La empresa Rontealde produce otro escape t¨®xico de gas en Barakaldo
Las siete "duras condiciones" impuestas por el Gobierno vasco despu¨¦s del escape t¨®xico de la planta qu¨ªmica de Rontealde en octubre -tras el que muri¨® un ciudadano de 70 a?os- no han impedido un nuevo episodio contaminante de SO2 (anh¨ªdrido sulfuroso). La f¨¢brica de Rontealde en Barakaldo (Vizcaya), que produce ¨¢cido sulf¨²rico, emiti¨® el martes a la atm¨®sfera durante una hora una cantidad de SO2 superior a lo permitido legalmente sin que se produjeran ingresos en los hospitales.La empresa asegur¨® ayer haber cumplido todas las condiciones gubernamentales, incluida la entrega en enero del primer informe del laboratorio homologado que debe controlar las emisiones y velar por el cumplimiento de las condiciones t¨¦cnicas que garanticen el correcto funcionamiento de la planta.
1.500 microgramos por metro c¨²bico de di¨®xido de azufre en el aire de Barakaldo, municipio con m¨¢s de 100.000 habitantes, entre las 17.30 y las 18.30 del pasado martes. Ese fue el efecto del fallo en una bomba de absorci¨®n en la planta qu¨ªmica de Rontealde por un cortocircuito. Los l¨ªmites m¨¢ximos permitidos se encuentran entre 700 y 800 mg por metro c¨²bico. Previamente, Rontealde hab¨ªa realizado una parada t¨¦cnica ante la "necesidad de cambiar una bomba de absorci¨®n", seg¨²n explic¨® el nuevo director de calidad ambiental, Tom¨¢s Epalza, de Eusko Alkartasuna (EA).
En esta ocasi¨®n, seg¨²n Osakidetza (Servicio Vasco de Salud), no se ha producido ning¨²n ingreso en centros hospitalarios a diferencia del escape del 21 de octubre del pasado a?o, que produjo problemas respiratorios a siete personas. Ese d¨ªa, la ciudadan¨ªa de Barakaldo respir¨® durante una hora aire con una proporci¨®n de 1.789 mg. Las condiciones atmosf¨¦ricas han ayudado a atemperar los efectos de este "hecho desgraciado", calificativo empleado por Epalza para definir el nuevo escape. Rontealde ha tenido escapes graves en 1988, 1989 y 1991 y tiene abierta dos causas en los juzgados por presuntos delitos ecol¨®gicos.
El Gobierno vasco cerr¨® en octubre la empresa cautelarmente durante varias semanas e impuso siete condiciones dur¨ªsimas para reabrir la planta. Entre ellas destacaba la de contratar un laboratorio homologado que garantizara el "control permanente" del funcionamiento de la planta.
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