Roman Polanski defiende que las v¨ªctimas aprendan a convivir con sus verdugos
El director presenta en Madrid un filme sobre la tortura en el r¨¦gimen de Pinochet
La idea de que la venganza no hace mejores a las v¨ªctimas sobre los verdugos sirvi¨® Roman Polanski, de 61 a?os, para presentar ayer en Madrid La muerte y la doncella. La pel¨ªcula, que se estrena el d¨ªa 3 de marzo, basada en la obra de teatro de Ariel Dorfman, plantea este dilema en pa¨ªses como Chile, y la reconciliaci¨®n, es, seg¨²n Polanski, "la ¨²nica soluci¨®n en una sociedad as¨ª". Est¨¢n obligados a vivir juntos y codearse", a?ade el cineasta franc¨¦s de origen polaco, "porque si no caer¨ªan en situaciones como la de Yugoslavia y tantas otras; es algo que conozco y he vivido".Nacido en Par¨ªs en 1933, la carrera de Roman Polanski comenz¨® en 1962 con El cuchillo en el agua. Luego film¨® Repulsi¨®n, Cul de sac y La semilla del diablo. Un a?o despu¨¦s de esta pel¨ªcula, en 1969, su mujer, embarazada, Sharon Tate, fue una de las v¨ªctimas de James Manson. La prensa intent¨® relacionar La semilla del diablo con la muerte de Tate, y se comenz¨® a hablar del lado oscuro de Polanski y de sus supuestas aficiones a la magia negra porque alguien encontr¨® una. tabla de ouija [instrumentoocultista para obtener mensajes del m¨¢s all¨¢] en la casa.Frente a esa imagen, Polanski ofrece al natural un aspecto nada amenazador, incluso rom¨¢ntico, con su nariz a lo Cyrano y su peque?a estatura. Y no quiere hablar de problemas,- como el esc¨¢ndalo que le volvi¨® a envolver en 1978, tras presentarse contra ¨¦l cargos de violaci¨®n de una menor. Temiendo la c¨¢rcel, Polanski huy¨® y vive en Francia casado con la actriz Emmanuelle Seigner, con la que tiene una hija llamada Morgana.
Cuando era ni?o, en Cracov¨ªa, fue testigo del arresto de su madre, jud¨ªa, a la que trasladaron a un campo de concentraci¨®n y nunca apareci¨®. Su padre tambi¨¦n fue detenido, y Polanski, a los ocho a?os, pudo escapar del gueto antes de que fuera destruido y vivi¨® con una familia cat¨®lica. A?os despu¨¦s, se reencontr¨® con su padre. "La memoria colectiva es muy rara, y olvidamos demasiado r¨¢pido ciertas cosas. Borramos los horrores cometidos-, pero las v¨ªctimas que los sufrieron no olvidan", dice. "Mi padre nunca super¨® su paso por el campo de concentraci¨®n y no sabr¨ªa decir si lo perdon¨®. Creo que a sus verdugos no. Aunque ha ido a Alemania y no creo que sintiera odio hacia ese pa¨ªs ni creo que, si se le diera la oportunidad, fuera capaz de infligir a otros las torturas que ¨¦l tuvo que sufrir. En este sentido, el personaje de la pel¨ªcula tampoco va a olvidar la tortura, lo ¨²nico que ella espera de su verdugo es que confiese lo que hizo. En mi opini¨®n, en ning¨²n momento se ha planteado matarlo".
La muerte y la doncella cuenta la historia del reencuentro entre una estudiante y el m¨¦dico s¨¢dico que la violaba, 15 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del r¨¦gimen fascista de Pinochet. Una pareja vive en una casa de la playa. A ¨¦l le acaban de nombrar presidente de la comisi¨®n investigadora de los cr¨ªmenes contra los derechos humanos en la dictadura anterior. Por azar, reciben una visita, la del antiguo torturador de la mujer. Ella lo reconoce por la voz, lo ata y comienza a presionarle para que confiese.
En la pel¨ªcula, s¨®lo un poster de Pablo Neruda recuerda que ese pa¨ªs es Chile. "No quer¨ªa situar la acci¨®n en un contexto concreto", dice Polanski, "porque no deseaba rodar una pel¨ªcula pol¨ªtica, sino darle una significaci¨®n general m¨¢s filos¨®fica y metaf¨®rica".
