En defensa de Eugenio Trias
Sab¨ªa que la profesi¨®n de historiador no capacitaba para analizar el presente. El an¨¢lisis del historiador J. B. Culla sobre el pensamiento de Eugenio Trias me lo ha confirmado.Nos hemos hinchado a decir que Catalu?a era mestiza y cuando se nos pone delante el pluralismo desconcierta. Porque no s¨®lo son mestizos los descendientes de las inmigraciones de este siglo. Lo somos tambi¨¦n muchos de los que tenemos 10 o 12 apellidos catalanes, llenos de dobles eses y dobles eles. Entre ellos, mi familia: Mass¨® i Tarruella. Mon¨¢rquicos-castellanoparlantes (Mass¨®) y republicanos-catalanistas (Tarruella).
Eso es lo que es Trias Sagnier: un mestizo. Y, como buen fil¨®sofo -el primero del pa¨ªs-, a Eugenio le repele el nacionalismo monol¨ªtico. Se puede disentir de los planteamientos ling¨¹¨ªsticos de E. Trias, y yo lo hago, pero le comprendo. Personalmente me catalanic¨¦ siendo adulto, pero nunca me he decidido por pasarme a escribir en catal¨¢n, aunque afirmo mi catalanismo.
Lo que plantea Trias no es pol¨ªtico, sino cultural. Cuando en su Catalunya Ciutat postula una catalanidad laica, la contrapone a lo que ¨¦l denomina ruralismo. Es una apuesta por la civilitat dorsiana.
Conozco bien el tema porque he analizado la premodernidad pujolista frente al maragallismo medi¨¢tico. El mismo Baltasar Porcel reconoc¨ªa que Maragall ha logrado crear una "impresi¨®n de magnificencia en lo que dice y hace. Mientras la Generalitat no ha logrado transmitir esa impresi¨®n a la opini¨®n".
Profesor Culla, no es preciso recurrir a la nostalgia lerrouxista para posicionar a Eugenio Trias. Aunque mi abuelo no estuvo lejos de ello (UNFR),`porque el doctor Tarruella era intelectual, republicano y laicista. ?sa es la historia real de Catalu?a. Compleja y contradictoria. Sin dogmas.
?Ah!, y si nos dejamos de monsergas nominalistas, el actual nacionalismo moderado es como el de Camb¨®: regionalista. Lo que supone biling¨¹ismo pr¨¢ctico y filomonarquismo.
Aunque no he seguido en detalle el debate, me permito aconsejar el esp¨ªritu conciliador de Joan Rigol (presidente de Uni¨®) sobre tales antagonismos. No cometamos el error que expuls¨® de nuestra tierra a Eugeni d'Ors por un qu¨ªtame all¨¢ esas pajas. No podemos perder a nadie por un impulsivo exceso ret¨®rico como la referencia a Karadzic y C¨ªa.
M¨¢s que hablar del pasado,. hay que convivir hoy. Y eso va bien, con las inevitables limitaciones de los rifirrafes de la lucha por el poder y sus abusos. Por m¨¢s que de ello, al final, a la historia pasar¨¢ muy poco.
Vamos. Menos historia y m¨¢s presente. Menos esencia y m¨¢s existencia, que la vida es paradoja. Abandonemos el simplicismo de la historia.-
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