Heroica victor¨ªa del Madrid

Zeljko Obradovic le ten¨ªa aut¨¦ntico pavor al partido. Tem¨ªa el desplome psicof¨ªsico de sus hombres. Sus malos presentimientos estaban sustentados por razones de peso. Ante el Salamanca, el Real Madrid disputaba su partido n¨²mero 11 en diciembre -ma?ana, ante el Joventut, cerrar¨¢ el agotador ciclo- Y, lo que es peor, representaba, tras el Torneo de Navidad, su cuarto choque en cinco d¨ªas. Apenas 48 horas antes, los madridistas se med¨ªan a Yugoslavia. Palabras mayores.Pero el Real Madrid pod¨ªa presumir de mayor variedad en su lista de problemas. Afrontaba el choque sin los lesionados Lasa -Ant¨²nez lleva un mes machac¨¢ndose 40 minutos por partido-, Kurtinaitis y el griposo Santos, que se visti¨® de corto pero no pudo jugar. Hasta Sabonis ten¨ªa un tobillo maltrecho.

El panorama, desolador, invitaba al Salamanca a echarle descaro al asunto e intentar lo que habr¨ªa supuesto una relativa sorpresa. Amparado en sus tres buenos estadounidenses -los charros han ganado mucho con el cambio Mitchell-Oliver- y en la sapiencia de sus veteranos espa?oles, Ramiro, Aller y Vecina, el Salamanca se puso manos a la obra. Lo cual se traduc¨ªa en abastecer de balones al tirador Oliver (15 puntos en la primera parte) y en luchar como posesos por el rebote -seis m¨¢s que los blancos, en la primera parte-

El Madrid daba inequ¨ªvocas muestras de agotamiento y parec¨ªa a punto de claudicar cuando el marcador reflejaba un peligroso 18-21en el minuto 14, Sabonis comet¨ªa su tercera falta personal y, poco despu¨¦s, Cargol, la cuarta. El p¨ªvot lituano, con 16 puntos, salvaba a su equipo del KO definitivo. Sabonis y la casta de sus compa?eros. El Madrid se resist¨ªa a morir.

Los hombres de Obradovic sacaron fuerzas de no se sabe d¨®nde y se acordaron del principio b¨¢sico de su entrenador: la defensa, asfixiante, que aplicaron los madridistas les llev¨® a lograr una meritoria victoria.

El primer paso fue la igualada, 38-38, en el descanso. Despu¨¦s, al Salamanca le cay¨® encima un alud. Los cinco primeros minutos de la segunda parte terminaron de marcar la l¨ªnea que, ya definitivamente, tomar¨ªa el choque. La defensa de los blancos alternaron individual, zona 2-3 y, decisiva, una zona mixta con Garc¨ªa Coll anulando a Oliver- maniat¨® a los salmantinos, que sufr¨ªan un parcial de 9-0 (47-38) y tardaban cinco minutos y medio (Vecina) en lograr su primera canasta.

Los madridistas, con los rostros desencajados por el gran esfuerzo, hab¨ªan agarrado el triunfo con admirable profesionalidad y capacidad de sacrificio. Una victoria heroica, pero sin descanso. Ma?ana, el Joventut.