La desidia conduce al divorcio en el Bar?a
N¨²?ez remite a Cruyff, el t¨¦cnico se desmarca, y el equipo no sabe a quien agarrarse
. La desidia amenaza con romper el matrimonio de conveniencia que Johan Cruyff y Josep Llu¨ªs N¨²?ez firmaron en 1988. El t¨¦cnico apuesta por el divorcio y el presidente se remite al entrenador. Hay la sensaci¨®n, generalizada de que N¨²?ez aguardar¨¢ a Cruyff en Par¨ªs o, cuanto menos, tratar¨¢ de comunicarse con ¨¦l para medir el alcance de la hemorragia abierta por la sexta derrota del Bar?a en la Liga. El problema es que Cruyff ya no cree en las promesas de la directiva, ni la directiva en la suerte de Cruyff.
Los directivos. Ninguno reconoce su temor a que Cruyff cumpla su amenaza de irse el 30 de junio. Joan Gaspart,' vicepresidente primero, afirma: "Aunque el resultado de Par¨ªs sea adverso no pasar¨¢ nada"..Otro vicepresidente, Nicolau Casaus, dice: "Johan tiene su vida en Barcelona, y no se ir¨¢ del Bar?a; si quieren, lo firmo". Y Amador Bernab¨¦u, directivo que acompa?a al equipo en todos los desplazamientos, augura: "He hablado con ¨¦l y le veo con ganas de continuar". Los resultados de la temporada en curso han provocado que se cuestione la pol¨ªtica de renovaci¨®n de la plantilla, y un sector de la junta pide responsabilidades. Recela de los fichajes solicitados por Cruyff -abren consultas -con otros t¨¦cnicos-; propone ase gurarse la continuidad de los jugadores con posibilidad de irse (Guardiola, Stoichkov o Iv¨¢n de la Pe?a), a espaldas del t¨¦cnico; y se rebela cada vez que se discute las condiciones de los contratos de Jordi y Angoy, hijo y yerno, respectivamente, del entrenador holand¨¦s. La plana mayor de la junta, sin embargo, prefiere tener atado a Cruyff a que est¨¦ suelto con un micr¨®fono en la mano.
El entrenador. Est¨¢ harto de llegar a acuerdos puntuales en las reuniones de la comisi¨®n t¨¦cnica -formada por N¨²?ez, Gaspart, Carles Rexach y ¨¦l mismo-, que luego se dilatan y, en alg¨²n caso, ni se formalizan. "Cruyff propone, por ejemplo, un fichaje y la directiva responde s¨®lo con preguntas: qui¨¦n conoce al jugador, qu¨¦ edad tiene y c¨®mo se va a amortizar su fichaje". La reflexi¨®n corresponde a una persona de la confianza del t¨¦cnico que no duda en reiterar que Johan tiene m¨¢s posibilidades de irse que de quedarse. El propio Cruyff reitera: "Tal como me siento ahora, hay el 95% de posibilidades de que me vaya al final de temporada". Le irrita que la directiva act¨²e por su cuenta en el asunto de renovaciones; le ofrezca, jugadores a trav¨¦s de los diarios; y bendiga las campa?as de promoci¨®n y publicidad de los ¨¦xitos del equipo sin que el vestuario reciba nada a cuenta.
La plantilla. "Tengo la sensaci¨®n que cuando Cruyff canta la alineaci¨®n, hay jugadores que suspiran de alivio cuando no escuchan su nombre". La afirmaci¨®n es de uno de los observadores de la actualidad barcelonista que est¨¢ en permanente contacto con el vestuario. La plantilla est¨¢ mayormente desencantada. Hay ya jugadores que le dan muchas vueltas a su futuro, otros que se ven fuera del club, y un tercer grupo que no sabe o no contesta porque no entiende nada. Koeman est¨¢ m¨¢s fuera que dentro, Stoichkov se deja querer por el Inter en cada entrevista a la prensa italiana. Y Hagi parece el pupas.
El entorno. La directiva ha receledo tanto del entorno de Cruyff como Cruyff del entorno de la directiva. Todos est¨¢n bajo sospecha: si habla un agente de futbolistas, se duda de sus intenciones y si sale publicado en un diario el nombre de un fichaje, se pregunta quien es la fuente. Cruyff ha llegado a decir a la prensa de su pa¨ªs: "El problema hist¨®rico del Bar?a son los medios de comunicaci¨®n, especialmente la prensa. Hay demasiados intereses period¨ªsticos alrededor del equipo y hay una lucha de poder inimaginable". El t¨¦cnico tiene la sensaci¨®n de haber perdido influencia sobre los medios en beneficio de la directiva.
La credibilidad. Los argumentos utilizados por Cruyff para explicar las derrotas -el cansancio acumulado en el Mundial, la actitud de Stoichkov, el entorno o el viento como en el Calder¨®n- le han hecho perder credibilidad. La directiva apunta: "Quien nos ha llevado a la gloria sabr¨¢ como sacarnos de la miseria".
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