La manta larga
Sanchis, Hierro y Quique han convertido el trabajo defensivo en una prueba de ingenio
El venerable Tim por entonces entrenador de la selecci¨®n peruana, dijo que el f¨²tbol es una manta corta. "Si te tapas la cabeza, se enfr¨ªan los pies. Si te arropas los pies, descubres la cabeza". Se refer¨ªa naturalmente al peaje que pagan los equipos que juegan ofensiva o defensivamente. Los entrenadores han buscado soluciones cada vez m¨¢s refinadas para resolver el problema del t¨¦cnico suramericano. Se ha visto de todo y en todas las proporciones, pero finalmente los equipos eran atacantes o defensivos, y a unos se les ve¨ªa la cabeza y otros los pies.Un lugar com¨²n sobre Valdano es que sus equipos andan resfriados por su tentaci¨®n a abrir las ventanas. Demasiado ofensivos, dec¨ªan. Lo confund¨ªan con un rom¨¢ntico o un iluso. Antes del campeonato se lleg¨® a decir que sus centrocampistas no quitar¨ªan la pelota a nadie y que sus defensas se hab¨ªan probado vulnerables en demasiadas ocasiones.
En el meridiano de la Liga, el Madrid ha marcado m¨¢s goles que nadie y recibido muchos menos de los previstos. Parece que Valdano ha encontrado una manta larga. Hay dos razones para el equilibrio: el orden y la categor¨ªa de su jugadores. Parece l¨®gico que el Madrid tenga contundencia. Ataca con mucha gente. Resulta m¨¢s dif¨ªcil explicar la seguridad defensiva, pues el equipo no recurre al amontonamiento. Bien, est¨¢ la zona y el compromiso general de todo el equipo para presionar, con Ra¨²l y Zamorano a la cabeza. Pero al final del paisaje sobresalen cuatro defensas que han convertido su trabajo en un arte.
La temporada de Quique Hierro y Sanchis es memorable. Cada uno en su estilo, ha dado la vuelta al discurso y han convertido el trabajo defensivo en una prueba de ingenio, hasta el l¨ªmite del desaf¨ªo. Lo primero que han hecho ha sido desmentir la fama del defensa como futbolista plano, guarecido en su trabajo porque nunca pudo ser delantero. Estos parecen delanteros de verdad: manejan la pelota con una, pulcritud extremada, casi con suficiencia. Quique tira paredes, ca?os, busca el regate y pasa, en lugar de tirar centros. De Sanchis ya sab¨ªamos que le gusta humillar al delantero con dos recortes, un amague y un giro. Y Hierro aprovecha su tranco para salir con la pelota hasta el medio campo y eliminar el problema que produc¨ªa treinta metros atr¨¢s. Los tres tienen caracter¨ªsticas muy definidas. Quique, que lleg¨® al Madrid con poca fama de defensor, recibe cada domingo tres ovaciones en el Bernab¨¦u por defender como nadie. Es muy dif¨ªcil regatearle (primera obligaci¨®n de un zaguero) y dispone de toda clase de recursos. Tiene rapidez, juega con un Coraje enorme (en el partido contra el Bar?a ray¨® en la intrepidez) y tiene un gran sentido t¨¢ctico: cruza como ning¨²n otro, lateral por detr¨¢s de los marcadores centrales e interpreta con precisi¨®n los principales conceptos de Valdano (la ubicaci¨®n en zona, el achique y el barrido). Y la sensatez tampoco le abandona en los momentos delicados, cuando el partido se pone feo y la adrenalina amenaza con provocar un cortocircuito en los defensas.
Fernando Hierro es uno de los mejores cabeceadores del campeonato. Lo hace en ataque y en defensa con la misma solemnidad. Pelota alta: para Hierro. Como central tiene una cualidad que pierde en el centro del campo: adivina y recupera la pelota. Desde esa posici¨®n lee perfectamente el juego. Su pegada con la pelota ayuda al Madrid de la misma manera que Koeman en el Barcelona. Desplaza largo, con precisi¨®n y criterio, un arma decisiva para vencer la presi¨®n de los adversarios.
Sanchis ha vuelto. Lo ha hecho con el mismo gesto desafiante de sus primeros anos. Mantiene el aire burl¨®n que le sirve para ganar casi siempre en el mano a mano y llevarse la pelota con la facilidad de un delantero. Sobrepasarle es complicado: no ha perdido velocidad y siempre tiene un recurso en el sombrero cuando Parece desbordado. En estos d¨ªas ha alcanzado lo que perdi¨® por el camino. Sanchis se divierte con su baraja de trucos defensivos.
El ¨²ltimo tiene poco nombre y ha provocado muchas dudas. Pero funciona. Con Lasa, el Madrid no ha recibido ning¨²n gol en siete partidos (no figura el partido de ayer con el Logro?¨¦s). Entre todos los laterales zurdos que ha probado el Madrid parece el m¨¢s natural. Es r¨¢pido, valiente, cruza bien y comienza a perder la tensi¨®n que le apretaba.
Al final resulta que la manta, tambi¨¦n puede ser larga.
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