Marco consigue aprobar la candidatura de la consejera Ab¨®s para sustituirle
La ca¨ªda de Marco pone fin a 16 meses de pol¨¦mica
La reuni¨®n del comit¨¦ regional del PSOE aragon¨¦s abord¨® ayer sin sorpresas la nominaci¨®n de la candidatura para sustituir a Jos¨¦ Marco al frente del Gobierno auton¨®mico. La consejera de Cultura, ?ngela Ab¨®s, de 58 a?os, qued¨® designada y la propuesta ser¨¢ transmitida esta tarde a la ejecutiva federal socialista, que tiene la ¨²ltima palabra sobre los candidatos del PSOE a las principales instituciones. A la asamblea no acudieron los integrantes del sector cr¨ªtico, que acusan a Marco de vulnerar los acuerdos alcanzados con la direcci¨®n nacional.
Los marquistas, que en las ¨²ltimas horas han agudizado sus reproches a los cr¨ªticos -han amenazando de nuevo a los miembros del grupo parlamentario que la semana pasada pidieron la dimisi¨®n de Marco para que se atengan a la disciplina marcada por el comit¨¦ regional-, respaldaron la propuesta de candidatura sin disidencias. Los disidentes hab¨ªan optado, casi en su totalidad, por ausentarse "ya que Marco no ha actuado en las l¨ªneas de consenso necesarias", seg¨²n dijeron sus l¨ªderes.Ab¨®s, profesora de instituto que ha ejercido casi toda su carrera en Jaca (Huesca), carece de un perfil pol¨ªtico relevante y de apoyo interno en el partido, pese a que junto con su marido (ex presidente de la Diputaci¨®n de Huesca) controla desde siempre la agrupaci¨®n local jacetana, en la que ha sido segado de ra¨ªz cada brote de discrepancia.
La candidata alcanz¨® una subdirecci¨®n general del Ministerio de Educaci¨®n en los tiempos que la cartera era dirigida por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, y aunque ayer fue revalidada por el comit¨¦ regional del PSOE aragon¨¦s, que Marco controla gracias a los alcaldes rurales de Zaragoza, no est¨¢ claro que vaya a pasar la prueba de la comisi¨®n federal de listas.
Las tensiones registradas en la organizaci¨®n socialista zaragozana siguen instaladas en las declaraciones de los dirigentes m¨¢s pr¨®ximos al l¨ªder aragon¨¦s. El presidente dimisionario lleg¨® a se?alar en la ¨²ltima reuni¨®n del comit¨¦ provincial que abandona la presidencia "por estar harto de traidores", y a?adi¨® que el PSOE ten¨ªa que haber perdido las elecciones de 1993 "para que se fueran las ratas del partido". Marco reiter¨® su intenci¨®n de no abandonar el control de la organizaci¨®n aragonesa.
Para hoy est¨¢ previsto que se re¨²nan en la sede central socialista, en Madrid, los secretarios provinciales de Zaragoza, Pascual Marco; de Huesca, Marcelino Iglesias; y de Teruel, Isidoro Esteban, junto al propio presidente regional y el responsable federal de Organizaci¨®n, Cipri¨¤ Ciscar, para debatir, adem¨¢s de la sustituci¨®n del presidente de Arag¨®n, la grave crisis por la que atraviesa el PSOE en esta comunidad.
La soledad de un presidente
La vida pol¨ªtica aragonesa est¨¢ pendiente del presidente de la comunidad. La apuesta es si cumplir¨¢ su promesa, anunciada el viernes, de dimitir ma?ana. Ser¨ªa al final un a?o, cuatro meses y dos d¨ªas el tiempo que Jos¨¦ Marcos Berges haya ocupado el despacho de la Diputaci¨®n General de Arag¨®n.Hasta esta instituci¨®n, el nuevo presidente traslad¨® sus modos de alcalde de pueblo que durante los a?os anteriores hab¨ªa implantado tambi¨¦n en la Diputaci¨®n Provincial de Zaragoza. All¨ª, con mayor¨ªa absoluta, reparti¨® hacia los ayuntamientos rurales cuyos alcaldes ten¨ªan poder en el PSOE -hoy son fundamentalmente su ¨²nico sustento- todo tipo de ayudas para garantizarse el control interno del partido.
El antecedente del crecimiento de su patrimonio familiar en paralelo con su ascenso en la carrera pol¨ªtica (la mayor red de camiones de la regi¨®n, el complejo de las ¨¢reas de servicio en la carretera de Zaragoza a Logro?o y el propio centro de estudios del que han salido algunos de sus colaboradores) hizo que desde la oposici¨®n se mirase hasta la ¨²ltima peseta de la que Marco pueda disponer. M¨¢s a¨²n porque en la Diputaci¨®n pronto logr¨® que fuese su equipo el que destinase el dinero hacia uno u otro, lado. Surgieron as¨ª los primeros roces, especialmente con el que luego ser¨ªa el detonante de la crisis final: el responsable de la cartera de Econom¨ªa y Hacienda, Eugenio Nadal.
Toda una peculiar forma de presidir: mandando retirar del orden del d¨ªa del Consejo de Gobierno tal o cual proyecto si quien lo promov¨ªa no era de su agrado; paralizando esta o aquella subvenci¨®n si el beneficiario pod¨ªa ser un cr¨ªtico o pariente de ¨¦ste; delegando poder en personas sin cualificaci¨®n profesional ni pol¨ªtica, con el solo argumento del estrecho v¨ªnculo personal... Empiezan a llegar entonces las comisiones de investigaci¨®n, las citaciones judiciales, tres ahora mismo: una por llevarse a casa un sill¨®n pagado con dinero p¨²blico, otra por injuriar al presidente regional del PP, y otra por espiar con cargo a los gastos gubernamentales a varios pol¨ªticos y a una treintena de empresarios. Pol¨ªticamente es respaldado ¨²nicamente dentro de la direcci¨®n socialista por su amigo Alfonso Guerra y t¨¢cticamente por Txiki Benegas. Los ministros renuncian a aparecer por Arag¨®n, o si lo hacen ponen distancias con ¨¦l y le hablan desde un usted distanciador. No controla m¨¢s all¨¢ de la sexta parte de los parlamentarios de su grupo en las Cortes de Arag¨®n.
Ahora, para evitar que su guardia pretoriana sea descabalgada, propone como sustituto al ¨²nico miembro de su Gobierno con carn¨¦ socialista que en esta crisis no se ha cuestionado abandonarle: ?ngela Ab¨®s.
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