La lenta agon¨ªa del empleo fijo
El fuerte incremento de la contrataci¨®n temporal dispara la alarma en el Gobierno, los partidos pol¨ªticos y los agentes sociales
"A mediados del siglo que viene, los trabajadores de cuello azul [los obreros] habr¨¢n pasado a la historia, v¨ªctimas de la tercera revoluci¨®n industrial". La sentencia a muerte del trabajador tradicional la dicta Jeremey Rifkin, presidente del instituto de an¨¢lisis Fundaci¨®n sobre las Tendencias de la Econom¨ªa, de Washington. En un reciente libro titulado El fin del empleo, el profesor predice la polarizaci¨®n del mundo laboral en "dos fuerzas irreconciliables y potencialmente hostiles: una nueva ¨¦lite cosmopolita que controlar¨¢ la tecnolog¨ªa y las fuerzas de producci¨®n y un n¨²mero cada vez mayor de trabajadores permanentemente desplazados. En ese escenario, ?cu¨¢ntas ser¨¢n las personas que gozar¨¢n de empleo fijo?No hay que atravesar la cota del a?o 2000 para hacerse esa pregunta. La preocupaci¨®n por el aumento de la contrataci¨®n temporal, eventual o en precario -seg¨²n se prefiera-, ha estallado no s¨®lo en la Europa del bienestar social, hasta, hace relativamente poco acostumbrada al trabajo permanente, sino en la propia cuna de ese tipo de empleo, en Estados Unidos. En Espa?a, la alegr¨ªa que ha proporcionado el incremento en el n¨²mero de contrataciones -rozaron los seis millones el a?o pasado, lo que supone un aumento del, 21,6% con respecto a 1993- se est¨¢ viendo enturbiada por la constataci¨®n de que ese aumento esconde una considerable cota de rotaci¨®n y eventualidad. Frente a una tasa media del 1 l%12% de temporalidad en Europa, Espa?a ronda el 35%.
Seg¨²n las cifras de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa, el a?o pasado el n¨²mero de asalariados con contrato indefinido disminuy¨® en 110.110 personas mientras que los asalariados con contrato temporal aumentaron en algo m¨¢s de 193.000. "Se ha roto el dique de la contrataci¨®n temporal", ha manifestado C¨¢ndido M¨¦ndez, secretario general de UGT. Sin embargo, parece que ese dique a¨²n tendr¨¢ que aguantar mayores embestidas de las aguas. El empresario parece haber barrido de sus opciones la contrataci¨®n indefinida, que, seg¨²n los datos del Inem, supone s¨®lo el 2% de los contratos que se firman. Y en la empresa privada, la temporalidad alcanza cotas cercanas al 40% de las plantillas.
"Ha llegado un momento en la nueva forma de producir, donde no importa la m¨¢quina, sino la inteligencia", dice Marcos Pe?a, secretario general de Empleo. "Y esta forma de producir no coincide con el ordenamiento social existente. Empieza a surgir entonces el empleo temporal. Pero la sociedad se est¨¢ empezando a dar cuenta de que la permanencia en la empresa es buena, que la flexibilidad a tope no es tan rentable". ?Por qu¨¦, entonces, esa dificultad para el avance de la contrataci¨®n indefinida? Pe?a cita dos razones: la primera, que la econom¨ªa espa?ola est¨¢ fuertemente estacionalizada -el 80% de la poblaci¨®n activa se ocupa en la agricultura, la construcci¨®n y los servicios-, y la segunda, no menos importante, aunque dif¨ªcil de cuantificar, "por miedo psicol¨®gico". "Los empresarios tienen p¨¢nico a ese tipo de contratos, y si hay algo que impide la fijeza en el empleo es esa sensaci¨®n".Salce Elvira, responsable de empleo en CC OO, coincide. "No se contrata indefinidamente", dice, "por motivos psicol¨®gicos, por el desasosiego que la CEOE ha provocado entre los empresarios haci¨¦ndoles creer que no se puede despedir. Por la actitud de los empresarios, m¨¢s pendientes de contratar y despedir que de invertir y formar".
La CEOE, mientras, se defiende. La primera preocupaci¨®n del empresario, seg¨²n afirma Fernando Moreno, responsable de relaciones laborales de la patronal, no es, desde luego, la formaci¨®n. "Para que el empresario contrate", dice, "hay que ense?arle la zanahoria". Y la patronal, en coincidencia con CiU, con algunos expertos, e incluso, con alg¨²n sector del Gobierno, ven esa zanahoria en forma de despido m¨¢s barato.
