Zamorano y Milla pudieron al morbo

Estaba llamado a ser el partido de Laudrup, pero sobre todo lo fue de otros dos apellidos: Zamorano y Milla. El primero realiz¨® el trabajo m¨¢s luminoso de la noche (particip¨® decisivamente en los cinco goles del Madrid), y el segundo, el m¨¢s oscuro, aunque igual de eficaz (recuper¨® 26 veces la pelota y facilit¨® su correcta distribuci¨®n en, la zona de creaci¨®n).

Laudrup dej¨® su sello en siete lances: cinco pases de riesgo con remate de alg¨²n compa?ero (el tercer gol de- Zamorano incluido), un remate -(par¨® Busquets) y una jugada decisiva (la que origin¨® el 1-0). Destac¨®, pues, pero menos que Zamorano, brillante en ocho acciones: cinco remates (tres goles, un palo y una volea elevada) y, tres centros de peligro (el 5-0, entre otros).

No tan brillante, pero igual de eficaz y decisivo, result¨® Milla. Recuper¨® 26 veces la pelota y apenas err¨® en los pases a sus compa?eros, casi siempre en corto. El Madrid volvi¨® a realizar una de sus mejores tardes con ¨¦l en el eje. Y contribuy¨® as¨ªa fomentar el debate sobre qui¨¦n debe ser el. medio centro del Madrid: Milla o Redondo.

El Madrid no gan¨® por tocar un mayor numero de veces la pelota, sino por una mejor utilizaci¨®n de la misma. Sus jugadores dieron 637 toques (el 51%) y los del Barcelona, 611 (49%). Tan escasa diferencia no puede justificar el 5-0. La clave estuvo precisamente en Milla, que hizo part¨ªcipe del juego a todos sus compa?eros. En el Barcelona, en cambio, hubo ausencias significadas: Stoichov tard¨® 23 minutos en tocar el bal¨®n y Eskurza, que jug¨® adelantado y muy escorado a la derecha, s¨®lo intervino seis veces durante la primera parte.

El 5-0 sit¨²a al Madrid en un promedio espectacular de, goles en lo que va de Liga: 42 tantos, en 16 partidos." De continuar la proporci¨®n, el Madrid rozar¨ªa los 100 goles al final del campeonato.