"Chechenia es la guerra de Rusia contra el islam"
Periodista polaco de 62 a?os, afirma que puede caer el comunismo en Rusia, pero no la concepci¨®n imperial que "es fundamental para su identidad"
Ryszard Kapuscinski Autor del libro "El Imperio"
Ryszard Kapuscinski hace m¨¢s de 10 a?os que dej¨® el trabajo period¨ªstico diario para entregarse de lleno a escribir libros, que se convierten en piezas maestras y alcanzan en algunos pa¨ªses los primeros puestos en las listas de ventas. Kapuscinski ha publicado en Espa?a, en la editorial Anagrama, algunas de sus mejores obras, como las que escribi¨® sobre el sha de Persia o el emperador de Etiop¨ªa, Haile Selasie. De su estancia en Am¨¦rica Latina surgi¨® su libro La guerra del f¨²tbol, sobre el enfrentamiento armado entre Honduras y El Salvador, y conserva un excelente espa?ol, idioma en el que se celebr¨® la entrevista en su domicilio provisional en Berl¨ªn.
En su ¨²ltimo libro, El Imperio, que ya ha sido traducido a 21 idiomas, Kapuscinski ha invertido cuatro a?os para escribir una visi¨®n de Rusia que abarca medio siglo: desde las deportaciones en 1939 a los d¨ªas del desmoronamiento del comunismo y la llegada de Yeltsin al poder.
Comparte Kapuscinski la teor¨ªa de que Rusia resulta un misterio para los occidentales: "Una minor¨ªa de la intelectualidad rusa cree que Rusia es una parte de Europa, pero la mayor¨ªa cree que Rusia no es Europa, sino que se trata de un mundo totalmente diferente. Tampoco es Asia. Rusia es otro mundo".
Considera Kapuscinski que los norteamericanos "tienen la ingenua creencia de que van a establecer all¨ª una democracia y un mercado libre, pero en estos cinco a?os de poscomunismo tenemos una evidencia pr¨¢ctica de que la democracia necesita una tradici¨®n y unas instituciones que puedan defenderla. No existe ninguna de estas dos cosas en Rusia. No hay tradici¨®n democr¨¢tica en el sentido occidental, ni cuentan con instituciones d¨ªspuestas a ejercerla".
A la pregunta de si cree posible una vuelta al comunismo o la implantaci¨®n de una dictadura militar, el escritor responde: "No es posible una vuelta al comunismo, porque no hay fuerzas sociales importantes interesadas en ello. Incluso la vieja nomenklatura [minor¨ªa dirigente] tampoco est¨¢ interesada en volver al comunisrno, porque sus intereses econ¨®micos son diferentes. La vieja nomenklatura sigue en el poder, pero sus intereses econ¨®micos est¨¢n vinculados con el mercado negro, mercado financiero, las mafias y todo eso. Creo que se desarrollar¨¢ m¨¢s bien otra v¨ªa con una tendencia muy similar a los viejos modelos de Am¨¦rica Latina en los a?os sesenta o cincuenta: o Gobiernos militares directos con dictaduras o Gobiernos aparentemente civiles manejados por los militar es en la sombra. Ahora en Rusia tenemos un cl¨¢sico modelo latinoamericano, con un Gobierno civil manejado por las fuerzas militares".
Para Kapuscinski, "lo que complica este cuadro es que los militares est¨¢n muy divididos y la fuerza armada rusa no es una entidad coherente. Esto es peligroso para Rusia y esa parte del mundo: la desintegraci¨®n de las Fuerzas Armadas, que no act¨²an como una instituci¨®n, sino que est¨¢n divididas entre diferentes grupos de intereses e ideolog¨ªas".
El salto a la situaci¨®n de Chechenia resulta inevitable. Para Kapuscinski, "es muy significativo. Se trata de la soluci¨®n naIcionalista e imperialista. Rusia es el ¨²ltimo imperio existente en nuestro siglo en el mundo. La lucha all¨ª es una lucha cl¨¢sica entre la metr¨®poli con las colonias. Lo espec¨ªfico del imperio ruso es que las colonias est¨¢n pegadas a la metr¨®poli. En los imperialismos europeos estaba el mar de por medio. La metr¨®poli pod¨ªa ser democr¨¢tica, pero el imperio no. En Rusia, el imperio colonial tiene otra estructura, porque las colonias estaban dentro del Estado colonial e imposibilitaban llegar a una soluci¨®n democr¨¢tica. Lo triste en Chechenia no es la tremenda guerra, sino la derrota total de las fuerzas democr¨¢ticas que hicieron la perestroika y la glasnost".
Seg¨²n Kapuscinski, "Chechenia es importante en dos sentidos: como evidencia de la debilidad de las fuerzas democr¨¢ticas, y como aviso de que no se trata de un hecho aislado. Es la guerra de Rusia con el mundo isl¨¢mico, que empez¨® en Afganist¨¢n en 1980 durante 10 a?os, contin¨²a en Tayikist¨¢n y ahora en Chechenia. La pol¨ªtica exterior y el sentimiento de Mosc¨² ha cambiado desde la derrota del comunismo. El peligro del Oeste, Europa o Estados Unidos., ha desaparecido. El peligro real es la confrontaci¨®n con el isl¨¢m. El frente del Oeste se traslada al Sur. Se abre un frente donde Rusia no puede ganar. En el siglo XIX gan¨® y ahora en ese mundo isl¨¢mico oriental de peque?os reinos trata de repetir la conquista militar, pero se trata de un mundo nuevo, fuerte y de mucha gente, con apoyo pol¨ªtico y econ¨®mico de otros pa¨ªses c¨®mo Turqu¨ªa, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª y Pakist¨¢n. Esta confrontaci¨®n es decisiva y Rusia no la puede ganar. Puede ganar en Chechenia, pero no puede ganar esa guerra. Se trata de un mundo completamente abierto. No hay fonteras naturales, son enormes territorios poblados por gentes que se unen por dos motivos: pertenecen al islam y hablan idiomas turcos. En Chechenia empieza la segunda etapa de desintegraci¨®n de lo que fue la URSS. La primera termin¨® en diciembre de 1991 con el fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ahora ha empezado la desintegraci¨®n de la Federaci¨®n Rusa".
El imperialismo es el n¨²cleo central de la ideolog¨ªa rusa para Kapuscinski: "En su filosof¨ªa pol¨ªtica, los rusos nunca revisaron su idea fundamental de que Rusia s¨®lo puede existir como poder en expansi¨®n. Desde los primeros zares, desde su origen, siempre fue un Estado que abarcaba diferentes naciones. Ese concepto de que Rusia quiere decir conquista nunca ha sido revisado tras la ca¨ªda del comunismo. Se mantiene, y por eso he titulado mi libro El Imperio. Todo puede pasar en Rusia. Puede caer el comunismo, pero permanece la concepci¨®n imperial. Ese concepto no ha sido revisado. La grandeza territorial es fundamental para la identidad rusa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.