El 'yuppy' que hundi¨® un banco
Los 28 a?os de un operador han bastado para arruinar dos siglos de banca
R¨¢pido, peligroso y complicado. Los adjetivos sirven lo mismo para Nick Leeson, el operador de 28 a?os que se ha bastado a s¨ª mismo para hundir el bicentenario Banco Barings, que para los instrumentos financieros derivados -opciones y futuros- que utilizaba como herramientas de trabajo y que han acabado por estallarle en las manos. Era el director general de futuros en la oficina de Singapur de Barings. "El peque?o George Soros", le llamaban sus colegas en referencia al gran art¨ªfice de la crisis del Sistema Monetario Europeo de 1992. Lo de "peque?o" ha resultado ser una injusticia o, al menos, una inexactitud.El oficio de Leeson no era f¨¢cil: consist¨ªa, en buena medida, en predecir el porvenir. Tal cosa parece menos propia de los mercados de valores que de las barracas de feria y, de hecho, los derivados estuvieron prohibidos hasta hace unos a?os porque las autoridades tend¨ªan a considerarlos una forma de juego de azar. Sin embargo, las opciones y los futuros son las estrellas en alza de los mercados.
La variante utilizada por Leeson fue un futuro ligado al ¨ªndice Nikkei de la Bolsa de Tokio. Los detalles son complejos -muchos directivos bancarios confiesan entenderlos a duras penas-, pero uno se puede hacer una idea cabal de la operaci¨®n entendi¨¦ndola como una apuesta sobre la evoluci¨®n futura del mercado japon¨¦s. Leeson apost¨® 7.000 millones de d¨®lares. Si el Nikkei se manten¨ªa en torno al 18.500 que marcaba o sub¨ªa -como parec¨ªa probable cuando Jap¨®n iniciaba su recuperaci¨®n- la cifra de sus ganancias habr¨ªa mareado a cualquier persona sobria. Pero lleg¨® el terremoto de Kobe.
El ¨ªndice se hundi¨® y se llev¨® por delante a los futuros de Leeson, al propio Leeson -fugado desde el pasado viernes- y al mism¨ªsimo Banco Barings, que llevaba en pie desde el a?o 1769. El Banco de Inglaterra intent¨® desesperadamente encontrar apoyos para un plan de rescate. No tuvo ¨¦xito: los bancos se espantaron ante la magnitud de unas p¨¦rdidas que ni siquiera podr¨¢n evaluarse hasta el pr¨®ximo 10 de marzo, cuando venzan los futuros. Barings suspendi¨® pagos.
?C¨®mo ha sido posible?, se preguntan expertos y profanos estos d¨ªas. ?C¨®mo un solo operador pudo disponer de tales cantidades para una operaci¨®n de semejante riesgo? La complejidad y el r¨¢pido desarrollo de los nuevos instrumentos financieros ha empujado a muchos jugadores como Lesson a puestos de gran responsabilidad y no menor remuneraci¨®n siendo a¨²n muy j¨®venes. Simp¨¢tico, jovial, presumido, eficiente y agresivo -en palabras de sus compa?eros-, Leeson ten¨ªa todas las razones para sentirse a gusto consigo mismo. El director ejecutivo del Barings le ofreci¨®, tan s¨®lo hace unas semanas, una prima de un mill¨®n de libras en reconocimiento a la gran contribuci¨®n que estaba haciendo a los beneficios del banco.
Mucha gente cree que para apostar en el mercado de derivados hay que ser un genio, aunque sea un genio malo. ?ste no parec¨ªa ser el caso de Leeson. Sus profesores ingleses recuerdan el excelente estilo futbol¨ªstico de su pupilo, pero tampoco se olvidan de sus permanentes pinchazos en las pruebas de matem¨¢ticas. Los n¨²meros se le siguen resistiendo a este -ya no tan peque?o- guru de las finanzas.
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