Reencuentro en Chamber¨ª
Dos jubilados, antiguos conocidos, forman la primera pareja a la que casa un concejal en Madrid
L. ENGUITA. La primera boda por lo municipal celebrada en Madrid fue tan sobria que ni unas tristes flores adornaban el sal¨®n de reuniones de la Junta Municipal de Chamber¨ª. Y eso que el oficiante, el concejal Juan Antonio G¨®mez Angulo, del PP, hab¨ªa ofrecido gentilmente a la novia, Lucila, de 64 a?os, regalarle un ramo. Un gesto que le sali¨® del alma en el d¨ªa en que por primera vez casaba a una pareja. "Estaba m¨¢s nervioso que el d¨ªa de mi boda", explicaba G¨®mez Angulo despu¨¦s de la ceremonia, que se celebr¨® a las doce del mediod¨ªa.
El concejal, que preside la Junta de Retiro, se ha convertido por casualidad en el primer celebrante que no es juez ni p¨¢rroco: sustitu¨ªa a la con cejal de Chamber¨ª, Mercedes de la Merced, enferma ayer. Una modificaci¨®n del C¨®digo Civil permite estas ceremonias para descongestionar los juzgados.
El enlace era un reencuentro de dos personas -Lucila y Luis Leandro, de 70 a?os que se hab¨ªan conocido en su juventud, seg¨²n explic¨® un bedel de1a Junta de Chamber¨ª a quien habr¨¢ que dar cr¨¦dito, pues nadie ha negado su relato. "Lo s¨¦ porque hab¨ªa tanta expectaci¨®n por este acto que me he enterado de los detalles", explic¨® el funcionario. Lucila y Luis se acercaron sentimentalmente en sus a?os mozos, pero luego cada uno tir¨® por su camino. Hasta ayer, en que unieron sus destinos tiempo despu¨¦s de que la mujer enviudara.
Luis Leandro, un hombret¨®n de pelo cano, bien planta do y de ojos claros y dulces vest¨ªa un traje gris oscuro. Su novia tambi¨¦n llevaba un traje de chaqueta, de un gris m¨¢s claro. El sonre¨ªa a escondidas antes de la ceremonia, al ver el revuelo que hab¨ªa causado Ella, sin embargo, estaba enfadada por la presencia de los medios de comunicaci¨®n, y mantuvo un gesto contrariado antes y despu¨¦s de la escueta celebraci¨®n.
Result¨® que los novios no deseaban ninguna repercusi¨®n p¨²blica: "No quer¨ªamos que esto fuese lo de Ortega Cano", se disculpaba Luis Leandro No pudo decir mucho m¨¢s, pues se lo impidi¨® Lucila.
Sin, palabras
El edil hab¨ªa ofrecido a los novios pronunciarles unas palabras despu¨¦s de la ceremonia oficial, pero ellos lo rechazaron. Desde luego que deseaban un acto austero y sin florituras. "Habr¨ªa le¨ªdo el poema de Pedro Salinas La voz a ti debida, pero no ha podido ser", explicaba conmovido el concejal.
. La boda se celebr¨® en un sal¨®n de reuniones con un aforo para 40 personas. G¨®mez Angulo coloc¨® un ejemplar de la Constituci¨®n sobre la mesa. Presid¨ªa el sal¨®n un tapiz con el escudo municipal y un busto del Rey. El concejal luc¨ªa los distintivos municipales: un faj¨ªn carmes¨ª, el bast¨®n de mando y la medalla del Ayuntamiento. Vest¨ªa de domingo, con un elegante traje gris, y llevaba el pelo engominado. Los testigos fueron dos hijos de la novia. El hijo var¨®n sonre¨ªa, mientras que la hija se mostraba seria, contrariada como su madre por la presencia de los medios de comunicaci¨®n.
La ceremonia dur¨® tres minutos. El secretario de la concejal, Gabriel Morera, dijo los nombres de los contrayentes y dio la palabra a G¨®mez Angulo. Este ley¨® los art¨ªculos 66, 67 y 68 del C¨®digo Civil, que indican la igualdad de los novios ante la ley, la obligaci¨®n de respeto y ayuda mutua y la obligaci¨®n de guardarse fidelidad.
Despu¨¦s, el concejal les pregunt¨® si consent¨ªan en contraer matrimonio, y tras el s¨ª de rigor les declar¨® unidos " por la facultad que me confiere", dijo, "el art¨ªculo 58 del C¨®digo Civil". "He sentido satisfacci¨®n y muchos nervios", indicaba minutos despu¨¦s.
Hasta abril no habr¨¢ m¨¢s bodas municipales. Y se saltar¨¢n la regla de que se oficien el segundo viernes del mes, porque cae en Viernes Santo. G¨®mez Angulo elegir¨¢ la tercera semana -"la primera ser¨ªa el Viernes de Dolores, un poco triste", indica- y espera casar a sus pr¨®ximos novios en los Jardines de Cecilio Rodr¨ªguez o en la Casa de Vacas. Con estas instalaciones no es de extra?ar que 20 parejas hayan solicitado casarse en Retiro.
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