Fr¨ªo en el parque

El d¨ªa 13 de enero amaneci¨® especi¨¢lmente fr¨ªo en Madrid; a las nueve de la ma?ana me dirig¨ªa al tanatorio de la M-30 a dar mi ¨²ltimo adi¨®s a un amigo, cuando. en un duro banco de un helado parque he visto, sentado y cubierto de mantas a un hombre. Mi subconsciente me ha traicionado; bien abrigado como yo iba, he pensado: bueno, al menos con esas mantas no tendr¨¢ fr¨ªo.Un hombre cubierto de mantas durmiendo en un parque. Qu¨¦ horror. Con el fr¨ªo que hac¨ªa. Y yo pensando que...

Pero lo que m¨¢s me estremece es el convencimiento de que la gran mayor¨ªa de los no tan pobres, y no digamos de los ricos, con los gobernantes a la cabeza, tambi¨¦n se cubren (nos cubrimos) la conciencia con las mantas del helado indigente.

Despu¨¦s he o¨ªdo en la radio que echan de su casa a unos ancianos por no pagar 20.000 pesetas. Tal vez les dejen llevarse las mantas. Luego, tambi¨¦n la radio ha repetido la noticia, dada hace unos meses, de que a un modest¨ªsimo jubilado le ponen un mill¨®n de pesetas de multa, ahora en v¨ªa ejecutiva, por comerse un lagarto "de una especie protegida"; unos guardias civiles le vieron cometer tan vil acci¨®n, le denunciaron. Es la ley. Y el orden.

Las calles, los parques, las casas, la c¨¢rcel, llenos de pobres.

Los pobres no son especie protegida. No lo son porque hay muchos. Aunque los matemos de fr¨ªo, hambre, tristeza, insolidaridad, indiferencia, opresi¨®n, rechazo, marginaci¨®n, desesperaci¨®n, desprecio, no se acabar¨¢n nunca. Est¨¢ justificado que no los protejamos. Yo esperaba que un Gobierno socialista...

Y la derecha esperando el relevo.-