Sobrevivir a un fuisilamiento

Haber le¨ªdo la propia acta de defunci¨®n tras sobrevivir a un fusilamiento es algo que muy pocos pueden contar. Carmelo Mart¨ªn P¨¦rez, a sus 80 a?os, vive para contar ¨¦sa y otras haza?as. Durante 35 a?os se vio obligado a ocultar su personalidad y a responder al nombre de Fernando Mart¨ªn Vel¨¢zquez, por el que todos le conocen.El.recuerdo del fusilamiento que sufri¨® el 26 de febrero de 1937, contra la puerta del cementerio de M¨¢laga, le ha acompa?ado toda su vida. La imagen del cami¨®n que le transportaba & madrugada, junto con sus 72 compa?eros de la CNT, la conserva viv¨ªsima. Conforme iban bajando del cami¨®n, les disparaban sin darles apenas tiempo a estirar las piernas. De pronto, las balas sonaron m¨¢s cerca e impactaron de lleno en la cabeza del compa?ero que iba atado con cuerda de c¨¢?amo a sus manos. Al caer al suelo arrastr¨® a Carmelo Mart¨ªn, quien a pesar de los 36 disparos que atravesaron su ropa, no sufri¨® ning¨²n rasgu?o. S¨®lo tres surcos en la cabeza. Ahora bromea diciendo: "Creo que me salvaron los piejos".

Luego vino todo lo dem¨¢s: la fuga y cuatro a?os en un escondrijo de 2,25 metros por 1,25 que comparti¨® con otros dos conocidos. Estuvo a punto de tirar la toalla y entregarse. Una t¨ªa suya lo disuadi¨® y le. proporcion¨® documentaci¨®n falsa, lo que le permiti¨® abrirse camino.

Ahora, quiere que el Gobierno le compense tantos sufrimientos. Ha escrito a Felipe Gonz¨¢lez y se dirigir¨¢ al Rey si no obtiene respuesta positiva.

Mart¨ªn, que ten¨ªa 23 a?os cuando fue fusilado, no cree en los milagros, "pero si los hay, lo que me pas¨® a m¨ª lo fue". El autor del tiro de gracia remat¨® al joven que yac¨ªa a su derecha, pero pas¨® de ¨¦l.