Un puente entre Vivaldi y Jimi Hendrix
Vanessa Mae Nicholson y Nigel Kennedy, dos violinistas en busca de audiencias j¨®venes
Podr¨ªa ser la nueva Anne Sofie M¨¹tter, belleza y talento unidos en un c¨®ctel deslumbrante. Pero Vanessa Mae Nicholson, una violinista de ex¨®tico encanto nacida hace 16 a?os en Singapur, que vive en Londres desde los cuatro a?os y ha adoptado la nacionalidad brit¨¢nica, se ha alejado demasiado de la ortodoxia cl¨¢sica como para que tal comparaci¨®n sea posible. Su primer disco, Tocata y fuga, hubiera hecho estremecerse a Bach. Sonidos el¨¦ctricos y una furiosa bater¨ªa acompa?an al viol¨ªn en una carrera acaso suicida. Sin embargo, Vanessa Mae es un ejemplo m¨¢s, junto a nombres como el de Nigel Kennedy, de los esfuerzos de las empresas discogr¨¢ficas por abrir el mercado de la m¨²sica cl¨¢sica a los o¨ªdos juveniles.Kennedy, de 37 a?os, brill¨® con una intensidad inusual en un int¨¦rprete de m¨²sica cl¨¢sica. Nacido en el seno de una familia de m¨²sicos -el peque?o Nigel creci¨® con su madre, profesora de piano, en Brighton, mientras su padre, John, volaba a Australia sin apenas haber conocido a la criatura-, Kennedy asombr¨® al propio Yehudi Menuhin con su temprano virtuosismo.
Sus primeras grabaciones para la casa EMI, por ejemplo, se mantuvieron dentro de los esquemas m¨¢s ortodoxos. Pero fue su versi¨®n de Las cuatro estaciones, de Vivaldi, que sali¨® al mercado en septiembre de 1988, la que habr¨ªa de convertirle en un ¨ªdolo.
Vender un mill¨®n de discos de una obra cl¨¢sica, r¨¦cord que Kennedy alcanz¨® con sus Cuatro estaciones, es algo absolutamente ¨²nico. En 1991, tres discos suyos acaparaban los tres primeros puestos en las listas de m¨²sica cl¨¢sica.
Se dir¨ªa, contemplando el lanzamiento de Vanessa Mae Nicholson, que comparte casa discogr¨¢fica con Kennedy, que sus managers sue?an con repetir los ¨¦xitos del sorprendente ni?o prodigio.
?Hay realmente similitudes entre Nigel Kennedy y Vanessa Mae? "Por supuesto que las hay", replica la encargada del departamento internacional de EMI en Londres. "Ambos tocan el viol¨ªn de una forma personal¨ªsima y revolucionaria".
Cl¨¢sicos, pero menos
Ambos se han declarado admiradores de m¨²sicos modernos y cl¨¢sicos. Combinando una formaci¨®n ortodoxa con el gusto por los sonidos m¨¢s asequibles. "Me gusta Beethoven y los Beatles, Mozart y Michael Jackson, Paganini y Prince", declara Vanessa Mae, que posa en la cubierta de su primer disco con un look de estrella de Hollywood.
Nigel Kennedy, retirado de los escenarios en 1992, trabaja actualmente en temas de Jimi Hendrix, un guitarrista al que admira m¨¢s que al maestro Andr¨¦s Segovia. Desde ese a?o no han vuelto a salir al mercado nuevos discos suyos, aunque un portavoz de su casa discogr¨¢fica asegura que no ha dejado de grabar. Sin embargo, el joven virtuoso jam¨¢s se apart¨® de las pautas cl¨¢sicas a la hora de interpretar a Beethoven, Vivalvi o Brahms.
Eso s¨ª, su terrorismo verbal no se detuvo nunca ante los mitos de la m¨²sica cl¨¢sica. Con toda la osad¨ªa de un ni?o prodigio acostumbrado a despertar miradas de asombro, declaraba su odio por los conciertos de viol¨ªn de Mozart con ocasi¨®n del segundo centenario de su muerte en VIena. "Es una m¨²sica tan sin complicaciones, con un equilibrio tan bonito, y todo tan correcto y educado... Pero no voy a tocar su m¨²sica s¨®lo porque se celebre su aniversario".
Su aspecto de rebelde punk?, su escaso inter¨¦s por las comodidades alguno de sus colaboradores ha mostrado su asombro por el estado de la casa de Kennedy, total desorden y una ventana con los cristales rotos- y sus alardes provocativas han sido al final un arma de doble filo. Pocos artistas han conseguido vender con tanta fortuna una exigua autobiograf¨ªa como lo hizo Kennedy, aunque pocos han vivido tan intensamente como ¨¦l. Casado, separado, actualmente unido a una rubia rockera, el prodigioso Nigel ha recorrido un largo camino en 37 a?os.
De momento, Vanessa Mae Nicholson, que comparte fecha de nacimiento con Paganini -ambos nacieron un 27 de octubre- espera su turno en el estrellato. Tocata y fuga est¨¢ en el puesto 350 de la lista de ¨¦xitos, pese a la resistencia de las emisoras de m¨²sica cl¨¢sica del Reino Unido a incluirlo en su selecci¨®n. Su segundo disco, The violinthayer, est¨¢ a punto de aparecer, pero es su aspecto lo que parece haber causado m¨¢s impacto. Bella, exuberante y ex¨®tica, la elecci¨®n de su vestuario parece un cap¨ªtulo tan esencial como la elecci¨®n de los temas a interpretar.
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