La econom¨ªa madrile?a
La econom¨ªa espa?ola, plenamente integrada en la europea, sufri¨® con enorme celeridad las consecuencias de la crisis, sobre todo en el ¨¢mbito del empleo, de manera que en el a?o 1993,uno de los m¨¢s negros del reciente ciclo econ¨®mico, se perdieron 159.000 puestos de trabajo. No obstante, su clara recuperaci¨®n durante el presente a?o ha dejado sentir su efecto en el conjunto de la econom¨ªa madrile?a.Los indicadores de coyuntura referidos al segundo trimestre presentan resultados heterog¨¦neos en los diferentes sectores productivos, confirm¨¢ndose la entrada del sector tur¨ªstico en una tendencia de crecimiento firme que se inscribe en una mejor¨ªa generalizada, aunque no completa, del sector servicios. En la construcci¨®n aument¨® el empleo y mejoran las expectativas para la segunda mitad del a?o. En la industria, sin embargo, se detect¨® en el segundo trimestre un enfriamiento de la reactivaci¨®n iniciada a finales de 1993, aunque los resultados del ¨ªndice de actividad industrial de los meses de verano apuntan a la continuidad de la anterior tendencia de recuperaci¨®n.
La demanda interna mantuvo en el segundo trimestre un pulso d¨¦bil, pero no tanto como en 1993; por lo que se refiere a la demanda externa, continu¨® actuando en solitario como motor de la econom¨ªa regional, impulsando la actividad tur¨ªstica y las exportaciones.
Sin embargo, el hecho m¨¢s relevante de la evoluci¨®n econ¨®mica, espa?ola y regional, en el periodo transcurrido de 1994, ha sido sin duda el cambio de la coyuntura. laboral a partir del segundo trimestre del a?o con el inicio de una nueva fase de intensa creaci¨®n de empleo. Los resultados de la EPA para el conjunto de Madrid, en el segundo trimestre, muestran c¨®mo el empleo neto aument¨® en 22.900 ocupados, creciendo la poblaci¨®n activa en 22.700 personas y descendiendo el paro en 200 empleados. Es decir, por primera vez desde1992, el empleo generado por el crecimiento econ¨®mico ha sido capaz de compensar la destrucci¨®n de puestos de trabajo por p¨¦rdida de, actividad y reducir el n¨²mero de parados.
En lo que se refiere al pr¨®ximo a?o, las recientes estimaciones de la Comisi¨®n Europea apuntan hacia un crecimiento de la econom¨ªa espa?ola del 2,8%, que tendria como protagonistas la reactivaci¨®n del consumo privado (2,7%) y sobre todo de la inversi¨®n (5,5%). Si ello fuera as¨ª supondr¨ªa que las exportaciones entregar¨ªan el testigo de la recuperaci¨®n a, la actividad econ¨®mica interior, lo cual permitir¨ªa una mayor y m¨¢s r¨¢pida reducci¨®n del paro.
Dichas previsiones para la econom¨ªa de Madrid resultan beneficiosas, sobre todo en lo que se refiere al efecto multiplicador del aumento del consumo y el posible tir¨®n de la inversi¨®n, sobre todo en sectores tan importantes, por sus efectos inducidos, como la construcci¨®n. En t¨¦rminos sectoriales, la posible expansi¨®n de la demanda de consumo tendr¨ªa una notable repercusi¨®n en el conjunto del sector de los servicios y la industria de bienes finales. Ello querr¨ªa decir que tanto el sector industrial como, sobre todo, el de los servicios dar¨ªan por finalizado el ciclo del ajuste e iniciar¨ªan una coyuntura de inversi¨®n y expansi¨®n de actividad.
En definitiva, parece que 1995 puede marcar el punto definitivo de quiebra de la crisis econ¨®mica e iniciar una nueva fase de crecimiento de la econom¨ªa regional. Sin embargo, tambi¨¦n parece existir -un amplio consenso sobre las caracter¨ªsticas del marco econ¨®mico de la recuperaci¨®n, que se caracterizar¨¢ por:
- Las limitaciones impuestas por el proceso de convergencia de la econom¨ªa espa?ola con las europeas, en aras de lograr la uni¨®n monetaria a partir de 1997-1999, lo cual supone un estricto control del d¨¦ficit p¨²blico y la inflaci¨®n. La consecuci¨®n del primer objetivo har¨¢ que el presupuesto p¨²blico tenga un margen reducido de incentivaci¨®n de la actividad; el mantenimiento de las tasas de inversiones p¨²blicas y el consumo p¨²blico son, en s¨ª mismos, objetivos positivos, dadas las actuales circunstancias.
El crecimiento econ¨®mico y la expansi¨®n del empleo deben apoyarse en la expansi¨®n y crecimiento de la inversi¨®n privada y el consumo interior. Sin embargo, tambi¨¦n parece evidente que el consumo privado no podr¨¢ crecer por encima del 4%, debido a las restricciones salariales y la situaci¨®n del paro.
En este complicado marco, el presupuesto de la Comunidad para 1995 tiene un objetivo fundamental: acompa?ar y reforzar la recuperaci¨®n.
Los presupuestos se han dise?ado tratando de lograr que contribuyan, en la medida de lo posible, a reforzar el crecimiento de la econom¨ªa regional en 1995, a trav¨¦s de las siguientes medidas:
-El impulso del crecimiento del empleo mediante la inversi¨®n p¨²blica de 165.839 millones de pesetas, en la cual destaca sobre todo la inversi¨®n en vivienda e infraestructuras.
-La moderaci¨®n en el crecimiento de los gastos corrientes.
Pol¨ªticas activas de empleo y formaci¨®n.
Paliar en lo posible los efectos negativos de la crisis y el ajuste econ¨®mico sobre los grupos de la sociedad m¨¢s necesitados.
En definitiva, los presupuestos de 1995 tratan, por un lado, de apurar al m¨¢ximo el marco de rigor presupuestario, comprometido por nuestro pa¨ªs en el proyecto de convergencia, y por otro, volcar el esfuerzo en el impulso del empleo mediante pol¨ªticas activas de inversi¨®n y formaci¨®n.
No quiero desaprovechar esta ocasi¨®n para transmitir a los ciudadanos mi enorme preocupaci¨®n por el problema del desempleo en nuestra regi¨®n. La progresiva brecha que se est¨¢ abriendo entre crecimiento y empleo, en el caso de una regi¨®n de poblaci¨®n mayoritariamente joven como Madrid, exige un acuerdo regional por impulsar un modelo de crecimiento intensivo en empleo que combine ¨¦ste con la formaci¨®n.
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