Las entra?as de 'La Peineta'
Los madrile?os pueden usar su squash, su sauna... y hasta sus calabozos
Es enorme por fuera y laber¨ªntica por den tro. El exterior est¨¢ di se?ado para los grandes atletas, para las y hasta sus calabozos tardes de plusmarcas. El interior, a la medida de marujas y ejecutivos. La Peineta pretende convertirse en algo m¨¢s que un foro de alta competici¨®n. Son ya 400 los socios con los que cuenta el cen tro deportivo, reci¨¦n abierto, que alberga en sus entra?as. "En cuanto lleguemos a 1.000, ampliaremos las instalacio nes", asegura Jes¨²s Isasa, director del estadio. Un museo, una biblioteca, palcos y hasta cuatro calabozos tambi¨¦n son parte de las instalaciones"La clientela que acude al gimnasio es variopinta, desde jovencitos que vienen de fuera del barrio a marujonas que viven aqu¨ª al lado", explica Carlos, instructor del gimnasio. Carlos cuenta que le cur¨® una hernia de disco a Imanol Arias. Los aparatos de los que dispone son de tecnolog¨ªa punta: sensores para tomar las pulsaciones, ingenios que controlan la actividad cardiovascular... Y la cadena MTV conectada en los televisores para que Prince pueda dictar la cadencia de los ejercicios. A 100 metros de la alta tecnolog¨ªa se halla la prehistoria de la musculaci¨®n, el gimnasio de finales del XIX que alberga el Museo del Estadio.
El museo de Mart¨ªnez
Los aparatos que un hombre apellidado Mart¨ªnez dise?aba en 1890 son los mismos que hoy se utilizan, s¨®lo que hechos de hierro y madera. Mart¨ªnez era propietario de un gimnasio en Segovia, sustituido ahora por bar de copas: El Gimnasio, precisamente. El Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica es propietario de la colecci¨®n, y se la cedi¨® a La Peineta, que la tendr¨¢ hasta el mes de marzo. Mart¨ªnez dise?aba adem¨¢s algunos de los aparatos, y mand¨® construir un artilugio de rehabilitaci¨®n para la espalda de un amigo, el organista de la catedral. Dos obuses, puestos en los extremos de una barra, serv¨ªan para fabricar unas pesas. Las barras paralelas, hoy de fibra de vidrio, eran entonces de madera. Tambi¨¦n hab¨ªa bicicleta: una pieza colocada sobre la rueda serv¨ªa para graduar el esfuerzo. Una foto del antiguo gimnasio testimonia que, a falta de Prince y MTV, los usuarios se distra¨ªan con un fresco instalado en el techo que representaba a una mujer.Pero el m¨¢s curioso de los aparatos es el vibrador: un artilugio que aliviaba el dolor de las partes afectadas por un golpe bajo de esgrima. Dos bolitas de altura regulable eran accionadas mediante una manivela para efectuar el masaje. Unos 4.500 ni?os han. acudido ya a este museo, que s¨®lo se puede visitar en grupo y pidiendo cita.El squash es el deporte rey de las instalaciones y cuenta con ocho pistas. Tambi¨¦n hay sala de aerobic, saunas con una peque?a ,piscina de relajaci¨®n- y jacuzzis. Pero el estadio alberga adem¨¢s muchas otras zonas, aparte de la deportiva: en sus oficinas se han instalado 13 federaciones deportivas. El mobiliario de dise?o reina en la cafeter¨ªa de personalidades, en los salones de reuniones y en las salas de c¨®ctel: es la llamada zona noble, situada junto al palco. Incluso hay un despacho para el Rey. "Lo que pasa es que, como nunca ha venido, s¨®lo lo, ha podido utilizar Leguina", cuenta Ignacio P¨¦rez de Santiago, portavoz de prensa.
El complejo cuenta tambi¨¦n con un amplio restaurante -donde se puede comer muy dignamente un men¨² de 950 pesetas-, que registra cada d¨ªa poca asistencia, tal vez por su es casa publicidad.
La Peineta dispone adem¨¢s de 34 palcos con cristalera, que pueden ser alquilados para presenciar las competiciones. Todav¨ªa no se. sabe lo que costar¨¢ alquilarlos. Nadie lo ha hecho a¨²n..
Y, por supuesto, el, edificio que sostiene La Peineta misma (la gran grada para 20.000 espectadores) alberga unas pistas de calentamiento, que son utilizadas por la federaci¨®n de atletismo para la formaci¨®n de sus deportistas, y que a partir del 1 de marzo recibir¨¢n a los atletas cubanos para su preparaci¨®n con vistas a los Campeonatos del Mundo en pista cubierta.
Los ascensores conectan la zona elegante del estadio con la m¨¢s sombr¨ªa: en los s¨®tanos hay cuatro calabozos, para eventuales alborotadores en el caso de que no se acabe la violencia en el deporte. Pero La Peineta tambi¨¦n quiere ser rock¨®dromo sus paredes de hormig¨®n servir¨¢n en breve para los m¨¢s atrevidos escaladores.
Centro deportivo. Abono anual, 65.000 pesetas. Pista de squash, 200 pesetas. Avenida de Arcentales, sin n¨²mero. Metro Las Musas. M¨¢s informaci¨®n en el tel¨¦fono 580 5180.
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