En plan coladero
Empez¨® la feria de Valencia y con ella lo sustancial de la temporada, tal como acab¨® el a?o anterior: en plan coladero. Los toritos comparecieron menguados y febles, con unos pitones sospechosos de haber pasado por el serrucho; los torros les pegaron pases sin arte ni emoci¨®n, una parte del p¨²blico pidi¨® oejas, el presidente se apresur¨® a concederlas, el triunfalismo result¨® complacido, aburrida la afici¨®n, y ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa.Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa, cierto, pero se barrunta que habr¨¢ m¨¢s de lo mismo. Estamos donde est¨¢bamos, con ese demencial reglamento Corcuera en vigor, ya que su anunciada reforma permanece en estado de consenso. Divina palabra, consenso. El consenso es como el tres-en-uno: que vale para todo. El Senado aprob¨® en noviembre una moci¨®n exigiendo al Gobierno la supresi¨®n de varios art¨ªculos de aquel reglamento infame, que propician el afeitado de los toros, y dos d¨ªas despu¨¦s el Ministro de Justicia e Interior anunci¨® que emprend¨ªa su reforma para erradicar el fraude. "Estar¨¢ aprobado antes de empezar la temporada, aunque previamente lo vamos a consensuar con los sectores de la fiesta", coment¨®. ?Consensuar el fraude con los defraudadores? La verdad es que la proposici¨®n parec¨ªa surrealista. Pues bien, cuatro meses despu¨¦s, a¨²n lo est¨¢n consensuando. El tres-en-uno.
Jandilla / Pacheco, Calvo, Bl¨¢zquez
Novillos de Jandilla,terciados, sospechosos de afeitado, inv¨¢lidos, encastados.Jos¨¦ Pacheco: bajonazo (oreja); aviso antes de matar, pinchazo bajo y estocada corta baja (palmas y saluda). Jos¨¦ Calvo: estocada (oreja); estocada, dos descabellos -aviso- y descabello (aplausos y saludos) Ra¨²l Bl¨¢zquez: estocada trasera ca¨ªda (oreja); pinchazo y estocada saliendo volteado (oreja), Plaza de Valencia, 10 de marzo. 11 corrida de feria. Media entrada.
La temporada 1995 ha empezado bajo el manto protector del reglamento Corcuera, un papel¨®n donde toda corruptela tiene su acomodo. Los veterinarios ya pueden denunciar afeitados, que si el presidente quiere -y suele querer, pues va de comparsa de los taurinos la corrida se lidiar¨¢ entera.
El toro que los taurinos imponen es, aproximadamente, la novilladita con, que se inaugur¨® la famosa feria de las fallas. Toritos con la m¨ªnima agresividad posible, que no asusten y faciliten la tarea de los lidiadores. Bien, se consigui¨® el prop¨®sito.
Los diestros pegaron miles de pases, derechazos a cientos, se pusieron de rodillas ante las romas astas con ostentosos alardes de temeridad, y consumada la funci¨®n todos tres segu¨ªan en el mismo lugar que ocupaban antes de perpetrarla: el anonimato. -
Porque, sin toro, nada de cuanto suceda en el redondel tiene importancia. Sin toro, es preciso poseer el don del arte, y que ese arte sea excelso, para dejar huella en la memoria selectiva de la afici¨®n. Sin toro, el toreo hay que invent¨¢rselo. Y es injusto, en el fondo, porque muchos toreros -entre otros, seguramente los tres principiantes que inauguraron la feria fallera- poseen valor y torer¨ªa, que podr¨ªan demostrar si les exigiera medirse con el toro entero y verdadero. Jos¨¦ Pacheco dio al primer novillete unos redondos de muy buen corte, y se rehizo con coraje del volteret¨®n que le peg¨®; Jos¨¦ Cavero instrument¨® al segundo ver¨®nicas, derechazos y naturales con templanza y ajuste; Ra¨²l Bl¨¢zquez ci?¨® sin enmendarse valientes estatuarios, y al sexto, ¨²nico ejemplar cuajado de la tarde, supo encelarlo y le sac¨® redondos de estupenda factura. Al ejecutar el volapi¨¦, el novillo lo volte¨®. Sali¨® del trance ileso, aunque con la taleguilla destrozada y al aire lo del d¨ªa de la boda. R¨¢pidamente le confeccionaron un delantalillo con el que pudo taparlo y prevenir la cistitis. Porque hac¨ªa un d¨ªa de perros: ven¨ªa racheado un viento glacial, que helaba las entra?as y lo otro.
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