El ministro gru?¨®n

?C¨®mo se han enfadado los socialistas con el se?or Bot¨ªn, presidente del Banco Santander, por sus comentarios sobre la reforma del sistema de pensiones en Espa?a! Ha propuesto que los trabajadores tengamos la libertad de elegir entre una pensi¨®n privada y una p¨²blica, y ello ha levantado una tempestad de cr¨ªticas. Para los pol¨ªticos biso?os, las palabras de un banquero pueden hacer temblar el Estado hasta sus cimientos.El ministro del ramo, siempre did¨¢ctico para con quienes nos equivocamos al llevarle la contraria, ha explicado que lo preconizado por el banquero equival¨ªa a defender una pensi¨®n para los pobres y otra para los ricos; que el sistema p¨²blico de pensiones carga con unos gastos de gesti¨®n mucho menores que los fondos privados; y que las contribuciones a fondos de pensiones privados gozan de una ventaja fiscal frente a las cuotas de la Seguridad Social. Este alumno quiere entender bien lo que le ha dicho el bueno de su profesor, antes de aprend¨¦rselo para nota.

El articulo 41 de la Constituci¨®n dice que "los poderes p¨²blicos mantendr¨¢n un r¨¦gimen p¨²blico de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad". Pero a?ade que "la asistencia y prestaciones complementarias ser¨¢n libres".

Seg¨²n entiendo yo este texto, propone la creaci¨®n de una pensi¨®n ¨²nica e igual para todos los espa?oles, que les sirva de red frente a la necesidad; y a?ade que las pensiones por encima de ese m¨ªnimo podr¨¢n acumularse libremente, del modo que prefiera cada individuo y confiando sus ahorros a quien elija. Ese texto valida el reparto de pensiones no contributivas, pero me parece que no obliga a mantener el actual sistema de pensiones contributivas instaurado en tiempos de Franco. Una cosa es que el Estado otorgue una ayuda m¨ªnima financiada con impuestos a todo el que la necesite y la pida, y otra que recaude cuotas obligatorias para repartir unas pensiones contributivas lejanamente relacionadas con los ingresos de una vida de trabaj¨®.

El economista James Buchanan, uno de los galardonados con el Nobel, sugiere que si ha de haber pensiones p¨²blicas, deben ser iguales para todos: as¨ª se evita que los gobiernos favorezcan a sus clientelas pol¨ªticas y se establece un freno autom¨¢tico al gasto p¨²blico, por lo costoso de una ayuda generosa y general.

Como el ahorro y capitalizaci¨®n de las pensiones favorece el desarrollo econ¨®mico notablemente m¨¢s que el reparto de beneficencia, la limitaci¨®n de la ayuda p¨²blica a lo b¨¢sico y el fomento de los fondos de pensiones privados no puede sino ser beneficioso para la naci¨®n. Lo que propone el se?or Bot¨ªn no es tan descabellado, si se modifica para ajustarlo a la Constituci¨®n.

El ministro afirma que la gesti¨®n de las pensiones p¨²blicas es barata. En la presentaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado de 1995, p¨¢gina 166, cuadro VII. 3. 2, Presupuesto de la Seguridad Social, sumo los siguientes gastos de gesti¨®n: financiaci¨®n e inversi¨®n, 72.865 millones; recaudaci¨®n e informaci¨®n, 184.001 millones. Como el gasto total en prestaciones econ¨®micas es de 7.104.292 millones, la gesti¨®n cuesta un 3,6%. La ley fija un m¨¢ximo de un 1,5% a las comisiones de gesti¨®n de los fondos privados.

Adem¨¢s, que yo sepa, las cuotas de los fondos privados no gozan de mayor desgravaci¨®n fiscal que las de la Seguridad Social, pues ambas reducen la base del IRPF. No estaba tan mal lo que dijo el se?or Bot¨ªn.

Ahora, para que su discurso sea totalmente coherente, debe proponer que los bancos, las casas de seguros y el¨¦ctricas se sometan a la regla general de que lo acumulado en fondos de pensiones para sus empleados quede fuera del balance y sometido a gesti¨®n independiente. Como dice Buchanan, todos iguales ante la ley.