Uno de los participantes en el atentado de Bidarray dice que colaborar¨¢ con Garz¨®n
Un mercenario que particip¨® en el asesinato de dos personas ajenas a ETA en febrero de 1986 en Bidarray, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, quiere colaborar con el juez Baltasar Garz¨®n, seg¨²n ha declarado al semanario Intervi¨². El pistolero asegura que est¨¢ dispuesto a declarar para "acabar con todo" aunque pueda costarle la vida.Aunque la revista no revela la identidad de esta persona, que aparece citada con el nombre supuesto de Pepe a petici¨®n suya, algunos datos biogr¨¢ficos -como el hecho de que se trate de un espa?ol emigrado a Francia hace una veintena de a?os- coinciden con los de Miguel Brescia Guillem, contra el que los jueces franceses han dictado una orden de busca y captura por los dos asesinatos citados.
El mercenario aparece fotografiado de espaldas en el reportaje en el lugar exacto donde se produjo el asesinato de Christophe Matxikote y Patherine Brion, de 60 y 16 a?os, respectivamente. El semanario afirma que las instant¨¢neas fueron tomadas el 17 de febrero pasado, justo en el noveno aniversario del atentado.
Seg¨²n el relato de Pepe, los mercenarios deb¨ªan cobrar tres millones por cad¨¢ver. El objetivo de la operaci¨®n era eliminar a todos los habitantes de tres caser¨ªos, uno en Bidarray y los otros en Eyheralde, a los que se consideraba miembros de la organizaci¨®n terrorista ETA.
El grupo de mercenarios pas¨¦ cuatro meses en la zona familiariz¨¢ndose con el terreno y observando los movimientos de los objetivos que les hab¨ªa se?alado el jefe, un hombre que usaba el nombre supuesto de ?scar. La informaci¨®n les era facilitada, siempre seg¨²n Pepe, por miembros de la polic¨ªa francesa.
?scar consegu¨ªa documentaci¨®n de identidad y permisos de conducir falsos en Pamplona. Antes del atentado de Bidarray, ?scar se present¨® un d¨ªa en San Sebasti¨¢n con un coche del que extrajo "tres metralletas de las que usa la Guardia Civil", seg¨²n Pepe, y dos pistolas del 38. Al d¨ªa siguiente les entreg¨®, tambi¨¦n en territorio espa?ol, otras cinco armas de fuego.
Las armas se pasaron por la. frontera siguiendo instrucciones del tal ?scar, que orden¨® al grupo cruzar por el puerto de Ibardin, cerca de Bera de Bidasoa (Navarra), a las cinco en punto de la tarde. No habr¨ªa controles y a esa hora "est¨¢n los nuestros", indic¨®. Otra partida se pas¨¦ por Roncesvalles, con cinco cajas de munici¨®n.
Pepe describe f¨ªsicamente a algunos de sus compa?eros del grupo. Uno de ellos, seg¨²n afirma, estuvo preso cinco a?os en la c¨¢rcel de Avignon (Francia) y quiz¨¢ tambi¨¦n en la de Par¨ªs. Varios eran legionarios. El propio Pepe afirma haber pasado cuatro a?os en la Legi¨®n sin especificar si se trata de la espa?ola o la francesa.
Seg¨²n el mercenario, las facilidades de que disfrutaban los pistoleros de los GAL para pasar fronteras y las complicidades en cuerpos policiales eran aprovechadas tambi¨¦n para traficar con drogas y otras actividades delictivas.
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