Dos desaparecidos de la democracia

. Jos¨¦ Ignacio Lasa Artano y Jos¨¦ Antonio Zabala Ar¨®stegui, de 20 y 22 a?os de edad, respectivamente, desaparecieron sin dejar rastro a primera hora de la madrugada del domingo 16 de octubre de 1983, en Bayona, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Su secuestro no fue denunciado a la polic¨ªa francesa hasta el lunes siguiente. El caso qued¨® en el m¨¢s espeso misterio, rodeado de informaciones contradictorias y hasta pintorescas, insinuaciones y sospechas sin verificar.

?nicamente se sabe quienes explotaron la informaci¨®n que presumiblemente se les arranc¨® en los interrogatorios. Primero los GAL, el 28 de diciembre siguiente, con el asesinato de Mlkel Goikoetxea, Txapeta, en San Juan de Luz; y despu¨¦s la Guardia Civil, que desencaden¨® tres meses despu¨¦s en la comarca de Tolosa (Guip¨²zcoa), de donde eran Lasa y Zabala, una gran redada en la que cayeron simult¨¢neamente miembros de ETA militar y ETA pol¨ªtico-militar. A caballo de ambas rganizaciones hab¨ªan estado los desaparecidos, antes de inclinarse por la primera.

Al igual que en el intento de secuestro el 18 de octubre del mismo a?o de Jos¨¦ Mar¨ªa Larretxea Go?i, un dirigente de ETA pol¨ªtico-miitar, el objetivo parece evidente. Se trataba de conseguir informaci¨®n sobre el paradero del capit¨¢n de Farmacia Alberto Mart¨ªn Barrios, secuestrado por un grupo residual de ETA p-m en Bilbao el 5 de octubre de 1983.

El n¨²cleo de los octavos se jugaba su supervivencia, cuando el grueso de los poli-milis hab¨ªa decidido abandonar las armas y aceptar la reinserci¨®n social, y lanz¨® un desaf¨ªo de grandes proporciones al Gobierno. Exig¨ªa la difusi¨®n ¨ªntegra por Televisi¨®n Espa?ola de un comunicado denunciando ajos, tribunales militares, que iban, a juzgar a un comando de ETA p-m por el asalto al cuartel de Berga, (Lleida).

El comunicado pas¨® a ser lo de menos. Algunos diarios vascos y EL PA?S optaron por publicarlo ¨ªntegro, por razones humanitarias, en un intento de salvar la vida del reh¨¦n. Pero el Gobierno opt¨® por la l¨ªnea dura, se neg¨® a aceptar las condiciones de los terroristas y ofreci¨® difundirlo en RTVE despu¨¦s de la liberaci¨®n del capit¨¢n farmace¨²tico. Mart¨ªn Barrios fue asesinado de un balazo en un bosque pr¨®ximo a Bilbao el 18 de octubre.

Un dato evidente, desde el primer momento del secuestro, fue que Lasa y Zabala no pod¨ªan saber nada de Mart¨ªn Barrios. Fueron capturados por error. Los secuestradores, presumiblemente el mismo comando de mercenarios que luego secuestr¨® a Segundo Warey, ten¨ªan localizado un coche, un Renault 4 L, de color verle, con matr¨ªcula de Guip¨²zcoa, SS 3590 M.

Los dos j¨®venes de Tolosa no utilizaban habitualmente ese coche, cuyo titular era Mariano Mart¨ªnez Colomo y que fue dado de baja en Tr¨¢fico el 25 de junio de 1990. De Mart¨ªnez Colomo no existe informaci¨®n en los archivos ex policiales espa?oles.

El autom¨®vil estaba aparcado frente a un front¨®n en el casco viejo de Bayona, en la calle Tonneliers. Seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n, en los meses precedentes hab¨ªa sido utilizado por miembros de ETA p-m que luego pasaron a ETA militar. Por eso fue identificado. Lasa y Zabala se lo pidieron al matrimonio de exiliados que lo usaba en aquel momento para ir el domingo, a las fiestas de Arrangoitze y ¨¦stos, al despedirse, les echaron la llave por la ventana.

