Las drogas disparan un 47% las muertes entre los madrile?os menores de 40 a?os
A principios de los a?os noventa est¨¢n muriendo casi el doble de varones j¨®venes en Madrid que un decenio antes. La mortalidad de las personas comprendidas entrelos 15 y los 39 a?os ha crecido en un 47% en menos de ocho a?os; en gran parte, por culpa de las drogas inyectables. Sus consecuencias -el sida y las sobredosis- han superado ampliamente a las muertes portr¨¢fico -tradicionalmente, la primera causa de mortalidad, entre personas j¨®venes-, seg¨²n el primer estudio de este tipo realizado por t¨¦cnicos del Plan Nacional sobre Drogas.
Este estudio acaba de ser divulgado en el American Journal of Public Health, publicaci¨®n editada en Estados Unidos considerada como una de las m¨¢s importantes del mundo en salud p¨²blica.Los ¨²ltimos datos contenidos en el estudio son de 1991, pero actualmente entre un 30% y un 50% de los heroin¨®manos es seropositivo, lo que augura la misma tendencia para los siguientes a?os. El estudio, que abarca ¨¦l periodo comprendido entre 1983 y 1991, demuestra que la mortalidad en Madrid entre las personas j¨®venes creci¨® en un 47% de media en esos anos, y que entre los varones se eleva hasta el 70%.
Luis de la Fuente considera que las cifras correspondientes a muerte por drogas son mayores, puesto que las estad¨ªsticas no recogen toda la realidad. No siempre las muertes por drogas llegan a ser registradas oficialmente. En Madrid fallecen como consecuencia de las drogas inyectables 40,1 personas por cada 100.000, seg¨²n datos de 1991. Sumando todas las causas, se mueren en total 147,9 adultos j¨®venes al ato (edades entre 15 y 39 a?os) por cada 100.000 habitantes.
Desviar la atenci¨®n
"Esto s¨®lo significa una cosa", dice el m¨¦dico Luis de la Fuente, coordinador del trabajo: "que el uso de drogas inyectables, fundamentalmente de hero¨ªna, sigue siendo un problema sanitario grav¨ªsimo, aunque ¨²ltimamente se quiera desviar la atenci¨®n hacia otras drogas de dise?o".
En las muertes de hombres y mujeres menores de 40 a?os, el 66% del incremento experimentado en la ¨²ltima d¨¦cada es atribuible al consumo de drogas por v¨ªa intravenosa. Por esta pr¨¢ctica ha contra¨ªdo sida m¨¢s del 60% de los enfermos registrados en Espa?a desde que se describi¨® la infecci¨®n, en 1980. Y en la comunidad madrile?a, esta enfermedad se lleva, seg¨²n el estudio, a 22,4 adultos j¨®venes de uno y otro sexo por cada 100.000, cuatro m¨¢s que el tr¨¢fico. Aunque por causas distintas, Madrid y Nueva York -en este caso, por pr¨¢cticas homosexuales sin precauciones- comparten un triste titular: el sida ya es la primera causa de muerte entre los hombres y las mujeres j¨®venes.
Las muertes por reacciones agudas como consecuencia de las drogas tambi¨¦n crecieron, al pasar de una tasa de 3,4 a 17,7 por cada 100.000 habitantes. Otras consecuencias de la jeringuilla, como la hepatitis o la cirrosis, no han sido contabilizadas en el trabajo.
Las gr¨¢ficas elaboradas por los autores del estudio muestran c¨®mo las tendencias juveniles se quiebran dram¨¢ticamente a partir de 1980. En 1988 se igualan las muertes debidas a tr¨¢fico y drogas, para experimentar estas ¨²ltimas una escalada imparable a principios de los noventa. En 1991, las, muertes por el consumo de drogas suponen el 23% de los fallecimientos entre menores de 40 a?os por todas las causas (el 28%, en varones, y el 14%, en mujeres). Diversos estudios recientes calculan que en la Comunidad puede existir hoy d¨ªa un n¨²mero de heroin¨®manos cercano a los 40.000. Entre un 30% y un 50% de ellos est¨¢ infectado del virus del sida y desarrollar¨¢ la enfermedad.
H¨¢bitos de consumo
A esto se a?ade el que Madrid sea una de las comunidades donde menos est¨¢n cambiando los h¨¢bitos de consumo de drogas, seg¨²n explica De la Fuente. Casi la mitad sigue utilizando jeringuilla, mientras. que otro 50% caza el drag¨®n; es decir, inhala la hero¨ªna calentada previamente en un papel de aluminio, con menores riesgos asociados a infecciones.
Si la erradicaci¨®n total de las drogas en la sociedad es una utop¨ªa abandonada hace tiempo por los expertos en el problema, la lucha por modificar los h¨¢bitos de consumo sigue constituyendo Un objetivo irrenunciable. "Que quede claro que ah¨ª est¨¢ el problema", insiste Luis de la Fuente.
Es verdad que crece el consumo de coca¨ªna: el n¨²mero de personas en tratamiento por esta droga pas¨® de 188 en 1987 a m¨¢s de 1.500 en 1993; es verdad que las drogas de dise?o se expanden r¨¢pidamente entre los m¨¢s j¨®venes: si en 11987 se decomisaron 187 pastillas de ¨¦xtasis, en 1993 lleg¨® a casi tres millones. Pero por ahora, y a diferencia de las drogas, inyectables, "apenas se. ha informado d e graves problemas [sanitarios] atribuibles a su uso manifiestan Luis de la Fuente y Gregorio Barrio en otro, trabajo del Plan Nacional.
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