Edil nupcial
El alcalde de San Sebasti¨¢n de los Reyes disfruta los ¨²Itimos d¨ªas de su solitario privilegio de casar
Boda en los Jer¨®nimos: con cura, dos anos y medio. Boda en Pradillo: con juez, 15 d¨ªas. Boda en el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n de los Reyes: con alcalde, el pr¨®ximo viernes. Casarse en Madrid es una cuesti¨®n de tiempo, no de dinero. El tiempo es m¨ªnimo en San Sebasti¨¢n de los Reyes, donde su primer edil apura los ¨²ltimos d¨ªas del raro privilegio de poder casar. Es la prerrogativa que le otorga regir una gran ciudad, muy poblada, que carece de juzgado civil.Los tr¨¢mites por contraer matrimonio civil en Madrid cuestan cero pesetas, seg¨²n los magistrados que casan en los Juzgados de Pradillo. Pese a ello, el a?o pasado descendi¨® en unos 5.000 matrimonios los habituales 20.000 enlaces nupciales anuales que se producen en el territorio madrile?o. Ahora parece que las bodas repuntan. Pero habr¨¢ que esperar a la primavera.
Casi todas las parejas madrile?as quieren casarse en viernes, en d¨ªa soleado y a finales de mayo. Los codiciados viernes quedan reservados en los Juzgados de la calle de Pradillo con seis meses de antelaci¨®n. Los martes de la mismas* semanas permanecen vacantes. Amado viernesTal vez por esta raz¨®n, cada vez es mayor el n¨²mero de novios y novias que telefonean al, Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n de los Reyes (58.000 habitantes) para ser casados un viernes postrero de mayo, en la sala de plenos y por su alcalde.
?ngel Requena, de 43 a?os, de Izquierda Unida, lleva nueve meses al frente del Ayunta miento. F¨ªsico de profesi¨®n, profesor de Matem¨¢ticas y es pecialista en estructuras, parece haber incorporado ahora a sus especialidades la singular tarea de casar a los j¨®venes que quieren hacerlo en la ciudad que regenta como primer edil.
Maribel, su secretaria, recibe unas dos llamadas diarias para reservar una fecha de boda. Hay d¨ªas que llegan hasta cuatro solicitudes; en ocasiones, los futuros contrayentes o sus familiares demandan al Ayuntamiento el alquiler de salones o servicios, incluso musicales, de los que el concejo no dispone. "No nos dedicamos a eso", dice un funcionario. "Aqu¨ª s¨®lo se les casa", a?ade.
Las peticiones de matrimonio por el alcalde Requena abarcan hasta octubre; sin duda, los novios olvidan que antes, en mayo, habr¨¢ elecciones y que ¨¦l deber¨¢ revalidar su cargo en las urnas.
El Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n de los Reyes se encuentra en una plaza con una fuente de pitorro, una farola central con cuatro tulipas, tres abetos de aguja, un pino pi?onero y varios ¨¢rboles de la familia del ar¨¢ndano. La plaza es s¨®lo para peatones: queda fuera, guarecida del trepidar de las calles cercanas.
Eso por fuera. Pero, por dentro, tras los arcos blanqueados que portican la entrada, al cruzar una puerta acristalada se abre la moderna sala de plenos. Cristal, aluminio y vivos colores decoran el escenario de las bodas civiles que el alcalde Requena celebra los viernes por la tarde y los s¨¢bados. Una tr¨ªada de tuber¨ªas de aluminio, pintadas de colores vivos, surca el techo de la sala de plenos confiri¨¦ndole un toque muy decorativo.
"Creo que celebrar aqu¨ª las bodas puede dar atractivo a nuestra ciudad", dice con una sonrisa el alcalde. "Nos llaman fot¨®grafos y otros profesionales para, acreditarse y conseguir autorizaci¨®n para instalarse a cubrir las bodas; pero nosotros les reiteramos que aqu¨ª nos limitamos, ¨²nicamente, a facilitar bodas de vecinos o futuros vecinos de San Sebasti¨¢n".
Esta pr¨¢ctica tiene su fundamento en que San Sebasti¨¢n de los Reyes, con otros dos municipios vizca¨ªnos, presenta la singularidad ¨²nica en Espa?a de contar con m¨¢s de 50.000 habitantes y carecer de juzgado civil, si bien poseen juez de paz. Ello confiere a su alcalde la potestad de celebrar matrimonios civiles, cosa que ¨¦ste hace "con solemnidad y diligencia", seg¨²n aseguran algunos vecinos. En teor¨ªa, todo alcalde de localidad sin juez de carrera y con juez de paz puede casar a los vecinos que deseen contraer matrimonio.
"Me limito a cumplir lo que la ley nos exige", sonr¨ªe el alcalde Requena. "Saludo a los contrayentes, leo ante ellos los art¨ªculos 66, 67 y 68 del C¨®digo Civil, les pregunto si consienten en casarse y les recuerdo el alcance que tiene el acto voluntario que realizan. Eso es todo", agrega.
El alcalde Requena exhibe con orgullo la sala de los plenos municipales, que considera la principal pieza de seducci¨®n para los contrayentes que all¨ª van a casarse, am¨¦n de la pac¨ªfica plaza del Ayuntamiento: umbr¨ªa y blanca al mismo tiempo, la plaza se presta a la comunicaci¨®n entre los familiares de los contrayentes, al lucimiento de madrinas y a las fotograf¨ªas de grupos entre el correteo tranquilo de ni?os a trav¨¦s de un espacio peatonal.
No obstante, el privilegio del alcalde de San Sebasti¨¢n de los Reyes culminar¨¢ con su r¨¦gimen de cuasimonopolio en bodas el pr¨®ximo d¨ªa 1 de marzo.
Una ley ya publicada, que entrar¨¢ en vigor en esa fecha, conferir¨¢ entonces la potestad de casar a todos los alcaldes espa?oles, independientemente de que su municipio tenga m¨¢s de 50.000 habitantes y de que carezca de juzgado.
Los alcaldes de las grandes ciudades podr¨¢n brindar solemnidad a un matrimonio civil, como la que el alcalde de San Sebasti¨¢n de los Reyes despliega los viernes y los s¨¢bados en los que la sala de plenos permanece libre.
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