Las primeras declaraciones del ministro de Econom¨ªa, Pedro S¨®lbes, y de CiU en ese sentido, dice Moreno "no han sido precipitadas". Pero han abierto, eso s¨ª, un debate que le vanta ampollas cuando la reforma laboral a¨²n no ha cumplido un a?o. Sin embargo, en su corta existencia ha dejado ver su lado m¨¢s perverso, el de la tempo ralidad.
La oposici¨®n de sindicatos y del Ministerio de Trabajo al abaratamiento del despido como f¨®rmula para incentivar la con trataci¨®n indefinida no se ha he cho esperar. La reforma laboral, que aument¨® las causas de despido a las econ¨®micas, tecnol¨®gicas y de organizacion, y eximi¨® de autorizaci¨®n administrativa el despido para un porcentaje de la plantilla, termin¨®, a su juicio, con las trabas que los empresa rios citaban a la hora de despedir. Pero, conforme a los ¨²ltimos acontecimientos, no termin¨® con lo que Pe?a califica de "espejismo y obsesi¨®n por el despido".
Pe?a mantiene que el coste fi nal del despido en Espa?a -20 d¨ªas por a?o- es similar al de Europa, aunque el procedimien to sea distinto y no homologable. "Ning¨²n pa¨ªs tiene una legisla ci¨®n tan abierta como la nues tra", dice. Pero da un paso m¨¢s. "No ser¨¢ la norma", a?ade, "la que corrija la falta de sensibilidad del empresario para entender que el contrato indefinido es bueno". CiU y los empresarios opinan, sin embargo, que cambiar la norma facilitar¨ªa una con trataci¨®n m¨¢s estable.
"Lo que hay que hacer", opina el secretario general de Empleo, es crecer bien y conjugar cantidad con calidad de empleo"."No hay que amenazar con re formas constantemente porque eso paraliza el mercado". Niega, mientras, que la reforma laboral haya dado lugar a una mayor eventualidad. "Ha reducido la rotaci¨®n al introducir la causalidad del contrato". Es decir, que un contrato temporal se realice verdaderamente para un trabajo de tipo temporal. Seg¨²n los da tos de su ministerio, los contra tos causales, que en 1985 supo n¨ªan el 60,4% de la contrataci¨®n, suponen ahora el 72%. Junto a ello, otro dato: el contrato por obra y servicio en 1994 creci¨® el 52,6%
A Salce Elvira la pol¨¦mica del abaratamiento del despido le suscita una reflexi¨®n. "Si se abaratara m¨¢s el divorcio", dice, "a lo mejor hab¨ªa m¨¢s divorcios, pero no por ello la gente se casa r¨ªa m¨¢s. Pues con un despido m¨¢s barato se despedir¨ªa m¨¢s, pero no tendr¨ªa por qu¨¦ contratarse indefinidamente".
"No hay despido m¨¢s r¨¢pido y barato en Europa", alega. En una empresa de 300 trabajadores, por ejemplo, se puede despedir a 127 en un a?o sin expediente de regulaci¨®n de empleo, a raz¨®n de 20 d¨ªas por a?o, alegando causas tecnol¨®gicas, organizativas o de producci¨®n".
Procedimiento judicialEl problema, seg¨²n Moreno, es que los jueces no est¨¢n admitiendo esas causas, "s¨®lo admiten las econ¨®micas", dice, y fijan indemnizaciones superiores a los 20 d¨ªas. El Ministerio de Trabajo lo niega y pide que se demuestre esa aseveraci¨®n.La manifestaci¨®n de la patronal sobre el papel que la reforma da a los jueces no deja de chocar, al ser consecuencia de la eliminaci¨®n de la autorizaci¨®n administrativa en el despido, una de las m¨¢s fuertes y tradicionales reivindicaciones empresariales. Hay quien piensa, como UGT, que, una vez conseguida, al menos para una parte de la plantilla, se pretende un nuevo paso: eliminar el procedimiento judicial. "Lo de abaratar el despido para fomentar la contrataci¨®n", dice Pedro D¨ªaz Chavero, secretario de acci¨®n institucional de UGT, "es un truco inadmisible. Se quiere eliminar la potestad que tiene el trabajador despedido de ir al juez, y eso ser¨ªa un total descalabro".
