Chiapas en el kil¨®metro 0

Cantos a la revoluci¨®n en el kil¨®metro 0. Vivan Zapata y los zapatistas, viva Chiapas, ay Jalisco. Y fueron algo m¨¢s de 1.000 los que no se rajaron. Era en solidaridad con el Estado m¨¢s pobre de M¨¦xico. Ayer entre siete y media y nueve de la noche, el oso y el madro?o cobijaron un escenario con m¨²sica y discursos. El grupo franc¨¦s Mano Negra, que cultiv¨® las rancheras codo a codo con la formaci¨®n Bernardino Barrera y Mariachi Mezcal, fue la estrella de la noche. Sombreros de ala ancha y antifaces en escena.Primero fueron las palabras, incluido el mensaje del obispo de la di¨®cesis chiapaneca de San Crist¨®bal de las Casas, Samuel Ruiz. Fue un alegato en favor de la paz con. un recuerdo para Espa?a, la que con mayor fidelidad abri¨® el relato de los acontecimientos y coadyuv¨® al cese el fuego", se?alaba el prelado refiri¨¦ndose al levantamiento del 1 de enero de 1994.

Tras las, palabras, la m¨²sica. Bernardino Barrera y Mariachi Mezcal subi¨® al diminuto escenario. Y comenzaron las rancheras, se recrudecieron los "vivas" zapatistas y aparecieron algunos "mueras": para el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Las letras, adaptadas para la ocasi¨®n. Como la de Carabina 30-30: "El subcomandante Marcos es un hombre muy cabal". Y al llegar, La bamba, Mano Negra sube a compartir estrado. "Para ser zapatista se necesita un pasamonta?as y mucha fuerza, bamba, bamba".

Y pasamonta?as hab¨ªa unos cuantos sobre el escenario. El grupo galo se pleg¨® a la t¨®nica mexicana.

Los "vivas" zapatistas convivieron con insultos al alcalde, cuando el organizador pidi¨® que no se pisara el jardincillo de la plaza. El p¨²blico variopinto (j¨®venes, algunos con cabelleras asim¨¦tricas, y viandantes atentos de cualquier edad) core¨® ,Adelita o Guadalajara. Al dar las nueve campanadas los m¨²sicos entonaban el adi¨®s. Algunos de ellos se despidieron lanz¨¢ndose en plancha sobre el p¨²blico. Bajo el viejo reloj que fue de Gobernaci¨®n, los h¨¦roes del 2 de mayo, recordados en l¨¢pida, dejaban de o¨ªr gritos de batalla. Los artistas se marchaban. Adelita se fue con ellos.