Los l¨ªmites del Contrato con Am¨¦rica
La agenda legislativa de Gingrich se estrella contra la amenaza de veto de Clinton
A la misma hora que los republicanos celebraban, con banderas y fanfarrias, sus primeros 50 d¨ªas de mayor¨ªa en el Congreso de EE UU, los dem¨®cratas se reun¨ªan el mi¨¦rcoles con el presidente Bill Clinton en, un apartado sal¨®n del s¨®tano del Capitolio. Los republicanos distribu¨ªan copias gratuitas del Contrato con Am¨¦rica -una especie de libro rojo de Newt Gingrich- y Clinton repart¨ªa instrucciones sobre c¨®mo resistir la avalancha legislativa conservadora, o como abortarla para qu¨¦ la revoluci¨®n anunciada, por el afanoso presidente de la C¨¢mara de Representantes quede reducida a una escaramuza.Ni Clinton ni los dem¨®cratas que le son fieles -que no son todos los que ocupan esca?os-pueden hacer por ahora mucho m¨¢s que esperar a que Gingrich y sus hombres se desgasten entre pugnas internas y que pierdan fuelle por las promesas a medio cumplir y el excesivo radicalismo de algunas de sus propuestas.
Por el momento, Gingrich, que act¨²a como un primer ministro, controla la agenda pol¨ªtica. El dirigente republicano ha desplegado en su oficina un pizarr¨®n sobre el que va marcando cada uno de los puntos del Contrato con Am¨¦rica que consigue la aprobaci¨®n de la C¨¢mara de Representantes. Pero esos logros han chocado con un Senado, bajo influencia de Robert Dole, mucho m¨¢s prudente en su ardor reformista y, en ¨²ltima instancia, pueden topar tambi¨¦n con el veto presidencial. El resultado, por ahora, ha sido m¨¢s favorable para la popularidad de Dole y Clinton que para la de Gingrich. Encuestas recientes muestran que un 73% de los norteamericanos tienen una opini¨®n favorable sobre Dole, y que s¨®lo un 19% opina desfavorablemente. En el caso de Gingrich las diferencias son de 43% y 40%. Clinton ha conseguido rebasar el 50% de popularidad, aunque las opiniones desfavorables superan el 40%.
"El Contrato con Am¨¦rica representa la ideolog¨ªa s¨®lo de uno de los tres instrumentos de Gobierno en Washington. Sus propuestas pueden salir adelante, ser rectificadas o simplemente ser eliminadas", afirma Stephen Hess, un antiguo, colaborador de, tres administraciones y actual analisia de la Brookings Institution.
La C¨¢mara de Representantes ha pasado hasta ahora 13 iniciativas legislativas contenidas en el Contrato con Am¨¦rica, pero s¨®lo dos de ellas han logrado el refrendo del Senado, imprescindible para que se conviertan en ley. De estas ¨²ltimas, s¨®lo una, una reforma en el funcionamiento del Congreso, ha sido aceptada por el presidente.
Las principales propuestas salidas de la C¨¢mara baja est¨¢n ahora en peligro de ser postergadas, corregidas o rechazadas por el Senado, o de ser vetadas por Clinton. La Casa Blanca parece dispuesta a utilizar ese derecho en contra de una nueva ley contra el crimen, la reforma del welfare state (programa de ayuda a los m¨¢s pobres) y varios cambios relacionados con la pol¨ªtica exterior y de defensa. "Cualquiera en el Capitolio que quiera hacer pol¨ªtica partidista con la polic¨ªa de los norteamericanos debe escuchar esto: vetar¨¦ cualquier esfuerzo para impedir o reducir el compromiso de poner 100.000 nuevos agentes en las calles, punto", ha advertido el presidente.
Clinton es el primer presidente norteamericano desde 1861 que no ha utilizado todav¨ªa el veto, recurso al que acudieron repetidamente Ronald Reagan y George Bush para marcar distancias frente a un Congreso controlado por los dem¨®cratas. El veto da liderazgo, estatura presidencial y, correctamente usado, puede dar votos tambi¨¦n.
Con ese instrumento, el presidente puede congelar ahora una ley que refuerza los castigos contra los delincuentes pero niega el presupuesto para 100.000 nuevos polic¨ªas puede proteger los beneficios para los veteranos de guerra y los jubilados, puede impedir el recorte de la seguridad social y evitar que Estados Unidos reduzca su aportaci¨®n a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas.
En algunos casos, el veto servir¨ªa a Clinton para situarse al lado de la opini¨®n de la mayor¨ªa de norteamericanos; en otros, le dar¨ªa al menos la imagen de autoridad que le ha faltado en los dos primeros a?os de su gesti¨®n. "El problema de Clinton ha sido siempre que ha aparecido como poco firme; con el veto, por definici¨®n, tiene que apostar por algo. Es lo mejor que puede hacer el presidente con los recursos que le han quedado", opina Stephen Hess.
La misma encuesta de Times Mirror que le daba a Clinton un 55% de aceptaci¨®n, mostraba que un 51% de la poblaci¨®n no era capaz de mencionar un s¨®lo logro de esta Administraci¨®n, lo que da idea de que los norteamericanos no quieren al presidente activista y err¨¢tico de 1993, sino al distanciado vigilante que intenta ser en 1995.
Consciente de ese poder de Clinton, Dole, que act¨²a como el m¨¢s convincente candidato republicano a las presidenciales del a?o pr¨®ximo, busca una v¨ªa de mayor entendimiento con el presidente, o al menos de distanciamiento con las propuestas m¨¢s duras del Contrato con Am¨¦rica. "Yo soy la influencia moderada en el Partido Republicano", asegur¨® Dole en una entrevista con la cadena CNN.
Robert Dole mantiene reservas con relaci¨®n a la ley del crimen aprobada en la C¨¢mara de Representantes, se opone a la idea de recortar los poderes del presidente en el uso de cascos azules norteamericanos y defiende recortes presupuestarios m¨¢s moderados que los propuestos por Gingrich.
Gingrich se ha quejado de la lentitud en la actuaci¨®n del Senado y, si mencionarlo directamente, de la falta de resoluci¨®n de Bob Dole, con quien ya en el pasado ha tenido abiertas diferencias. "Muchas de nuestras iniciativas", declar¨® el presidente de la C¨¢mara de Representantes, "est¨¢n a la espera de la acci¨®n del Senado, donde las reglas dan a la minor¨ªa un mayor poder para ralentizar el debate". Gingrich, que ha descartado aspiraciones presidenciales para 1996, quiere completar su Contrato con Am¨¦rica, y advierte que eso ser¨¢ "s¨®lo el punto de salida de un programa para renovar la civilizaci¨®n norteamericana y construir una verdadera sociedad civil".
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