Dicho y hecho
EL ABOGADO de Herri Batasuna Txemi Gorostiza tendr¨¢ que responder ante la justicia de un presunto delito de colaboraci¨®n con banda armada. Encausado por ese delito hace dos a?os, las actuaciones fueron anuladas por la Audiencia Nacional por considerar ilegal la prueba acusatoria: la. grabaci¨®n de una conversaci¨®n suya con un preso. En esa grabaci¨®n, el letrado defend¨ªa la conveniencia de atentar contra funcionarios de prisiones como forma de acabar con la pol¨ªtica de reinserci¨®n y admit¨ªa que hab¨ªa "pasado datos certeros" para ello a la banda' El hecho de que un funcionario de Instituciones Penitenciarias fuera asesinado por ETA diez d¨ªas despu¨¦s de la siniestra conversaci¨®n puso de relieve la escasa distancia que en materia de terrorismo suele existir entre el dicho y el hecho. La revocaci¨®n de aquella resoluci¨®n por parte del Tribunal Supremo significa que Gorostiza ser¨¢ juzgado de nuevo. Ello permitir¨¢ hacer confluir la raz¨®n jur¨ªdica con el sentido com¨²n.Esto ha sido posible porque una reciente sentencia del Tribunal Constitucional ha precisado los criterios sobre intervenci¨®n de comunicaciones de los presos.Lo fundamental es la distinci¨®n entre las comunicaciones en general y las espec¨ªficamente mantenidas por el recluso con su abogado defensor. En el primer caso, razones de seguridad o de otro tipo pueden justificar una intervenci¨®n de la conversaci¨®n por parte de la autoridad penitenciaria. En el caso de los defensores, por el contrario, ello s¨®lo es posible en supuestos de terrorismo, y siempre mediante autorizaci¨®n judicial. Seg¨²n la sentencia ahora hecha p¨²blica por el Supremo, Gorostiza no era el abogado defensor de De Juana Chaos, por lo que la comunicaci¨®n puede considerarse como la del preso con cualquier visita particular y sometida, por tanto, al criterio general. En el juicio oral habr¨¢ de dilucidarse si exist¨ªan motivos de seguridad que justificaban, la intervenci¨®n; pero ya no podr¨¢ argumentarse la ilegalidad de la misma bas¨¢ndose en la ausencia de autorizaci¨®n judicial.
El garantismo es una civilizada conquista a conservar, pero su defensa no implica prescindir de cualquier otro principio jur¨ªdico; uno de ellos es que el razonamiento en virtud del cual se decide en derecho no puede conducir al absurdo. Que Gorostiza no fuera a ser juzgado por el fondo del asunto lo era.
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