la venta hay que decir que se realiz¨® con transparencia. El proceso de valoraci¨®n fue correcto, tanto desde la perspectiva de los accionistas como de los intereses generales. Tambi¨¦n lo fue la subasta, en la que el Banco de Santander result¨® ganador.
Los nuevos gestores de Banesto han conseguido clarificar el oscuro entramado de las operaciones especiales montado por Conde y han demostrado que con una dedicaci¨®n a la banca tradicional (zapatero, a tus zapatos), la entidad puede recobrar a corto plazo su normalidad. Los datos que hoy adelanta este peri¨®dico son elocuentes: este a?o perder¨¢ en tomo a 12.000 millones, cuando de no mediar la intervenci¨®n habr¨ªa perdido 55.000. Asimismo, ha conseguido reducir la morosidad a cifras m¨¢s normales, (del disparatado 36,5% de final de 1993 al 17% actual.
Mientras Banesto intenta recuperar el tiempo perdido, el personaje que lo llev¨® al borde de la ruina ha tenido que hacer frente a sus responsabilidades. Quien, como Mario Conde, pretendi¨® pasar por modelo de una nueva generaci¨®n empresarial ha quedado reducido a prototipo de una nueva forma de picaresca de guante blanco. Hay que reflexionar sobre el ascenso y ca¨ªda en picado de un hombre que hizo lo que se le antoj¨® en el banco que administraba en representaci¨®n de los accionistas, privando a muchos de ¨¦stos de los ahorros de toda la vida.
Pero no puede pasarse por alto otro aspecto de la cuesti¨®n. La crisis de Banesto, imputable enteramente a Conde y a su equipo, debe servir tambi¨¦n de elemento de reflexi¨®n sobre la facilidad con que se crearon las condiciones favorables a causa de la pol¨ªtica de los Gobiernos socialistas. Esa permisividad propici¨® la generaci¨®n y el crecimiento de un capitalismo rampl¨®n y con pies de barro como el que muestra el caso de Conde y su gesti¨®n en Banesto.
Alrededor del caso hay que destacar, por ¨²ltimo, la buena imagen que ha dado el Parlamento. La comisi¨®n parlamentaria para el seguimiento del caso Banesto ha realizado una labor encomiable. Ha, dado una imagen de unidad que ha sobrepasado los intereses partidistas, lo que debe servir de ejemplo para otros frentes abiertos en el arco pol¨ªtico. Y su trabajo ha constituido un material de primer orden para las labores de investigaci¨®n del ministerio fiscal y del juez. El dictamen de la comisi¨®n fue la primera sentencia contundente dictada sobre la gesti¨®n de Conde, justo en el momento en que ¨¦ste intentaba reconstruir su imagen y poco antes de que el juez Garc¨ªa-Castell¨®n dictara el auto que ha dado con sus huesos en la c¨¢rcel al a?o de la intervenci¨®n.
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