La direcci¨®n laborista brit¨¢nica se deshace de los vestigios marxistas
La guerra ha sido dura, pero al final el l¨ªder laborista, Tony Blair, se ha alzado con la victoria. Pese a las reticencias sindicales y a la oposici¨®n del ala izquierda, Blair gan¨® ayer una batalla esencial en su campa?a de modernizar el laborismo al conseguir que 21 de los 29 miembros del comit¨¦ ejecutivo votaran a favor de una reforma estatutaria del partido que quedar¨¢ plasmada en una nueva redacci¨®n de la cl¨¢usula cuarta y que supondr¨¢ el abandono del principio de la propiedad estatal, ¨²ltimo vestigio marxista.
La decisi¨®n del ejecutivo deber¨¢ ser ratificada en un congreso extraordinario del partido previsto para el 29 de abril. Pero la votaci¨®n de ayer, fiel reflejo del estado de opini¨®n de una amplia mayor¨ªa de sus militantes y circunscripciones electorales, es una muestra de por d¨®nde pueden ir los tiros en el congreso.La cl¨¢usula cuarta, redactada en 1918 por el matrimonio Web, en una ret¨®rica muy del gusto de la ¨¦poca, hab¨ªa sido hasta hora la piedra angular del compromiso laborista con los valores del proletariado, la propiedad p¨²blica de los bienes de producci¨®n y la defensa de una pol¨ªtica de nacionalizaciones.
Despu¨¦s de numerosos aunque t¨ªmidos intentos por parte de sus predecesores, el nuevo l¨ªder laborista, Tony Blair, ha conseguido el apoyo necesario para transformar al vetusto partido de otros tiempos, dominado por las centrales sindicales, en lo que ¨¦l mismo defini¨® ayer como "un partido moderno, de centro-izquierda, capaz de entender las aspiraciones de la gente, de hablar su mismo lenguaje y afrontar el siglo XXI con claridad". De ah¨ª a la conquista del poder, piensa Blair, hay s¨®lo un paso.
En opini¨®n de Blair, el viejo texto presenta graves lagunas como, por ejemplo, la ausencia de una referencia a la justicia social, a la democracia o -algo comprensible si recordamos que se redact¨® en 1918- al medio ambiente. Por eso, el l¨ªder laborista insisti¨® en su intervenci¨®n ante el comit¨¦ ejecutivo en que ha llegado la hora "de perder el miedo al cambio".
La nueva cl¨¢usula que el comit¨¦ ejecutivo aprob¨® ayer aboga por la construcci¨®n de "una comunidad en la que el poder y la riqueza est¨¦n al servicio de la mayor¨ªa y no de unos pocos".
El borrador del nuevo principio ideol¨®gico sobre el que descansar¨¢n los estatutos laboristas fue redactado durante el fin de semana por Tony Blair y su n¨²mero dos, John Prescott, aunque sobre la base de otras muchas consultas previas.
Blair hab¨ªa encontrado ya un aliado imprevisto en el reciente congreso regional de los laboristas escoceses, que hace unos pocos d¨ªas se hab¨ªa mostrado mayoritariamente favorables.
El nuevo texto no contiene ninguna menci¨®n al pleno empleo, uno de los grandes objetivos laboristas, con objeto de no alarmar a los votantes de clase media aunque s¨ª defiende la econom¨ªa mixta.
Guerra sorda
Desde el pasado mes de octubre, cuando este joven abogado de 42 a?os plante¨® en el congreso anual del partido que hab¨ªa llegado el tiempo del cambio, una guerra sorda se ha venido desarrollando en el seno de la familia laborista. En el propio congreso, Blair vio con preocupaci¨®n como su propuesta era rechazada por un 51% de los delegados. Pero su pulso no se alter¨®.
Algunos sectores hostiles al cambio, como Dan Duffy, l¨ªder del sindicato del transporte, aparecieron ayer resignados. Otros, como Dennis Skinner, mantuvieron hasta el final su total oposici¨®n a un cambio que tild¨® "de locos". Pero lo cierto es que la reuni¨®n en la sede laborista de Walworth Road, en Londres, fue breve y dej¨® claro hasta qu¨¦ punto los partidarios de los viejos principios son ya una minor¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.