Cachondeo met¨¢lico
Hace algunas, semanas, el bufete de abogados de Zurich Hamburger & Ackerman confirm¨® al Banco Espa?ol de Cr¨¦dito (Banesto) que en la primavera de 1990 transfiri¨® 18 millones de francos suizos (1.344 millones de pesetas) a la cuenta de Jacques Hachuel, ex socio de negocios, ex fiduciario y ex amigo de Mario Conde. Ese dinero hab¨ªa, sido enviado al citado bufete el 6 de abril de 1990 por Air Products en pago de una opci¨®n de compra de 672.000 t¨ªtulos (5,9% de capital) de Carburos Met¨¢licos, empresa de gases de la que ya pose¨ªa un 24,8%. La multinacional sigui¨® las instrucciones de Arturo Roman¨ª, responsable por aquella ¨¦poca de empresas participadas e industriales de Banesto, quien a su vez hab¨ªa consultada con Mario Conde. De modo que, por las razones que sea, Conde y Roman¨ª hab¨ªan decidido que Hachuel recibiera los 1.344 millones. Fuentes jur¨ªdicas pr¨®ximas al financiero afincado en Par¨ªs aseguran que Conde y Roman¨ª deb¨ªan ese dinero a Hachuel como recompensa por una operaci¨®n que tuvo lugar en 1989 con t¨ªtulos de Carburos (ver EL PA?S, d¨ªa 4 de enero).En toda esta historia parece que un grupo de gentes rapi?an el dinero a manos llenas ante el respetable p¨²blico y nadie siente nada en sus bolsillos. Pero no es as¨ª. Banesto estaba en quiebra t¨¦cnica en diciembre de 1993 y una, entre muchas, de las razones que explican esa situaci¨®n es la dilapidaci¨®n de los fondos de la entidad y su capacidad, hasta cierto punto, de generaci¨®n de p¨¦rdidas. En Carburos se aplica la brillante advertencia de Keynes. La especulaci¨®n, dec¨ªa en su Teor¨ªa General, se convierte en un problema serio cuando se, mete dentro de la empresa y convierte a ¨¦sta en una burbuja. Conde, Roman¨ª y sus amigos hicieron exactamente eso. Si ya se trata de una tragedia en t¨¦rminos de gesti¨®n capitalista, ahora Conde, Roman¨ª y sus amigos lo presentan como farsa. 0, para hablar con propiedad, en un cachondeo.
El 3 de agosto de 1989 Banesto emite 130 millones de d¨®lares de bonos subordinados e incluyen en ella la oferta de 2.028.000 de warrants (opci¨®n de compra) sobre t¨ªtulos de Carburos Met¨¢licos. Jacques, Hachuel, que posee una participaci¨®n en una sociedad de capital riesgo llamada Euris, suscribe la totalidad de los warrants, por, 30 millones, de d¨®lares de la ¨¦poca (algo mas de 3.000 millones de pesetas). Seg¨²n la oferta cada warrant (opci¨®n) da, al materializarse, derecho a una acci¨®n de Carburos al precio de 10230 Pesetas. ?Qu¨¦ busca Hachuel y sus padrinos? Chantajear, econ¨®micamente hablando, a Air Products. Si no los compra, otro competidor puede hacerlo, amenazando la estabilidad de Carburos. Air Products no traga. Su resistencia desarma a los chantajistas, econ¨®micos, se entiende; Y como las acciones de Carburos bajan de precio, hacia los 7.000 pesetas, los warrants pierden todo su valor. Si se puede comprar un t¨ªtulo de Carburos en Bolsa por 7.000 pesetas no tiene sentido comprar un warrant, que al ejecutarse supone pagar 10.230 pesetas.
Hachuel, que ha actuado como parte de la banda de Marzo, empieza a exigir una soluci¨®n. Banesto seg¨²n se informa en los primeros meses de 1990, adquiere a Euris los warrants, que carecen ya de valor, por 3.651- millones de pesetas. Y entonces, previsiblemente para hacer caja Conde y Roman¨ª viran hacia Air Products. El 22 de febrero Conde ofrece una cena en Madrid a los cuatro hombres fuertes de la multinacional, el 23 se intercambian cartas de pacto y el 4 de abril, finalmente, se le piden 1.344 millones por, una opci¨®n sobre 672.000 t¨ªtulos al precio de 10.230. Conde y R¨®man¨ª, pues, aprovechan aquella estructura de y la operaci¨®n de los' warrants (el precio y el plazo) y venden a Air Products otra cosa: simplemente una opci¨®n (ya no se trata de los c¨¦lebres warrants que hab¨ªa suscrito Euris y rescatado Banesto).
Pero el dinero que paga Air Products no entr¨® a Banesto. Los asesores de Hachuel dicen que los 1.344 millones que cogi¨® al vuelo en la primavera de 1990 eran su comisi¨®n por colocar los warrants de 1989. Vea bien el lector: 1.344 es algo menos que un 50% de los 3.000 millones que costaron los warrants en 1989. ?C¨®mo se va a pagar una comisi¨®n de tal calibre? Y por otra parte, ?por qu¨¦ pagar con el dinero de Air Products, que a su vez ha reclamado el recibo a Banesto durante estos a?os? Y, para cerrar, Mientras, Banesto pag¨® caro. Dio dinero a Euris, dio dinero y a Hachuel. En 1990 no contabiliz¨® las p¨¦rdidas en Carburos, pero bajo presi¨®n de Arthur Andersen anot¨® una p¨¦rdida de 9.726 millones en las cuentas de 1991. Por eso, cuando la diputada Aroz pregunt¨® a Conde por Carburos, ¨¦ste contesto, "No me acuerdo. Se?or¨ªa, la verdad es que no puede tener seis a?os de datos en la mente".
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