"Los colombianos hemos utilizado la violencia como forma de relaci¨®n social"
A los seis meses de ser elegido presidente de Colombia, Ernesto Samper conserva todo su carisma. A sus 43 a?os no es reelegible constitucionalmente, y por ello se ha trazado un programa finalista para cuatro a?os, cuya prioridad es eliminar la violencia como forma de relaci¨®n social. Es consciente de que Colombia tiene un problema real con el narcotr¨¢fico, y otro de imagen. Est¨¢ obsesionado, como todos los pol¨ªticos colombianos, con el "certificado de buena conducta" que Estados Unidos tiene que conceder a Colombia en pocos d¨ªas por su lucha contra el narcotr¨¢fico -que es b¨¢sico para recibir ayudas internacionales-, y considerar¨ªa una injusticia y una miop¨ªa no recibirlo. Acepta con agrado la analog¨ªa con Espa?a entre Felipe Gonz¨¢lez y ¨¦l y el candidato conservador derrotado y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Y se muestra partidario de un modelo socialdem¨®crata de desarrollo para Am¨¦rica Latina.Pregunta. Apenas hace medio a?o que est¨¢ gobernando. ?C¨®mo ha cambiado Colombia en estos seis meses?
Respuesta. Ha cambiado, sobre todo, el estilo del Gobierno. Sin poner en cuesti¨®n el anterior, he puesto en marcha una cultura de la concertaci¨®n. El problema m¨¢s grave' que tiene Colombia en estos momentos es el de la violencia; nada parece poder arreglarse si no es sobre la base del conflicto como forma de convivencia.
P. "Tenemos que aprender a solucionar los conflictos sin matarnos". Esta frase la pronunci¨® usted en la campa?a electoral. ?Es Colombia el pa¨ªs m¨¢s violento del mundo?
R. No s¨¦ si es el m¨¢s violento, pero, insisto, durante muchos a?os los colombianos hemos utilizado la violencia como forma de relaci¨®n social. El mayor reto que tenemos, el primer punto de mi programa de legislatura, es formar un nuevo ciudadano m¨¢s participativo en lo pol¨ªtico, m¨¢s solidario en lo social, m¨¢s productivo en lo econ¨®mico, menos depredador.
P. No menciona dentro de esta concertaci¨®n, a dos segmentos tan conflictivos como la guerrilla y el narcotr¨¢fico.
R. Adem¨¢s de los factores objetivos de desigualdad y de pobreza, en Colombia existen tres grupos que generan la violencia armada: la guerrilla, los narcotraficantes y los paramilitares. La guerrilla colombiana es la m¨¢s antigua de Am¨¦rica Latina, lo cual hace m¨¢s dif¨ªcil cualquier esquema de consenso. Mi planteamiento es una pol¨ªtica de paz que no caiga en los mismos errores en los que hemos incurrido hasta ahora; por ejemplo, que no tenga como base para sentarse a negociar la desmovilizaci¨®n y el desarme de los guerrilleros, porque es ut¨®pico. Vamos a hacer el esfuerzo de negociar en medio de la guerra y habiendo aprobado en el Congreso el protocolo de la Convenci¨®n de Ginebra. Respecto al narcotr¨¢fico, mi actitud es muy firme: perseguir a los carteles y erradicar los cultivos. En cuanto a los grupos paramilitares, que son el elemento armado de la derecha, estamos estudiando su desactivaci¨®n aplicando la ley con unos determinados beneficios: si no manejamos conjuntamente la ley y los beneficios, no habr¨¢ paz.
P. Es decir, ?no hay negociaci¨®n con los narcos? En la prensa he visto que se ha reactivado la pol¨¦mica sobre las extradiciones de los narcotraficantes para ser juzgados fuera de Colombia.
P. Respecto a lo primero, es la fiscal¨ªa de la naci¨®n la que tiene atribuciones legales para tramitar las condiciones de las posibles entregas de los narcos. En cuanto a la extradici¨®n, est¨¢ prohibida constitucionalmente. Tratar de reformar este mandato ser¨ªa muy doloroso; la opini¨®n p¨²blica est¨¢ en contra de la extradici¨®n. De lo que se trata es de juzgar de forma justa a los narcos dentro de Colombia.
P. Entonces no es cierto lo de que los narcos prefieren "una tumba en, Colombia a una celda en los Estados Unidos".
R. ?sa fue una frase pronunciada en un contexto diferente, en Medell¨ªn, cuando se estaba desarrollando una oleada de narcoterrorismo. Ahora es diferente; ahora nos enfrentamos a una forma m¨¢s poderosa, compleja y demoledora de narcotr¨¢fico: la narcocorrupci¨®n. No es el Estado persiguiendo a un delincuente por todas partes, sino el Estado tratando de desmantelar una poderosa m¨¢quina de corrupci¨®n que ha creado una especie de coraza de seguridad alrededor de muchos narcotraficantes. Las medidas tomadas por mi Gobierno en estos seis meses contra la droga prueban que considero el narcotr¨¢fico como un problema contra la seguridad nacional, con esa gravedad lo estamos tratando; queremos desmantelar los carteles, encarcelar a sus cabecillas, pero tambi¨¦n exigir a la comunidad internacional sus propias responsabilidades en la disminuci¨®n del consumo, la interdicci¨®n de elementos qu¨ªmicos o la lucha contra el lavado de d¨®lares.
