El Ej¨¦rcito contin¨²a su avance en Chiapas entre las primeras denuncias de ejecuciones sumarias
MAITE RICO ENVIADA ESPECIAL Tres muertos y cuatro campesinos detenidos por el Ej¨¦rcito en Altamirano. Una ejecuci¨®n a manos de supuestos polic¨ªas en Motozintla. Restricci¨®n al acceso de los medios de comunicaci¨®n y de las organizaciones humanitarias en la selva Lacandona. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom¨¦ de las Casas, vinculado al obispado de San Crist¨®bal, desglos¨® ayer las primeras denuncias que ha recibido desde que el jueves comenzara la operaci¨®n militar ordenada por el presidente mexicano, Ernesto Zedillo, para detener a los l¨ªderes del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) y acabar con la guerrilla que se alz¨® en armas en el Estado de Chiapas en enero de 1994.
A pesar del desembarco en San Crist¨®bal de las Casas de numerosos funcionarios de los gabinetes de prensa gubernamentales, el hermetismo sobre lo que ocurre en el interior de la selva es la pauta general. Los periodistas s¨®lo pueden entrar en la zona acompa?ados por los militares."No quieren que entren all¨¢ para que no vean toda la chingadera que est¨¢n haciendo", comenta un jefe zapatista en Oventic, pueblecito situado a unos 10 kil¨®metros por camino de tierra de San Andr¨¦s Larrainzar, al norte de San Crist¨®bal. "Pero ustedes deber¨ªan ir. Han bombardeado, y en Ibarra y Rosario han violado mujeres y matado ni?os". Que sea verdad o no, lo cierto es que el cerco informativo da pie a todo tipo de rumores.
Un grupo de hombres y muchachos tzotziles de rasgos limpios se api?a en la puerta del hospital de Oventic, un edificio de dos plantas que destaca entre las caba?as donde vive la gente. La cl¨ªnica, donaci¨®n de un fil¨¢ntropo suizo, ha sido utilizada por el EZLN. Ahora est¨¢, dicen, cerrada. Una enorme antena de radio asoma detr¨¢s de la caseta. "No somos zapatistas, no somos nada". Pero las botas que calzan les delatan, como las preguntas con que espetan al visitante reci¨¦n llegado: "?De d¨®nde vienen? ?Ad¨®nde van? Son del Gobierno, ?verdad? ?Por qu¨¦ no se regresan?".
Los uniformes y los fusiles est¨¢n bien guardados. El Ej¨¦rcito se encuentra en San Andr¨¦s, el primer pueblo bajo su control. Hasta hace una semana eran los zapatistas los que hab¨ªan instalado cuatro retenes en la localidad. Se han esfumado. Ahora, los veh¨ªculos y las bicicletas herrumbrosas transitan con normalidad por estos caminos polvorientos. Decenas de banderas blancas ondean sobre los tejados.
A Oventic no han llegado todav¨ªa los militares. "Han sobrevolado con helic¨®pteros, pero no han venido por tierra. No podemos estar peor", dice un responsable local. "No pensamos hacer provocaciones, ¨¦sa es la orden de la comandancia general. Pero como sigan chingando a la poblaci¨®n no nos aguantaremos".
Delaciones de vecinos
La amenaza se diluye despu¨¦s pat¨¦ticamente. "Si aparecen, nos vamos forzosamente". Las delaciones por parte de los vecinos simpatizantes del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), dicen, los han puesto en jaque.
As¨ª ha ocurrido en buena parte de las poblaciones de mayor¨ªa zapatista, como San Andr¨¦s. "Se fueron al camino, en las cuevas, all¨¢ donde el cerro, con todos sus hijos, las maletas y sus cositas", explica Felipe D¨ªaz en su casita de adobe. "Tienen miedo", apostilla entre titubeos.
Felipe est¨¢ tranquilo. ?l se autodenomina "universal", un concepto que define como "lo que es as¨ª, pues"; es decir, apegado al PRI. "Los zapatistas tienen malas ideas. Es pura pol¨ªtica". Pero no les guarda rencor. "Cuando pusieron los retenes, no nos molestaban. S¨®lo que no dejaban pasar los carros. Ni el alcohol". Por eso, a Felipe se le ve¨ªa llegar a su casa girando sobre su eje, con una melopea considerable.
"La medida de Zedillo ha sido precipitada". El cura franc¨¦s Michel Chanteau, diminuto p¨¢rroco de Chenalh¨®, tambi¨¦n en la regi¨®n de Los Altos, cree que al presidente mexicano le "calentaron la cabeza". "Los militares se quedaron frustrados tras la firma del cese el fuego. Est¨¢n acostumbrados a actuar de otra manera", comenta frente a un vasito de pastis.
El padre Chanteau -como el resto de los p¨¢rrocos de lazona, muy comprometidos con la poblaci¨®n ind¨ªgena- se ve ahora en una situaci¨®n complicada. Los mestizos, que ya no van a misa, le acusan de ser zapatista. "Yo, lo ¨²nico que soy es samuelista", dice, destacando su devoci¨®n por el obispo de San Crist¨®bal. Samuel Ruiz est¨¢ entre la espada y la pared. La sociedad criolla le acusa, sin pruebas, de estar detr¨¢s del EZLN y pide su salida de la di¨®cesis, algo que el Vaticano persigue denodadamente por sus "desviaciones, doctrinales".
La guerrilla acusa al Gobierno de bombardear poblaciones civiles
La guerrilla zapatista acus¨® ayer al Ej¨¦rcito federal de estar bombardeando impunemente poblaciones civiles en su ofensiva para acabar con los rebeldes. En un comunicado difundido anoche, el primero desde que el Ej¨¦rcito federal comenz¨® hace tres d¨ªas la operaci¨®n, los insurgentes aseguraron que cuatro helic¨®pteros militares, bombardearon el pasado viernes zonas en torno a las ciudades de Morelia y La Garrucha. Los zapatistas denunciaron que est¨¢n siendo sometidos a "un cerco de muerte" y pidieron detener lo antes posible "esta guerra genocida".Por otra parte, la Fiscal¨ªa mexicana ha dictado una orden de detenci¨®n contra Amado Avenda?o, gobernador rebelde de Chiapas, seg¨²n confirm¨® ayer su esposa, Concepci¨®n Villafuerte. Avenda?o, combativo periodista muy conocido en San Crist¨®bal de las Casas, se present¨® como candidato al cargo de gobernador de este Estado por la "sociedad civil" y el opositor. Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), de centro-izquierda.
El triunfo del candidato del PRI, Eduardo Robledo, en las elecciones estatales de agosto fue considerado fraudulento por los grupos de oposici¨®n. Avenda?o constituy¨® entonces un "Gobierno de transici¨®n en rebeld¨ªa" y encabez¨® una campa?a de resistencia civil.
Avenda?o se encuentra en el vecino Estado de Tabasco, en un acto p¨²blico. Parad¨®jicamente, el gobernador rebelde ha sido convocado a una entrevista, ma?ana, con el secretario de Gobernaci¨®n, Esteban Moctezuma.
Mientras tanto, las tropas del Ej¨¦rcito mexicano contin¨²an intern¨¢ndose en la selva Lacandona. Ayer llegaron a San Quint¨ªn. El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja abandon¨® ayer sus posiciones en Guadalupe Tepeyac, cuartel general zapatista, y en San Miguel, puntos ya tomados por el Ej¨¦rcito sin resistencia.
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