Juan Pablo II re¨²ne la mayor concentraci¨®n de su papado en Manila
Juan Pablo II bati¨® ayer su propio r¨¦cord de poder de convocatoria. Cuatro millones de personas asistieron en Manila a la misa celebrada por el Papa con motivo de la X Jornada Mundial de la Juventud, una cifra que supone la mayor concentraci¨®n humana que Karol Wojtyla ha conseguido reunir en sus 63 viajes por el mundo, incluida la primera acogida que tuvo en su nativa Polonia, a lo largo de sus 17 a?os de papado.
"Madr¨¢s, Lima, M¨¦xico, Cracovia, atrajeron gente, m¨¢s de un mill¨®n, pero no he visto nada, igual a lo de hoy en Manila", comentaba el jesuita Roberto Tucci, organizador de los viajes del Papa. La muchedumbre que se fue concentrando desde la tarde del s¨¢bado hasta la ma?ana de ayer en las cercan¨ªas del Lunetta Park, donde se celebr¨® la misa, tapon¨® todas las calles del centro de Manila y oblig¨® al Papa a llegar al lugar en helic¨®ptero y con m¨¢s de una hora de retraso sobre el horario previsto. "No es un problema se seguridad; es un problema de exceso de ¨¦xito", explic¨® Joaqu¨ªn Navarro Valls, portavoz del Vaticano, cuando se decidi¨® que Juan Pablo II recorriera los tres kil¨®metros que hay entre la sede de la Nunciatura, donde se ha alojado los cuatro d¨ªas de su visita a Filipinas, y el Lunetta Park por aire y no en el famoso papam¨®vil.
En torno al gran podio erigido para la ocasi¨®n se apretaron m¨¢s de 200.000 j¨®venes y, en lugares preferentes, delegados de 105 pa¨ªses, entre ellos Israel, Palestina, China y Taiwan.
La presencia por primera vez de una delegaci¨®n de la Iglesia Patri¨®tica China en una misa presidida por el Papa supone un hito hist¨®rico en las relaciones entre el Vaticano y Pek¨ªn. Los 24 integrantes de esa delegaci¨®n, entre ellos cinco sacerdotes y cuatro monjas, rezaron con el Pont¨ªfice y participaron en el rito lit¨²rgico, aunque los presb¨ªteros no concelebraron, en contra de lo esperado en un principio. En China existen dos Iglesias cat¨®licas. La Asociaci¨®n Cat¨®lica Patri¨®tica (CPA), que cuenta con el apoyo del Estado pero cuyos miembros no pueden reconocer la autoridad del Papa, y la llamada "Iglesia del Silencio", cuyos miembros trabajan en la clandestinidad. El Papa envi¨® el s¨¢bado un mensaje, a trav¨¦s de Radio V¨¦ritas, a todos los cat¨®licos chinos, incluidos los de Taiwan, en el que les insta a buscar su reconciliaci¨®n bajo el paraguas de la unidad con Roma.
En la homil¨ªa, el Papa llam¨® a los j¨®venes a la responsabilidad, ya que muchos de ellos est¨¢n cayendo en "la esclavitud moral" al "abusar del maravilloso don de la sexualidad, de las bebidas y de la droga, considerando tales comportamientos justos porque algunos sectores de la sociedad los toleran", de modo que se abandonan las normas morales objetivas "por presiones y bajo la difundida influencia de modas y tendencias propagadas por los medios de comunicaci¨®n".
Pero no todo en la jornada de ayer fue entusiasmo y devoci¨®n. M¨¢s de 200 personas fueron atendidas por sufrir desmayos debido al calor y las fuerzas de seguridad filipinas tuvieron tra bajo. Tres personas, procedentes de Oriente Pr¨®ximo, sospechosas de pertenecer a un grupo terrorista internacional, cuyo prop¨®sito ser¨ªa asesinar a Juan Pablo II, fueron detenidas. Asimismo, dos aviones de la compa?¨ªa norteamericana United Airlines con destino a Honolul¨² y Hong-Kong, respectivamente, tuvieron que ser desviados por recibir sendas amenazas de bomba relacionadas con la visita del Papa. Ambas amenazas resultaron ser falsas.
Un viaje bals¨¢mico
La visita del Juan Pablo II, de 74 a?os, a Filipinas ha supuesto su regreso triunfal al escenario mundial y un rotundo desmentido a los rumores sobre su fr¨¢gil estado de salud. El ba?o de masas que recibi¨® ayer en Manila ha devuelto al Papa la confianza en su resistencia f¨ªsica hasta el punto de inaugurar una nueva etapa en su vida."Est¨¢ encantado. Es su primer viaje desde hace mucho tiempo y una recepci¨®n como la que ha encontrado aqu¨ª le ha levantado la moral", coment¨® ayer el portavoz del Vaticano, Joaqu¨ªn Navarro Valls. Su visita a Filipinas, primera etapa de una gira por cuatro pa¨ªses asi¨¢ticos de 11 d¨ªas de duraci¨®n, constituye su primer viaje apost¨®lico desde que el pasado abril sufriera una ca¨ªda en el ba?o y tuviera que ser operado de un f¨¦mur. Un accidente que, seg¨²n comentan sus allegados, le hab¨ªa causado una honda frustraci¨®n y le ha obligado a ayudarse de un bast¨®n para caminar. En 1994 s¨®lo realiz¨® una visita a Zagreb y suspendi¨® otra, por razones de salud, a Sarajevo.
"Este viaje le ha ayudado a ponerse en paz consigo mismo sobre esta nueva fase en su vida. Ha recargado sus bater¨ªas", dijo ayer, uno de sus consejeros. Prueba de ello es la resistencia demostrada ayer por el Papa, que aguant¨® dos horas de misa, una reuni¨®n con los obispos filipinos, un acto conmemorativo en el que ley¨® dos discursos y una reuni¨®n de m¨¢s de dos horas con j¨®venes venidos hasta Manila de todo el mundo.
Tras Manila, el Papa parte hoy para Pap¨²a Nueva Guinea, donde no utilizar¨¢ en su recorrido por la capital, Port Moresby, el papam¨®vil sino un veh¨ªculo descapotable japon¨¦s. A¨²n le quedar¨¢ por visitar Australia y Sri Lanka.
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