Arte, casta y diversi¨®n
Los novillos de Jes¨²s Gil, presidente del Atl¨¦tico de Madrid, sacaron casta; los lidiaron unos novilleros con arte, pundonor y lo que hay que tener, y hubo en la plaza entusiasmo, emoci¨®n y alegr¨ªa, dentro de un orden. O sea, que se divirtieron, de consuno, valdemorillanos y forasteros, aficionados doctos y legos en la materia, de cualquier edad sexo y condici¨®n. Y cuando abandonaban la plaza -los ni?os, de la mano de sus pap¨¢s- iban todos la mar de contentos; ninguno con la siniestra intenci¨®n de matar a nadie, ni siquiera una mosca.De los novilleros, el que alcanz¨® mayor ¨¦xito fue Miguel Mart¨ªn, y adem¨¢s con todo merecimiento. T¨¦cnico, bullidor y arrebatado, dio fiesta grande al cuarto novillo, que lo era de trap¨ªo y encastado. En el primer tercio, ofreciendo un recital de suertes: la larga cambiada y las ver¨®nicas, rogerinas para poner el novillo en suerte, gaoneras de barroca, composici¨®n y rara belleza, que pusieron al p¨²blico en pie. No se hab¨ªa acabado de sentar el p¨²blico cuando lo levant¨® de nuevo en el de banderillas, al prenderle al novillo reserv¨®n cuatro emotivos pares. Y lo mantuvo maravillado y conmovido durante la vibrante faena de muleta, cuyos pases en redondo, largos y poderosos,. provocaron ol¨¦s encendidos.
Valdeolivas / Mart¨ªn, Collado, Chamaqui
Novillos de Valdeolivas, bien presentados, flojos, con casta. Miguel Mart¨ªn: estocada trasera, descabello -aviso- y descabello (aplausos y saludos); pinchazo, media y rueda de peones (dos orejas). Jos¨¦ Manuel Collado: bajonazo trasero perdiendo la muleta (aplausos y saludos); estocada atravesada trasera -aviso- y dobla el novillo (silencio). Chamaqui: pinchazo y estocada ca¨ªda (silencio); estocada ca¨ªda (palmas). Plaza de Valdemorillo, 7 de febrero. 4? corrida de feria. Lleno.
Dos orejas gan¨® Miguel Mart¨ªn, que fueron las ¨²nicas, pero no porque dejaran de verse cosas buenas el resto de la tarde. Antes al contrario, el propio Mart¨ªn es tuvo muy voluntarioso en el que abri¨® plaza; Juan Jos¨¦ Collado tore¨® mucho al natural, con estricta sujeci¨®n a los c¨¢nones y excelente corte torero al interpretarlos; y Chamaqui explay¨® una tauromaquia ortodoxa, sentida, suave y pulcra, siempre pisando los terrenos precisos en las distancias adecuadas.
No alcanzaron, el triunfo Collado y Chamaqui pues sus novillos, resultaron complicados unos por aspereza, otros por invalidez. De esto tuvieron tambi¨¦n- los novillos de Jes¨²s Gil, hierro Valdeol¨ªvas, que resultaron interesantes en su conjunto. Y aunque comparec¨ªan abantos, calamocheaban violentos las plazas montadas y se arrepuchaban en banderillas, reaccionaban al castigo con las del beri y acababan recrecidos, buscando pelea. Suelen decir en el mundillo taurino que los toros, sacan el temperamento del amo. Podr¨ªa ser, si bien se mira.
La prohibici¨®n
El caso es que toros y toreros ofrecieron diversi¨®n a mayores y peque?os. Muchos pap¨¢s se llevaron a sus hijos a los toros, entre otras razones porque les, pareci¨® oportuno, y lo pasaron estupendamente.
Sin embargo el futuro puede ser distinto: los pol¨ªticos de la Comunidad de Madrid han decidido inmiscuirse en sus vidas y enmendarles la plana , para lo cual han acordado prohibir que asistan a las corridas los ni?os menores de 14 a?os, all¨¢ penas si la fiesta les gusta y les quieren llevar sus padres.
Esos inquisidores de. v¨ªa estrecha, esos mesi¨¢nicos definidores del bien y del mal, en una clamorosa manifestaci¨®n de incompetencia perpetrada mediante el ejercicio abusivo de sus funciones, se han puesto por montera el derecho inalienable que tienen los padres a decidir libremente la formaci¨®n y el ocio de sus hijos, incluso a la Constituci¨®n misma quiz¨¢, y han tomado esa arbitraria medida que no justifica ning¨²n imperativo pedag¨®gico ni responde a demanda social alguna.
A lo mejor es que los pol¨ªticos de la Comunidad de Madrid quieren d¨¢rselas de europeos. Pero lo ¨²nico que han conseguido, de momento, es ganarse la patente de catetos.
Babelia
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