"Estamos muy orgullosos de habernos mantenido serenos ante los golpes de ETA"
El Ej¨¦rcito no se mueve. No lo movieron los dur¨ªsimos golpes de ETA, que no siempre result¨® f¨¢cil superar, y no lo mueve, ni lo inquieta, la convulsa situaci¨®n pol¨ªtica. Jos¨¦ Faura Mart¨ªn, jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito desde hace un a?o, reafirma con naturalidad su lealtad al presidente y al ministro de Defensa, al actual y al que le suceda, cualquiera que sea su partido, "porque ser¨¢ m¨ª jefe inmediato". S¨®lo le preocupa, y mucho, el recorte presupuestario.
El pasado d¨ªa 10, la actual Junta de Jefes de Estado Mayor se reuni¨®, por vez primera, con Felipe Gonz¨¢lez. "Ten¨ªamos, desde hace tiempo, el compromiso de comer con ¨¦l", explica el teniente general Jos¨¦ Faura, ceut¨ª de 63 a?os. "Para nosotros es un honor, porque se trata del presidente del Gobierno de Espa?a. Hab¨ªa mostrado inter¨¦s en conocer el centro de conducci¨®n de operaciones del Ministerio de Defensa. Tras visitarlo, tuvimos una comida muy distendida, en la que se habl¨® de muchas cosas, algunas de ¨ªndole particular, sin orden del d¨ªa.
Pregunta. ?Se habl¨® de la actual crisis pol¨ªtica?
Respuesta. En absoluto.
P. ?Causa inquietud en los cuarteles esta crisis?
R. El Ej¨¦rcito est¨¢ muy tranquilo, dedicado a sus actividades profesionales, y no he detectado ning¨²n s¨ªntoma de preocupaci¨®n.
P El Ej¨¦rcito ha sido durante a?os v¨ªctima predilecta de ETA, que intentaba hacerle perder los' nervios con sus provocaciones.
R. Nosotros, desgraciadamente, hemos soportado muchos atentados que nos han afectado profundamente, porque las v¨ªctimas eran miembros de las Fuerzas Armadas; unas veces, servidores humildes; otras, personalidades destacadas. En cualquier caso, la actitud del Ej¨¦rcito ha sido siempre ejemplar, y es una de las cosas de las que nos sentimos m¨¢s orgullosos: haber mantenido una actitud serena, responsable y hasta constructiva para que la situaci¨®n nacional no se viera alterada lo m¨¢s m¨ªnimo.
P. No siempre ha sido f¨¢cil...
R. No. ha sido f¨¢cil en muchos momentos, pero se ha superado. Cuando matan a alguien que es directo colaborador tuyo, el sentimiento de dolor es mucho mayor. Por eso, hay que admirar m¨¢s a la gente del entorno de la persona afectada, que ha tenido el coraje y la disciplina de aguantar sus sentimientos. En ocasiones, duele percibir, quiz¨¢ subjetivamente, que la muerte de un militar o un agente del orden se condena menos que otras.
P. Hace unos meses comieron tambi¨¦n ustedes con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
R. Fue una comida amigable y tranquila, presidida por el ministro de Defensa, en la que Aznar se interes¨® por aspectos importantes de las Fuerzas Armadas. Le contestamos con sinceridad. Hubo un buen entendimiento. Quiero aclarar que reuniones como ¨¦sta son frecuentes con los miembros de las comisiones de Defensa del Congreso y el Senado. No tenemos ning¨²n inconveniente en que nos conozcan. Al contrario. El Ej¨¦rcito es del pueblo. Queremos que se sepa c¨®mo gastamos el dinero, qu¨¦ cuarteles tenemos, c¨®mo vivimos... No tenemos el menor recelo. Si hay alguna anomal¨ªa, que nos la digan y la corregiremos.
P. Si el PP ganase las pr¨®ximas elecciones, la actual c¨²pula militar estar¨ªa a sus ¨®rdenes, al menos por un tiempo.
R. Lo previsto es que duremos cuatro a?os, m¨¢s o menos, al margen de que haya un cambio de Gobierno o de partido en el Gobierno. Nosotros no somos pol¨ªticos, sino t¨¦cnicos, y por descontado que la lealtad que tengo con el ministro actual la tendr¨¦ con cualquier ministro que haya, porque ser¨¢ mi jefe inmediato.
P. Volvamos a la reuni¨®n con el ]?residente. Supongo que le plantear¨ªan ustedes el recorte del presupuesto de Defensa.
R. No, para nada.P. ?No les preocupa?
R. ?Hombre! Si dijera que no, mentir¨ªa. Cualquiera puede entender que nos preocupe, y mucho, porque nuestro presupuesto est¨¢ muy ajustado.