La investigaci¨®n posterior, cuando el coche fue encontrado aparcado en el mismo lugar de Bayona y sin rastro de Lasa y Zabala, revel¨® que los secuestradores hab¨ªan inutilizado el arranque. Dentro se encontraron la cazadora color Burdeos que llevaba puesta Zabala, diversos papeles, un puro roto y un mech¨®n de cabellos casta?os en el suelo. La puerta del conductor y el maletero estaban cerrados sin llave.

La b¨²squeda policial fue in¨²til, aunque los franceses relacionaron la desaparici¨®n con el intento de secuestro de Larretxea, dos d¨ªas despu¨¦s. Un agente de la Polic¨ªa Judicial de Bayona interrog¨® en la prisi¨®n de Pau al menos a dos de los participantes en el secuestro fallido del dirigente de ETA p-m. Tanto el inspector Jes¨²s Alfredo Guti¨¦rrez Arg¨¹elles como el capit¨¢n de los GEO Javier L¨®pez Mallen aseguraron haberse enterado de la desaparici¨®n de los dos j¨®venes tolosarras por los peri¨®dicos cuando ya estaban detenidos en Francia.

Pasados dos meses, el asesinato por los GAL de Txapela hizo a algunos pensar en Lasa y Zabala. El domicilio de MikeI Goikoetxea era conocido por muy pocas personas. Los dos desaparecidos sab¨ªan d¨®nde viv¨ªa porque, poco antes de su secuestro, le hab¨ªan ayudado a trasladar los muebles.

Pasado otro mes, a mediados de enero, la Guardia Civil desencaden¨® una redada de grandes proporciones en la comarca de Tolosa. En su momento se calific¨® aquella operaci¨®n de "especial", sin que consten los motivos. Fueron detenidos simult¨¢neamente miembros de ETA militar y pol¨ªtico-militar.

Mucha gente recuerda en la zona aquella, redada. Fue la primera en la que se aplic¨® la ley de Asistencia Letrada. al Detenido que imped¨ªa a los acusados de delitos terroristas designar abogado de confianza y les obligaba a ser asistidos por uno de oficio.

El segundo motivo por el. que aquella redada qued¨® en el recuerdo fue la conclusi¨®n pr¨¢cticamente un¨¢nime entre los detenidos y sus allegados de que la informaci¨®n, minuciosa, detallada y ciabriendo todos los frentes, s¨®lo pod¨ªa haber partido de Lasa y Zabala. "Bajo horribles torturas", se dec¨ªa en voz baja. El contenido de las autopsias confirman que los dos j¨®venes fueron sometidos a salvajes tormentos como arrancarles las u?as de manos y pies. Brutalmente presionados para que revelaran algo que ignoraban, el paradero de Mart¨ªn Barrios, el final fue la muerte. Lo dem¨¢s est¨¢ en la penumbra. Se dijo que hab¨ªan sido trasladados a Espa?a en barco y entregados en Hondarribia (Guip¨²zcoa), pero el origen de esta informaci¨®n es una vidente a la que recurrieron amigos de los desaparecidos. El gal Daniel Fern¨¢ndez Ace?a, adem¨¢s de acusar al ex legionario Pedro S¨¢nchez y a Mohand Talbi -secuestradores -de Marey-, reconociendo qu9 lo hace de o¨ªdas, ratifica el traslado en barco y afirma que uno de los secuestrados "se les fue de las manos" a quienes le interrogaban al ser obligado a ingerir grandes dosis de drogas. El otro habr¨ªa sido asesinado a continuaci¨®n.

Otros indicios resultan menos misteriosos, pero siguen indescifrados. Diario 16 public¨® el 18 de noviembre de 1983, un mes, despu¨¦s de la desaparici¨®n una cr¨®nica que inclu¨ªa el siguiente p¨¢rrafo: "En c¨ªrculos generalmente bien informados de la capital se asegura que, tras proceder a la interceptaci¨®n y posterior interrogatorio de los dos refugiados vinculados a ETA militar, sendos grupos de los GSE [Grupos de Servicios Especiales] de la Guardia Civil regresaron al territorio nacional. Como se sabe, aunque el destino de los hombres est¨¢ marcado en las estrellas siempre puede ser anticipado".