La CEOE mantiene que ese abaratamiento del despido deber¨ªa ir acompa?ado de una penalizaci¨®n de la contrataci¨®n temporal. Cree que la conjugaci¨®n de ambas medidas fomentar¨ªa el empleo indefinido, necesario para no crear un ej¨¦rcito de trabajadores sin formaci¨®n. "Hay curr¨ªculos de trabajadores que tienen tres y cuatro formaciones... y todas malas", dice D¨ªaz Chavero. Pero, junto a la falta de formaci¨®n y las consecuencias en la afiliaci¨®n sindical, la contrataci¨®n temporal provoca una importante falta de implicaci¨®n del trabajador en la econom¨ªa real. ?Qui¨¦n se compra un piso con un empleo por unos meses?.Seg¨²n CC OO, de enero a octubre del a?o pasado, el 80% de los contratos era de seis meses o menos. "Adem¨¢s", a?ade Salce Elvira, "se est¨¢ despidiendo a mayores para contratar a j¨®venes, seg¨²n demuestra el incremento en el n¨²mero de personas que tienen derecho a dos a?os de seguro de desempleo, lo que quiere decir que han cotizado, como poco, seis a?os". De marzo a septiembre de 1994, ese colectivo pas¨® del 31% al 39% del colectivo protegido.
"La temporalidad", ha dicho Federico Dur¨¢n, presidente del Consejo Econ¨®mico y Social (CES), "est¨¢ impidiendo el desarrollo de la.formaci¨®n, el aumen-
to de la productividad y la reducci¨®n de la siniestralidad. Hay que tender hacia relaciones laborales m¨¢s estables". Decidir c¨®mo es poner el cascabel al gato.
Las prisas de CiU
En el reciente debate sobre el estado de la naci¨®n se acord¨® la creaci¨®n de una comisi¨®n para debatir f¨®rmulas de est¨ªmulo a la contrataci¨®n indefinida. Pero CiU ha tenido m¨¢s prisa y ha optado por lanzar la idea de un nuevo contrato "de duraci¨®n indefinida, pero de finalizaci¨®n fiexible", en palabras del consejero de Trabajo de la Generalitat, Ignasi Farreras. Consiste en un contrato estable de tiempo indefinido que conllevar¨ªa a su finafizaci¨®n la indemnizaci¨®n innegociable de 20 d¨ªas que fija el Estatuto de los Trabajadores y que el juez no podr¨ªa modificar.
"La decisi¨®n de despedir, y a cu¨¢ntas personas, debe tomarla el empresario y no los jueces... Los jueces no pueden entrar a analizar el fondo del asunto de un despido", ha dicho Dur¨¢n. El presidente del CES coincide as¨ª con la propuesta de nuevo con trato que hace CiU en donde son los empresarios, y no los jueces, los que deciden si se dan o no causas objetivas para despedir.
El ministro de Trabajo, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, a quien no le gusta la idea, afirma que, "en cualquier caso, CiU podr¨¢ explicar sus alternativas en la comisi¨®n de trabajo que analizar¨¢ los efectos de la reforma laboral, en la que participar¨¢n todos los grupos del arco parlamentario y los interlocutores sociales".
Esa comisi¨®n. tratar¨¢ la propuesta del partido catal¨¢n, que concita reaccions encontradas A CEOE, en principio, le gusta aunque no ha despertado euforias; Trabajo se opone rotundamente; Econom¨ªa la ve con mejores ojos; y los sindicatos la rechazan, aunque algunos de sus miembros, en privado, se muestran m¨¢s receptivos. Crist¨®bal Montoro, del PP, dice que "no soluciona nada".
El caso es que, adem¨¢s, la dificultad en solucionar los proble.? mas que trae el corto plazo puede impedir una profunda reflexi¨®n sobre lo que hay un poco m¨¢s all¨¢. "Cada pa¨ªs", dice Rifkin, "tendr¨¢ que repensar el papel de los seres humanos en el ordenamiento social. Redefinir oportunidades y responsabilidades para millones de personas en una sociedad donde no existir¨¢ m¨¢s el empleo para masas, ser¨¢ el asunto social m¨¢s importante a tratar el siglo XXI".
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