P. ?Peligra el Plan Norte de reorganizaci¨®n del Ej¨¦rcito?
R. No est¨¢ en peligro. A¨²n no s¨¦ qu¨¦ parte del recorte nos va a corresponder, pero conf¨ªo en que no afecte demasiado. El presupuesto de este a?o era mejor que los anteriores y la reducci¨®n de cuarteles, personal o veh¨ªculos nos permitir¨¢ ahorrar en mantenimiento. Mientras mayor sea el presupuesto, antes alcanzaremos el objetivo, previsto. Pero hay que pensar que estamos construyendo el Ej¨¦rcito del siglo que viene.P. ?Qu¨¦ sentido tiene mantener la mili obligatoria si cuando hay que ir a Bosnia, por ejemplo, s¨®lo mandan profesionales?
R. Primero: el modelo de Fuerzas Armadas que Espa?a ha adoptado por decisi¨®n de las Cortes es el mixto. Por tanto, hay que admitirlo as¨ª mientras esa decisi¨®n no cambie. Dicho esto, yo creo que ¨¦se es el modelo que m¨¢s conviene a Espa?a, el que tienen las naciones de nuestro entorno.
La profesionalizaci¨®n pura presenta ventajas, pero tambi¨¦n inconvenientes. Y su elevado coste no es, como se dice, el m¨¢s importante. En una tropa profesional pueden surgir problemas que, por conocidos y por respeto a la gente que tenemos y que mayoritariamente son extraordinarios, no enumero. Segundo: cuando el Gobierno o el Parlamento lo autoricen, podr¨¢n ir fuera soldados de reemplazo, aunque no quiz¨¢ a puestos de primera l¨ªnea. Francia acaba de autorizar que el 50% de la fuerza que tiene en Bosnia sea de reemplazo. Nosotros tambi¨¦n los hemos tenido, pero s¨®lo si lo han solicitado por escrito, por el tiempo de duraci¨®n de la misi¨®n.
P. La objeci¨®n evidencia la crisis del servicio militar.
R. Esa crisis es m¨¢s ficticia que real. Lo que ocurre es que se oye m¨¢s a los disidentes que a los que cumplen. La objeci¨®n va en un descenso progresivo y acusado desde agosto. En enero ha habido la mitad de objetores que el a?o pasado. El objetor de verdad merece mi respeto. Las organizaciones no gubernamentales quiz¨¢ jueguen en el futuro un papel m¨¢s importante y habr¨¢ que cooperar con ellas. Es posible que se evolucione hacia un Servicio Nacional con dos ramas, una militar y otra civil.
P. ?Cu¨¢ndo acabar¨¢ la presencia espa?ola en Bosnia?
R. ?sa es una decisi¨®n pol¨ªtica. Resulta imposible predecir cu¨¢ndo acabar¨¢ el conflicto. No podemos, desde luego, establecer all¨ª una unidad permanente. Aunque de la experiencia de a?os anteriores pudi¨¦ramos deducir que, despu¨¦s del invierno, aumentar¨¢ el riesgo de que se reanuden las hostilidades, no me cierro a un pron¨®stico m¨¢s optimista: que, al fin, se impongan la prudencia y la sensatez entre los dirigentes de todas las partes.
P. El Plan Norte supone muchos traslados y disoluciones.
R. El Plan Norte es, seguramente, la transformaci¨®n m¨¢s importante del Ej¨¦rcito en este siglo. En las Fuerzas Armadas se ha producido un important¨ªsimo cambio de mentalidad, quiz¨¢ no apreciado en su justa medida. El talante del militar de hoy tiene poco que ver con el de hace unos a?os. Los que vienen detr¨¢s, los j¨®venes cuadros de mando, tienen una preparaci¨®n extraordinaria y en los empleos inferiores contamos con gente muy buena. Un organismo vivo como el Ej¨¦rcito tiene que adecuarse permanentemente a una realidad cambiante y el Plan Norte supone un nuevo sacrificio. La confianza en que el Ej¨¦rcito resultante ser¨¢ sustancialmente mejor que el actual es nuestra mayor esperanza.
P. Ha habido manifestaciones de mujeres de militares...
R. Las manifestaciones de mujeres las valoro en sus debidos t¨¦rminos, pero yo tengo las puertas abiertas para recibir a sus maridos. Comprendo que para alguno puede ser un problema importante. A la hora de acometer una reorganizaci¨®n como ¨¦sta, he tenido que tomar, con el mayor dolor de mi alma, decisiones en contra de mis deseos, pero necesarias. Estamos dispuestos a estudiar cada caso y buscarle soluci¨®n, sin olvidar que hay situaciones irremediables.
P. Con los medios de que dispone, ?est¨¢ tranquilo el jefe del Ej¨¦rcito respecto al nivel de seguridad que tiene Espa?a?
R. El jefe del Ej¨¦rcito est¨¢ tranquilo, pero quisiera estar m¨¢s tranquilo.
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