Alemania reclama la propiedad de los cuadros requisados a los nazis por tropas sovi¨¦ticas
Dos obras de Goya figuran en la exposici¨®n abierta en el Museo Pushkin de Mosc¨²
Dos magn¨ªficos ¨®leos de Francisco de Goya, El carnaval (1812-1816) y Retrato de Lola Jim¨¦nez (1808-1812), son las joyas de la muestra de 63 obras de arte que el Museo Pushkin de Mosc¨² mostr¨® ayer, por primera vez, al p¨²blico desde que fueron requisadas por las autoridades sovi¨¦ticas tras la victoria sobre la Alemania nazi. La exposici¨®n parte de los festejos conmemorativos del 500 aniversario del fin de la contienda y ha reavivado el contencioso con el Gobierno de Alemania y con los herederos de los coleccionistas, cuyos tesoros fueron requisados por los nazis.
Irina Ant¨®nova, directora del Museo Pushkin, manifest¨® ayer que las obras expuestas han sido "salvadas dos veces", primero por las tropas sovi¨¦ticas y despu¨¦s por los restauradores y expertos que se han encargado de ellas desde 1945-1946. Pr¨¢cticamente todas las piezas han sufrido alg¨²n tipo de restauraci¨®n en mayor o menor medida.La colecci¨®n, que permanecer¨¢ abierta hasta el 16 de julio, cubre un periodo de seis siglos (del XIV al XIX) y supone "una sexta parte" de las pinturas, conservadas por el museo como, parte del bot¨ªn de guerra, seg¨²n explic¨® Ant¨®nova. Adem¨¢s de los lienzos, el museo conserva una colecci¨®n de dibujos de maestros occidentales, que planea exponer en septiembre, y la colecci¨®n del tesoro de Troya o el oro de Shlimann, que se expondr¨¢ en 1996, seg¨²n Ant¨®nova.
Con motivo de la exposici¨®n, a la que fueron invitados por escrito representantes de la Embajada de Alemania en Mosc¨², esta sede diplom¨¢tica difundi¨® un comunicado en el que se reivindica la devoluci¨®n de las obras que fueron sacadas de aquel pa¨ªs al t¨¦rmino de la Segunda Guerra Mundial. El comunicado acoge positivamente la exposici¨®n y puntualiza que los propietarios originales de las obras o sus descendientes no han perdido el derecho de propiedad sobre estos bienes culturales.
En 1990, el presidente de la URSS, Mija¨ªl Gorbachov, y el canciller germano-alem¨¢n, Helmuth Kohl, firmaron un acuerdo bilateral en el que se contemplaba la devoluci¨®n de los bienes culturales "ilegalmente" sacados de Alemania. Sin embargo, superada ya la euforia prooccidental de la perestroika, el debate sobre este tema se ha atascado en la Comisi¨®n Mixta de Devoluci¨®n Ruso-Alemana, ¨®rgano de car¨¢cter consultivo.
Devoluci¨®n
Seg¨²n el viceministro de Cultura, Mija¨ªl Shvydkoi, la Comisi¨®n no examina las reclamaciones de las personas f¨ªsicas y el destino de las obras de arte debe ser decidido por una ley en proceso de elaboraci¨®n actualmente en la Asamblea Federal (Parlamento). El estado de ¨¢nimo de los legisladores y los c¨ªrculos culturales rusos es claramente hostil a la devoluci¨®n y el Consejo de la Federaci¨®n (la C¨¢mara Alta del Parlamento) ya vot¨® en contra de la devoluci¨®n de los bienes culturales sacados de Alemania.
Dentro de su amplitud, la muestra inaugurada ayer, que llevaba plane¨¢ndose varios a?os, tiene tres motivos b¨¢sicos, constituidos por una selecci¨®n de telas de distintas escuelas italianas de los siglos XIV, XV y XVI, otra selecci¨®n de la Escuela Holandesa y una tercera de cuadros franceses del XIX, con una buena representaci¨®n de impresionistas. Del primer conjunto forman parte una serie de natividades y madonnas con ni?o. Del segundo, un conjunto de escenas dom¨¦sticas, retratos y naturalezas muertas. Del tercero, varios desnudos y bailarinas de Degas, Renoir, Corot, y Manet.
Entre las perlas aisladas est¨¢ Juan el Bautista, de El Greco (1600-1605), que perteneci¨® a una colecci¨®n privada alemana, y tres retratos de Lucas Cranach el Viejo, ejecutados entre 1522 y 1526. Sobre estos retratos y los lienzos de Goya descansa el peso central de la exposici¨®n. Lola Jim¨¦nez muestra a una mujer morena de grandes y expresivos ojos casta?os, algo saltones y algo ojerosos, que sostiene un dibujo en el regazo y una pluma en la mano. Carnaval presenta a un grupo de m¨¢scaras en la oscuridad sobre un fondo de edificios por donde se filtra una inquietante luz de tormenta. Este ¨²ltimo cuadro perteneci¨® a la colecci¨®n de un adinerado jud¨ªo h¨²ngaro, cuyo apellido era aparentemente Hertzog, que fue trasladado desde Budapest a Alemania. La colecci¨®n, en la que figura tambi¨¦n un Tintoretto, forma parte de las obras reclamadas por Hungr¨ªa a Rusia.
Un tercer cuadro, un retrato masculino efectuado al ¨®leo, que originalmente fue atribuido a Goya, no se colg¨® en la muestra, por ser de una calidad muy inferior a las otras dos telas. La presencia de los Goya es especialmente importante, porque Rusia tiene una reducida muestra de este artista. En el Museo Pushkin hay una colecci¨®n de aguafuertes y en el Ermitage un lienzo regalado por el magnate norteamericano Armand Hammer. Algunas de las obras que figuran ahora colgadas en la exposici¨®n se daban por definitivamente perdidas. "Desde mi punto de vista", declar¨® recientemente el viceministro Shvydkoi a un peri¨®dico alem¨¢n, "no importa d¨®nde se guarden hoy los tesoros egipcios, en Gran Breta?a o en el Cairo. Lo importante es que se puedan ver y estudiar".
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