El 'bluff' del autob¨²s

"Hay proyectos que pueden ser discutibles. El de la ubicaci¨®n de la Estaci¨®n Sur en Palos de Moguer (hoy Palos de la Frontera) ni siquiera admit¨ªa discusi¨®n: es uno de esos errores que se cometen a conciencia", asegura el veterano arquitecto Miguel Fisac, "el hombre que lleva muchos a?os denunciando desafueros urban¨ªsticos", como dec¨ªa de ¨¦l un titular del diario Madrid del 9 de febrero de 1967. Hab¨ªan pasado s¨®lo siete meses desde que el Ayuntamiento anunciara, hace ahora 28 a?os, la construcci¨®n de una nueva estaci¨®n de autobuses en una zona comprendida entre las calles de Palos de Moguer, Batalla del Salado, Canarias y paseo de las Delicias.Desde el primer momento esta ubicaci¨®n fue objeto de una fuerte pol¨¦mica, que se prolong¨® hasta la inauguraci¨®n de la estaci¨®n en febrero de 1971. Frente a la insistencia del gobierno municipal, presidido por el alcalde Carlos Arias Navarro, de construirla en su actual localizaci¨®n se alzaron numerosas opiniones que desestimaban el proyecto por considerar que s¨®lo iba a congestionar esa zona de la capital, ya entonces bastante saturada de tr¨¢fico.

El diario Madrid lider¨® las voces cr¨ªticas, entre las que se encontraban arquitectos y urbanistas -Miguel Fisac y Francisco Rodr¨ªguez Fonseca, entre otros-, y hasta antiguos concejales como Miguel E. Moreno y Ruiz, que hab¨ªa sido edil durante 12 a?os. Para convencer a los responsables municipales de su "miop¨ªa urban¨ªstica", el rotativo hac¨ªa encuestas en las que recog¨ªa distintas opiniones.

Estas encuestas, vistas con la perspectiva de los a?os, confieren a aquellos cr¨ªticos un aspecto de videntes. Por desgracia, acertaron por completo. Cuando ni siquiera se han cumplido 25 a?os desde su puesta en funcionamiento, la pol¨¦mica Estaci¨®n Sur de autobuses est¨¢ desahuciada y s¨®lo espera para echar el cierre a que Ayuntamiento y Comunidad se pongan de acuerdo para que se levante la nueva en M¨¦ndez ?lvaro.

Fisac recuerda su advertencia de que una terminal de autobuses en la zona de Delicias "no ten¨ªa ninguna posibilidad". En aquel art¨ªculo que public¨® en 1967 el arquitecto, utilizaba una comparaci¨®n literaria del fil¨®sofo Jaime Balmes para se?alar los desastres urban¨ªsticos que se estaban cometiendo en la capital : "Si tomamos los caracteres de imprenta de uno de los pasajes de la Eneida, los lanzamos al techo y luego los dejamos caer al suelo, se produce una imposibilidad: que tal como caen esos caracteres podamos volver a leer el texto virgiliano". Y a?ad¨ªa: "Si nos hemos propuesto hacer una urbe a base de tirar para arriba y dejar caer sus elementos integradores, nos ser¨¢ igualmente dif¨ªcil ver que lo que ha quedado sobre el suelo es una ciudad racional".

Su colega Francisco Rodr¨ªguez Fonseca propon¨ªa Villaverde como un lugar alternativo, y esgrim¨ªa que, "para llevar a cabo un proyecto de esa ¨ªndole, primero hay que resolver los problemas de accesos. Y una estaci¨®n de autobuses de esa importancia no puede emplazarse en pleno casco urbano de Madrid, all¨ª donde es ya muy intenso".

El ex concejal Moreno y Ruiz, ya fallecido, dec¨ªa que la obra en s¨ª le parec¨ªa buena, pero calific¨® de "desafortunado" el emplazamiento: "Provocar¨¢ una mayor congesti¨®n en los paseos de las Delicias y Santa Mar¨ªa de la Cabeza". Ante el argumento municipal de que muchas estaciones europeas estaban ubicadas en el centro de la ciudad, el edil se?al¨® que eran estaciones ferroviarias, "y los trenes no producen congestiones ni interferencias de ninguna clase". Moreno y Ruiz hab¨ªa sido tambi¨¦n delegado de Servicios T¨¦cnicos y hab¨ªa hecho varios estudios para la construcci¨®n en Madrid de varias estaciones.

El arquitecto que dirigi¨® las obras de la Estaci¨®n Sur, Mariano Garc¨ªa Benito, asegura que no recuerda los motivos por los que el Ayuntamiento decidi¨® ese emplazamiento. "Creo que se eligi¨® ese lugar porque era un solar municipal del que se dispon¨ªa en ese momento, y les debi¨® de resultar m¨¢s c¨®modo y m¨¢s barato. Lo que s¨ª puedo decir es que las empresas de autobuses se tras ladaron all¨ª contra su voluntad y bastante a disgusto".

Los municipes dec¨ªan orgullosos que el proyecto estaba inspirado en la ' estaci¨®n de autobuses de Nueva York, que se construy¨® en los a?os cincuenta, entre la Octava Avenida y la calle Cuarenta y Tres, en pleno centro de la Gran Manzana, aunque no tuvieron en cuenta, tal como declar¨® al peri¨®dico Moreno y Ruiz, que "la estaci¨®n neoyorquina tiene para su acceso una rampa elevada que la une directamente con el t¨²nel Lincoln, que hace que los autobuses no tengan que atravesar la ciudad".

A prop¨®sito de esta inspiraci¨®n americana, Miguel Fisac se queja de que "copiar de lo malo que se hace en otros pa¨ªses es una costumbre muy espa?ola. Hemos hecho un modelo de ciudad que nos va a salir car¨ªsimo. Los madrile?os vamos a pagar cada vez m¨¢s impuestos que s¨®lo servir¨¢n para poner parches a los desastres que se han cometido".

El error de c¨¢lculo de hace 20 a?os costar¨¢ a los madrile?os varios miles de millones para hacer una nueva estaci¨®n. La antigua se llev¨® 200 millones. Los motivo! de la tozudez de Arias Navarro seguir¨¢n siendo una inc¨®gnita.