M¨¢s all¨¢ de Plut¨®n
Los telescopios consiguen penetrar en los confines del sistema solar y descubren numerosos cuerpos celestes
El cintur¨®n de Kuiper, la oscura frontera del sistema solar de la que emerger¨ªan los cometas de periodo corto como el Halley, empieza a tomar cuerpo m¨¢s all¨¢ de Neptuno y Plut¨®n para los astr¨®nomos. Desde hace dos a?os, en que se descubri¨® el primero, los avances en la instrumentaci¨®n de los telescopios han permitido detectar 17 oscuros cuerpos celestes m¨¢s all¨¢ de la ¨®rbita de Neptuno. Otros objetos, mitad cometas, mitad asteroides, que se esconden entre los planetas exteriores Saturno, Urano y Neptuno parecen ser cuerpos desgajados de este vasto y distante cintur¨®n que podr¨ªa contener hasta 40.000 objetos.El primero detectado fue el misterioso Quir¨®n, un cuerpo, celeste que se cre¨ªa ¨²nico cuando fue descubierto en 1977 orbitando entre Saturno y Urano. Entonces se pens¨® que era un asteroide perdido y distante. M¨¢s tarde se observ¨® que su ¨®rbita de 51 a?os de periodo es inestable, lo que sugiere que Quir¨®n viene de lejos. Su pr¨®xima m¨¢xima aproximaci¨®n al Sol ser¨¢ el 14 de febrero de 1996, cuando estar¨¢ m¨¢s cerca que la ¨®rbita de Saturno.
Adem¨¢s, recientes observaciones sugieren que se parece menos a los asteroides rocosos que a los helados cometas. En el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Nature, James L. Elliot, del MIT, y un equipo multinacional de astr¨®nomos describen, por primera vez, chorros de polvo que emanan de su superficie.
Estos chorros son reminiscentes de los rasgos conocidos del cometa Halley cuando fue aproximado en 1986 por la sonda europea Giotto, pero Quir¨®n tiene un di¨¢metro mucho mayor, se cree que de m¨¢s de 150 kil¨®metros, y es 60.000 veces m¨¢s pesado que un cometa, lo suficiente para retener una tenue atm¨®sfera.
Tras Quir¨®n vino el descubrimiento de Pholus, otro habitante cuyo origen parece estar en esta oscura frontera que empieza a poblarse. Los astr¨®nomos han sospechado la existencia de una difusa esfera de objetos cometarios que rodear¨ªa el sistema solar desde hace tiempo. Se encontrar¨ªa a una distancia del Sol de unas cien unidades astron¨®micas (UA es el equivalente, a la distancia de la Tierra al Sol; o sea, unos 150 millones de kil¨®metros). La ¨®rbita de Neptuno es de unas 30 UA, y la media de la de Plut¨®n, de unas 39 UA.
En la actualidad, Plut¨®n, el noveno planeta, de ¨®rbita fuertemente exc¨¦ntrica, se encuentra m¨¢s cercano al Sol que Neptuno, y seguir¨¢ as¨ª hasta el a?o 1999.
La existencia de esta quim¨¦rica Nube de Oort fue sugerida por el astr¨®nomo holand¨¦s Jan Oort para explicar el origen de los cometas que surcan raudos el sistema solar. Seg¨²n su hip¨®tesis, los cometas de la nube ser¨ªan sacados de sus ¨®rbitas por las perturbaciones gravitatorias causadas por el paso de estrellas, y se acercar¨ªan en espiral al centro del sistema solar.
El problema es que las ¨®rbitas de muchos cometas de periodo corto (como el Halley, de los que se puede predecir su fecha de reaparici¨®n) sugieren un origen mucho m¨¢s cercano que la Nube de Oort, pero m¨¢s lejano que Neptuno, entre 50 y 70 UA.
As¨ª, naci¨® otro hipot¨¦tico territorio, el cintur¨®n de Kuiper, nombrado por otro astr¨®nomo interesado en esta zona oscura. Los objetos del cintur¨®n de Kuiper ser¨ªan atra¨ªdos hacia dentro del sistema solar por perturbaciones gravitatorias de los planetas gigantes en vez de por las estrellas. Algunos se acercar¨ªan tanto al Sol que se les formar¨ªan colas de hielo y ser¨ªan visibles como cometas. Otros permanecer¨ªan escondidos entre los planetas exteriores, como los casos de Quir¨®n y Pholus.
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