El coso de Colmenar quiere ascender de categor¨ªa, y el de Valdemorillo se cubre de lonas impermeables

El Ayuntamiento de Colmenar Viejo (27.000 habitantes) ha pedido al Ministerio del Interior, que declare La Corredera, su plaza de toros, de segunda categor¨ªa, "por prestigio y derechos adquiridos". Mientras tanto, los vecinos de Valdemorillo (3.700 habitantes), pueblo que abri¨® hasta el a?o pasado siempre la temporada taurina, m¨¢s modestos, s¨®lo han pedido esta temporada que su coso tenga techo para no mojarse mucho.La primera vez que el Ayuntamiento de Colmenar Viejo solicit¨® el ascenso fue en 1992, despu¨¦s de que la plaza ampliara su aforo a 10.000 localidades. La plaza cumpl¨ªa esa temporada cien a?os. No hubo contestaci¨®n. "Ha pasado el tiempo y ya es hora de volver a la carga", afirma la concejal de Festejos, Mar¨ªa Luisa Mansilla, del PP.

Miguel ?ngil de Andr¨¦s, miembro del Seminario Taurino de la Universidad Popular de Colmenar, remacha: "La categor¨ªa de una plaza la impone el p¨²blico. Aqu¨ª se exigen buenos carteles y la cuidada presencia de las ganader¨ªas". El coso de Colmenar s¨®lo tiene 2.000 asientos menos, por ejemplo, que La Maestranza de Sevilla, declarada de primera categor¨ªa.

Por su parte, Valdemorillo siempre ha tenido a gala ser el primer pueblo de la regi¨®n que abre la temporada, el cuatro de febrero de cada a?o, con motivo de la festividad de San Blas. No obstante, la temporada pasada, Ajalvir (1.400 habitantes) le rob¨® la montera: celebr¨® una semana antes el santo y los toros. Este a?o, Valdemorillo ha buscado el podium taurino por otro lado: ha cubierto con hierro y lonas su plaza port¨¢til de 5.000 asientos. Se convertir¨¢ as¨ª en la primera feria cubierta de la regi¨®n. "Estamos en plena sierra y muchos a?os llueve con fuerza. No queremos que se desluzca el espect¨¢culo", dice el alcalde Mariano Gamella, del PP.

Los festejos de Valdemorillo incluyen dos corridas de toros, una ecuestre y tres novilladas que se celebrar¨¢n entre el 4 y el 12 de febrero. El Ayuntamiento subvenciona las fiestas con 2,5 millones. A cambio, el empresario regala a todos los vecinos entradas para una novillada.