La baja moral y la falta de motivaci¨®n, claves del fracaso ruso en Grozni
?C¨®mo es posible que el Ej¨¦rcito ruso, uno de los m¨¢s poderosos del mundo, est¨¦ fracasando en Chechenia, sin poder, hasta la fecha, tomar su capital, Grozni? Las causas son numerosos, pero las principales -sin contar las de t¨¢ctica militar- hay que buscarlas en la baja moral del Ej¨¦rcito, en la falta de, motivaci¨®n de los soldados y, m¨¢s a¨²n, en el convencimiento de muchos de ellos de que lo que est¨¢n haciendo en la rebelde rep¨²blica norcauc¨¢sica es censurable.
La moral del Ej¨¦rcito ruso ha ido en continuo descenso desde la in vasi¨®n de Afganist¨¢n en 1979, pa¨ªs del que tuvieron que retirar se 10 a?os despu¨¦s. Esa guerra, de la que salieron derrotados, su puso 14.000 soldados muertos y una generaci¨®n perdida, que lleg¨® a Rusia y, en gran parte, en gros¨® las filas de la delincuencia. Precisamente en abril de 1989, por primera vez en condiciones de transparencia informativa, se, utiliz¨® al Ej¨¦rcito para aplastar civiles. Sucedi¨® en Tbilisi, cuando los soldados recibieron la orden de dispersar una manifestaci¨®n de nacionalistas georgianos. Murieron 20 civiles. Las cr¨ªticas arreciaron contra los soldados, y los pol¨ªticos les dieron la espalda. El s¨ªndrome de Tbilisi se repiti¨® en Bak¨² (Azer-baiy¨¢n) en enero de 1990 -120 civiles muertos- y un a?o despu¨¦s en Vilna (Lituania.) y Riga (Letonia). Este s¨ªndrome le har¨ªa siete meses m¨¢s tarde un gran favor a los dem¨®cratas: los militares, tras cuatro experiencias traumatizantes, actuaron con suma pasividad durante el intento de golpe de Estado contra Mij¨¢il Gorbachov, en agosto de 199 1, lo que determin¨® el fracaso rotundo de la junta golpista.
Paralelamente, comenz¨® la retirada de las tropas rusas de Europa Occidental, lo que en el Ej¨¦rcito fue interpretado como una catastr¨®fica derrota. Adem¨¢s, los soldados llegaban a Rusia sin tener ni vivienda, ni perspectivas de progreso personal, ni dinero. Desde 1989 hasta mediados del a?o pasado, del extranjeros incluidos los nuevos pa¨ªses surgidos de la desintegraci¨®n de la URSS- fueron evacuados a Rusia m¨¢s de 700.000 militares, que, unidos al personal civil y a las familias de los militares, sumaron 1.200.000 personas aproximadamente.
Retirada masiva
Los sueldos de los militares son muy bajos, lo que tampoco contribuye a aumentar la moral de las tropas. Un comandante ganaba en octubre de 1994 unos 170.000 rublos, lo que entonces equival¨ªa a 7.000 pesetas. Los salarios de los oficiales de los distritos militares del Extremo Oriente y del Baikal, por ejemplo, a mediados del a?o pasado llegaban s¨®lo al 25% 0 el 30% de la cesta de La compra b¨¢sica calculada para esas regiones. El 75% de las familias de los oficiales del Ej¨¦rcito ruso no ten¨ªa un solo rublo ahorrado.
El descontento del Ej¨¦rcito qued¨® patente en las elecciones parlamentarias de diciembre de 1993: de sus 2,3 millones de hombres, el 38% (45% de los oficiales) vot¨® por el Partido Liberal Democr¨¢tico del ultranacionalista Vlad¨ªmir Zhirinovski.
Hay que agregar el mal estado del equipo y la t¨¦cnica militar y la falta de dinero para realizar los entrenamientos necesarios en cualquier Ej¨¦rcito. As¨ª, el viceministro de Defensa, Bor¨ªs Gr¨®mov, en noviembre del a?o pasado dec¨ªa que la ausencia de piezas de repuesto para los motores de aviaci¨®n y de combustible conduce a un alarmante d¨¦ficit de entrenamiento de los Pilotos. "Si en la aviaci¨®n t¨¢ctica y naval de EE UU los pilotos vuelan 180 horas al a?o, los nuestros est¨¢n en el aire s¨®lo 25 horas en el mismo per¨ªodo de tiempo", afirmaba Gr¨®mov.
En cuanto a las tropas de tierra, seg¨²n el informe oficial del Ministerio de Defensa, desde 1992 no se ha realizado ni una sola maniobra a nivel de Divisi¨®n de Ej¨¦rcito. Adem¨¢s, estas tropas recibieron s¨®lo "el 9% de las finanzas que necesitan". -
A esto hay que agregar el descontenta de, la oficialidad joven con el generalato, debido a que gran parte de ¨¦ste se enriquece con operaciones comerciales ilegales.
El teniente general de Justicia Grigori N¨®sov afirma que la fiscal¨ªa recibe al a?o m¨¢s de 10.000 quejas de oficiales que acusan a Sus superiores d¨¦ actos ilegales. Bas¨¢ndose en la experiencia de los ¨²ltimos a?os, N¨®sov sostiene que en1as unidades de focos conflictivos es donde m¨¢s armamento se roba.
En Chechenia, todos estos factores est¨¢n presentes, pero se ven reforzados por el hecho de que los soldados no entienden qu¨¦ est¨¢n haciendo all¨ª, combatiendo como, en una verdadera guerra contra ciudadanos de Rusia.
"La mayor¨ªa de los soldados espera la orden de cesar las hostilidades. Nadie desea que su apellido aparezca en la prensa: por verg¨¹enza y por miedo a la venganza de los chechenos. La tensi¨®n sicol¨®gica se alivia con vodka. Mientras m¨¢s tiempo dura esta locura, m¨¢s claramente comprenden en la aventura en la que se han metido. Hoy ya no leo los diarios ni veo la televisi¨®n: temo volverme loco", resume el estado de ¨¢nimo de los soldados, seg¨²n un piloto que participa en los bombardeos de Chechenia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.