Bill Clinton advierte que no ser¨¢ un jefe de Estado meramente decorativo
A falta de mayor¨ªa parlamentaria para tomar decisiones, Bill Clinton intenta recuperar la iniciativa pol¨ªtica con declaraciones que lo devuelvan al centro del escenario pol¨ªtico, frente al extremismo de los republicanos conservadores y a los viejos principios de su Partido Dem¨®crata. "No me considero un jefe de Estado decorativo", declar¨® el presidente norteamericano, en lo que se interpreta como el anuncio de una actuaci¨®n m¨¢s combativa, ahora que el l¨ªder de la C¨¢mara de Representantes, Newt Gingrich, comienza a ofrecer signos de vulnerabilidad.
Antes de regresar a Washington tras una provechosa visita a Canad¨¢, Clinton anunci¨® que est¨¢ dispuesto a hacer frente a las propuestas republicanas que considere injustas y, a la vez, introducir reformas en programas progresistas -como el de la affirmative action, la discriminaci¨®n positiva para los negros- que hayan quedado obsoletos."No creo que el pueblo norteamericano desee o apoye estas medidas derechistas radicales que est¨¢n saliendo de los comit¨¦s de la C¨¢mara de Representantes", declar¨® el presidente en una conferencia de prensa.
Clinton se refer¨ªa, fundamentalmente, a los recortes de gastos sociales que los republicanos de la C¨¢mara Baja han sugerido con el fin de reducir en 17.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de dos billones de pesetas) el d¨¦ficit presupuestario para el pr¨®ximo a?o fiscal. Clinton compar¨® esos recortes, que incluyen la eliminaci¨®n de las comidas gratuitas en escuelas p¨²blicas y otros programas de beneficencia, con una "guerra contra los ni?os".
El presidente calific¨® de "horrenda pol¨ªtica econ¨®mica" la propuesta de obligar por ley a equilibrar el presupuesto de la naci¨®n, lo que obligar¨ªa a reducciones dr¨¢sticas que perjudicar¨ªan a los m¨¢s pobres. Esa propuesta pas¨® ya la C¨¢mara de Representantes y debe ser votada el pr¨®ximo martes en el Senado, donde los republicanos no tienen todav¨ªa los 67 votos que necesitan para aprobar la iniciativa.
Clinton trata tambi¨¦n de mostrar firmeza en la defensa para el cargo de cirujano general -un supervisor de la salud p¨²blica, similar a un ministro de Sanidad- de Henry Foster, que hab¨ªa sido criticado por los republicanos por haber practicado abortos a lo largo de su carrera como ginec¨®logo. El presidente consigui¨® contener esas cr¨ªticas al desafiar a los republicanos a que manifiesten con claridad si est¨¢n o no a favor de la ilegalizaci¨®n del aborto. Pero una nueva pol¨¦mica sobre el trabajo de Foster, a quien la cadena CBS vincul¨® a una investigaci¨®n en los a?os sesenta sobre s¨ªfilis en los negros, vuelve ahora a poner en entredicho al prestigioso m¨¦dico.
Al mismo tiempo que se enfrenta a los conservadores, Clinton se ha colocado frente a uno de los m¨¢s tradicionales principios dem¨®cratas al anunciar que est¨¢ dispuesto a revisar la affirmative action, que en los setenta fue ¨²til para facilitar la integraci¨®n de los negros, pero que se ha convertido en fuente de corrupci¨®n y de excesivo favoritismo para grupos minoritarios.
Agenda pol¨ªtica
"No voy a defender cosas que no puedo defender. As¨ª es que creo que es hora de que lo revisemos [el programa de la affirmative action], lo discutamos y avancemos en eso", declar¨® Clinton.
La eliminaci¨®n de la affirmative action, que fue uno de los grandes deseos irrealizados de Reagan, forma parte tambi¨¦n de la actual agenda pol¨ªtica conservadora, y probablemente se convertir¨¢ en uno de los grandes temas de la campa?a electoral del a?o pr¨®ximo. Dos acad¨¦micos de California est¨¢n recolectando firmas para someter ese pol¨¦mico programa de discriminaci¨®n positiva a refer¨¦ndum.
Clinton se ha acomodado tambi¨¦n a las posiciones republicanas en cuanto a la reducci¨®n del presupuesto de Defensa.
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