Ep¨ªlogo
En el ep¨ªlogo, la v¨ªctima y el verdugo asisten al mismo concierto, ¨¦l acompa?ado de su mujer y de sus hijos, y todos escuchan el cuarteto de Schubert La muerte y la doncella, m¨²sica que el torturador utilizaba como fondo para las violaciones. "Yo no he sido v¨ªctima de la tortura y no puedo explicar por qu¨¦ existe", dice Polanski. "Pero es algo que siempre me ha preocupado, conmovido y afectado mucho. El pueblo espa?ol puede hacerse muchas preguntas a este respecto". Pero la ra¨ªz que Polanski sospecha que. se esconde bajo la tortura es la del poder absoluto, "que a menudo revela en la gente los lados de s¨ª misma que nunca ha pensado que pudieran existir. Sin duda, la presencia del mal".
A Polanski le enviaron el proyecto cuando la obra de teatro se iba a representar en Londres. Tambi¨¦n le ofrecieron montarla en alg¨²n escenario de Par¨ªs, y ¨¦l se lo pens¨® y le ofreci¨® el papel teatral a Victoria Abril. "No le interes¨®", dice Polanski, quien tambi¨¦n perdi¨® el inter¨¦s "por miedo a sentirme saturado a la hora de rodar la pel¨ªcula".'
Con los actores finalmente elegidos, Sigourney Weaver, Ben Kingsley y Stuart Wilson, el cineasta rod¨® en Par¨ª y tambi¨¦n algunas escenas en la costa gallega, cerca de Ferrol (La Coru?a). Como ¨¦l no puede ir a Hollywood, las estrellas de Hollywood vinieron a ¨¦l. "Me gustar¨ªa terminar con mis problemas, al menos para liberar mi esp¨ªritu", dice. Polanski huy¨® de Estados Unidos en 1978, cuando se encontraba en libertad bajo fianza despu¨¦s de haberse declarado culpable de hacer el amor con una chica de 13 a?os (no acept¨®, sin embargo, los cargos de violaci¨®n y sodom¨ªa de la menor). "Tengo que dar ciertos pasos que no he dado todav¨ªa", - a?ade. ?Entregarse? 11 ?Podr¨ªa volver a la pel¨ªcula? Creo que ya he hablado suficientemente de eso".
Aviso previo
En la rueda de prensa que dio por la ma?ana, un representante de Polanski avis¨® que el cineasta no responder¨ªa a ninguna pregunta ajena a la pel¨ªcula. Por la tarde, sentado c¨®modamente en una sala del hotel Palace, tampoco fue mucho m¨¢s expl¨ªcito, aunque s¨ª se refiri¨® a su trabajo fuera de Hollywood. "Hay muchos directores que trabajan fuera de la industria, como Stanley Kubrick, que no se mueve de Londres desde hace mucho m¨¢s tiempo del que hace que yo no voy a Estados Unidos. El problema con la industria americana no es el lugar donde viva el director de la pel¨ªcula, sino la elecci¨®n de los temas. Y hacer una como La muerte y la doncella es dif¨ªcil, independientemente del lugar".
La obra de Ariel Dorfman ha sido traducida a m¨¢s de, 30 idiomas, y en Broadway fue dirigida por Mike Nichols e interpretada por Glenn, Closie, Gene Hackman y Richard Dreyfuss. Durante la preparaci¨®n del proyecto, muchas actrices de Hollywood afectadas por la escasez de papeles femeninos en la industria se mostraron interesadas. Finalmente, Sigourney Weaver lo consigui¨®. Polanski hab¨ªa imaginado a una actriz de aspecto m¨¢s fr¨¢gil y nervioso, pero explica que no hubo problemas con la alt¨ªsima int¨¦rprete norteamericana. "Simplemente ensayamos antes y establecimos nuevas relaciones", comenta.
El cineasta, que se alegra de que las dictaduras vayan cayendo una tras otra, es pesimista, sin embargo, sobre el respeto a los derechos humanos en el mundo. "Cuando era joven", dice, "me parec¨ªa que los horrores y las torturas pertenec¨ªan al territorio del pasado, y que la sociedad, en su avance de progreso, ir¨ªa cur¨¢ndose paulatinamente de todas sus taras. Pero ahora he comprendido que no es as¨ª, y que, al fin y al cabo, nada cambia".
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