P. Las relaciones entre Estados Unidos y Colombia, debido a asuntos como el del narcotr¨¢fico, no atraviesan precisamente su mejor momento. ?C¨®mo han influido en ellas la victoria de la extrema derecha republicana en el Congreso?
R. En teor¨ªa no deber¨ªa influir, ya que Colombia ha mantenido hist¨®ricamente tan buenas relaciones con los republicanos como con los dem¨®cratas. Lo que s¨ª puede tener incidencia es la pugna interna que se est¨¢ produciendo en Washington entre Clinton y los republicanos para ver qui¨¦n manda de hecho en Estados Unidos.
P. En los pr¨®ximos d¨ªas se conocer¨¢ si EE UU aprueba o no, para Colombia, la certificaci¨®n por la lucha contra el narcotr¨¢fico, que tanta influencia tiene, por ejemplo, para la concesi¨®n de cr¨¦ditos.
R. ?se ser¨¢ el momento de saber si hay endurecimiento o no de las posiciones de EE UU respecto a Colombia. Estados Unidos se reserva el derecho de calificar a los pa¨ªses en sus esfuerzos en la lucha contra el narcotr¨¢fico o a favor de los derechos humanos. Pr¨¢cticamente se convierte en un certificado al pa¨ªs mismo, no a sus gobernantes.
P. Los peri¨®dicos colombianos -algunos de los cuales califican a este proceso de "certificado de buena conducta" y lo critican afirmando que eso s¨®lo lo hac¨ªan los virreyes- explican que las posiciones norteamericanas m¨¢s duras las mantiene el senador republicano Jesse Helms, presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores del Senado.
R. Todav¨ªa no estoy en condiciones de saber si ese senador tiene o no animadversi¨®n respecto a Colombia.
P. Tambi¨¦n se dice que ese certificado tiene que ver con la pol¨ªtica colombiana respecto a Cuba. ?Cu¨¢les son las relaciones de Colombia con Cuba en este momento?
R. Creemos que Cuba debe acelerar su transici¨®n hacia la democracia, pero tambi¨¦n pensamos que el bloqueo no es el camino que facilitar¨¢ esos cambios. El bloqueo traslada sobre el pueblo toda la penuria.
P. El otro asunto que ha mencionado en relaci¨®n al certificado norteamericano es el de los derechos humanos.
R. El problema de los derechos humanos es de realidades, no de im¨¢genes o declaraciones. Hemos tomado decisiones muy audaces, como la apertura de oficinas de derechos humanos en todas las guarniciones del Ej¨¦rcito, las cuales reciben las denuncias de las violaciones en que puedan haber incurrido los militares contra la poblaci¨®n civil.
P. Su programa se bas¨® en un aumento muy fuerte de la inversi¨®n social.
R. A estas alturas ya hemos cambiado totalmente el ¨¦nfasis presupuestario del Gobierno; en los presupuestos de este a?o el peso del gasto social (salud, vivienda, educaci¨®n, inter¨¦s social y desarrollo comunitario) ya ha crecido. El plan de desarrollo que se encuentra ahora en el Congreso y sobre el que creo que va a haber casi unanimidad en las fuerzas pol¨ªticas.
P. La otra pata de su pol¨ªtica econ¨®mica es el pacto social.
R. Hay un pacto social para un a?o -y que yo aspiro a que se renueve por otro-, firmado por el Gobierno, los sindicatos y los empresarios, que est¨¢ permitiendo reducir la inflaci¨®n y considerar, por primera vez, la inflaci¨®n esperada, no la pasada como elemento de negociaci¨®n.
P. Usted se ha definido como un socialdem¨®crata. Ha declarado que quiere "abrir un nuevo espacio desde el liberalismo hacia la izquierda democr¨¢tica".
R. ?sta es una pregunta muy europea. En Am¨¦rica Latina las definiciones tienen un contenido m¨¢s pragm¨¢tico. En Am¨¦rica Latina se est¨¢ abriendo un modelo de desarrollo alternativo. Fracasado el neoliberalismo, se est¨¢ ensayando otro modelo que no vuelve al proteccionismo de los a?os sesenta. La ¨²nica forma de legitimar los cambios y de que la democracia se fortalezca es corrigiendo las desigualdades y protegiendo a los marginados. Se trata de un modelo socialdem¨®crata de desarrollo.
P. Por ¨²ltimo, ?qu¨¦ postura ha mantenido Colombia ante la guerra entre Ecuador y Per¨², denominada por el escritor Vargas Llosa como la guerra absurda"?
R. Absurda como todas las guerras. En Am¨¦rica Latina, el problema de la tierra, m¨¢s que en ning¨²n otro lugar, es de identidad. Los latinoamericanos nos miramos en cualquier cent¨ªmetro de tierra. A muchos les puede parecer que la disputa por una zona amaz¨®nica no ten¨ªa sentido, pero es un sentimiento ancestral. Colombia ha hecho algunos esfuerzos de intermediaci¨®n, hasta que nos dimos cuenta de que tanto Ecuador como Per¨² ten¨ªan raz¨®n desde su punto de vista.
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