Hispanismo franc¨¦s

Sin la actuaci¨®n del violinista Joshua Bell (Indiana, 1967) el concierto de la Orquesta Nacional Francesa habr¨ªa sido un punto desfavorable en el ciclo de Iberm¨²sica. El director Charles Dutoit (Laussanne, 1936), al que la propaganda directa e indirecta califica de especialista en el repertorio franc¨¦s, se enfrent¨® a Ravel, Debussy y Chabrier como Don Quijote con los molinos de viento. S¨®lo el Bolero se libr¨®, en parte, del desequilibrio sonoro, la abultada vulgaridad, el mezzofortismo y la ausencia de toda po¨¦tica que deslucieron la Iberia, de Debussy, y la Rapsodia espa?ola, de Ravel.La misma colaboraci¨®n con el violinista Joshua Bell (flexible, arrebatado y nada f¨¢cil de seguir) tampoco enalteci¨® los pentagramas hispanizantes de Lalo en la Sinfon¨ªa espa?ola.

Pero el solista- brill¨® con una t¨¦cnica de alto virtuosismo, un sonido incisivo y luminoso y una gracia expresiva muy especial, a veces incluso excesiva, capaz de evidenciar la relaci¨®n de Lalo y su temprano espa?olismo con el gusto y el estilo de Pablo Sarasate, al tiempo que subrayaba la elegancia de l¨ªnea y procedimientos caracter¨ªsticos del m¨²sico de Lille.

Su Sinfon¨ªa espa?ola supone un anticipado espa?olismo en la m¨²sica francesa, ya que es pr¨¢cticamente contempor¨¢nea de la ¨®pera Carmen, de Bizet, con la que, d¨ªgase lo que se diga, no tiene demas¨ªada relaci¨®n.

Iberia o la Rapsodia sufrieron de un realismo lejano de ese arte m¨¢gico de la insinuaci¨®n y la sugerencia en el que los dos grandes franceses fue ron maestros; en Espa?a, de Chabrier, Dutoit se mostr¨® partidario de un espa?olismo furioso y carente de sosiego, o sea, falso y m¨¢s ce?ido a c¨®mo nos ven desde fuera que a como somos en realidad.

La Nacional Francesa cuenta con excelentes instrumentistas, lo que se hizo patente en las sucesivas intervenciones del Bolero, lejano por otra parte, de esa languidez soleada, como de siesta meridional, que determina su sustancia y su expresi¨®n.