?Qui¨¦nes son las alima?as?

A las 4.30 horas de la tarde del pasado 25 de noviembre, me dispon¨ªa a disfrutar de las bellas im¨¢genes que ofrece el programa Jara y sedal, que emite La 2. En esta ocasi¨®n se trataba de una jornada de caza del corzo en las monta?as c¨¢ntabras, comentada por dos cazadores. Hacia la mitad del programa, un di¨¢logo entre ambos me hizo dar un respingo en mi asiento. Me qued¨¦ perplejo, no pod¨ªa creer lo que estaba oyendo. Uno de los cazadores, refiri¨¦ndose a los zorros y lobos, dec¨ªa que c¨®mo era posible que estas "alima?as" a¨²n no hubieran sido exterminadas, y a?ad¨ªa que en otros pa¨ªses este problema ya hac¨ªa tiempo que hab¨ªa sido solucionado, porque all¨ª (en esos pa¨ªses) "s¨ª que funcionaban bien estas cosas". Mientras, su compa?ero se quejaba amargamente de que se hubiera prohibido el uso de cepos y comida envenenada.Que los ganaderos y pastores tengan declarada la guerra a las alima?as es algo que puedo entender, aunque, desde luego, no me es posible aceptar, y se deber¨ªan arbitrar buenas soluciones para resolver este conflicto, que no pasen por el exterminio total de lobos y zorros. Pero jam¨¢s se me hubiera ocurrido que algunos cazadores tuvieran la misma idea aniquiladora.

Quiero creer que los aut¨¦nticos cazadores no aprueban estas pr¨¢cticas tan destructivas y que prefieren compartir los montes con los pocos animales salvajes que a¨²n nos quedan. Lo contrario ser¨ªa como ir a cazar a un corral.

No tengamos comportamientos hip¨®critas y amemos de verdad a nuestra madre Naturaleza. (Para los suspicaces: no soy naturalista, ni socio de Greenpeace, ni de ninguna sociedad protectora de animales. Soy un ciudadano normal y corriente. ?O quiz¨¢s no?).-

.