El Racing gana la mano al Rayo

Media hora despu¨¦s de abrirse el partido, nadie se hab¨ªa atrevido a probar fortuna con el remate. Ni el Primera que lucha por evitar el descenso a Segunda, ni el Segunda que pelea por alcanzar el ascenso a Primera. Ambos, el Racing y el Rayo, se hab¨ªan limitado a castigar al personal con un f¨²tbol horroroso, a sembrar de bostezos Vallecas. Entonces apareci¨® Radchenko, luci¨® su melena en una r¨¢pida carrera que sorprendi¨® a la zaga rayista, golpe¨® la pelota con fuerza y empapel¨® el partido. Pint¨® el marcador con un 0-1 que nadie se atrevi¨® ya a corregir. El Racing dej¨® semirresuelta la eliminatoria. El Rayo a¨²n aguard¨® unos minutos hasta asomarse por el portal de Ceballos. Lo hizo con el descanso en el cogote y ya con On¨¦simo en el c¨¦sped (Paquito hab¨ªa dejado por sorpresa en el banquillo a sus dos futbolistas m¨¢s ofensivos, On¨¦simo y Josemi). Fue una ocasi¨®n que llev¨® la firma de Guilherme, el nuevo brasile?o de Vallecas, que ayer no deslumbr¨® como en su deb¨², tres d¨ªas atr¨¢s.

Hasta la oportunidad de Guilherme, el Rayo s¨®lo hab¨ªa sido Jos¨¦ Luis Gallego. En ausencia de Chesa, asumi¨® la direcci¨®n del equipo y se destap¨® como un excelente medio centro. Con t¨¦cnica para frenar y tocar la pelota, con criterio para distribuirla con l¨®gica por sus inmediaciones y con cierto sentido para manejar el ritmo de la contienda. Gallego se benefici¨® de la oscuridad rayista en esa primera mitad: su juego aseado luci¨® m¨¢s.

La segunda parte fue m¨¢s aparente. Tampoco permiti¨® demasiado el disfrute de los asistentes, pero al menos les ense?¨® m¨¢s ocasiones y m¨¢s detalles que agradecer. Casi todos ellos, eso s¨ª, de la mano de Radchenko. El ruso tuvo a Christensen de acompa?ante en el ataque, pero como si no. Todo lo tuvo que hacer solo dej¨® cuatro- galopadas luminosas, tres disparos llenos de veneno -uno se estrell¨® en el palo-, un control de espuela magn¨ªfico y un par de regates de lujo. Sus destellos fueron lo mejor del partido.

El tanteo adverso aument¨® la determinaci¨®n del Rayo, que, sin causar demasiado peligro, s¨ª apret¨® al Racing. Su munici¨®n se redujo a los regates poco inspirados de On¨¦simo, alguna finta de Calder¨®n y la presencia de Guilherme. Pero no pas¨® miedo el conjunto c¨¢ntabro, que siempre tuvo el control del encuentro bajo su brazo. Su trabajo fue simplemente el de proteger el gol de ventaja con oficio, faceta en la que s¨ª se mostr¨® muy superior a su rival.

El duelo de, la Copa, en suma, no fue capaz de asombrar al p¨²blico de Vallecas. No deslumbraron los contendientes. Ni el Primera que lucha por evitar el descenso a Segunda, ni el Segunda que pelea por alcanzar el ascenso a Primera.