La segunda autopsia no ofrece ninguna duda

Francisco Echeberr¨ªa, uno de los m¨¢ximos expertos en medicina forense y profesor del Instituto de Criminolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, no ten¨ªa confianza alguna en poder identificar los cad¨¢veres de Lasa y Zabala ni percib¨ªa esa seguridad en sus familiares."Cuando me llamaron, hace una semana, supuse que, dado el tiempo transcurrido, no podr¨ªamos llegar a grandes conclusiones. Luego, todo ha resultado m¨¢s f¨¢cil porque los restos estaban bastante completos y he trabajado sin problemas. No tengo ninguna duda de que pertenecen a Lasa y Zabala. Las pruebas gen¨¦ticas de los ADN y las criminol¨®gicas permitir¨¢n saber qu¨¦ pas¨® exactamente", explica.

A juicio de Echeberr¨ªa, los supuestos activistas etarras murieron a tiros, realizados a corta distancia. Dos balazos acabaron con la vida de Zabala y uno con la de Lasa, si bien, de acuerdo con el informe elaborado por el forense Antonio Br¨² en 1985, cuando se descubrieron los cuerpos, ambos fueron sometidos previamente a torturas. En el mismo s¨®lo se mencionaba una herida por arma de fuego, que aparec¨ªa localizada en el cuerpo de Zabala. Echeberr¨ªa duda mucho de que la ausencia de la mayor parte de las u?as permita concluir, como se ha hecho, que los asesinos se las arrancaron durante las sesiones de tortura.

En definitiva, el profesor Echeberr¨ªa se remite al escalofriante informe de hace diez a?os, en el que la existencia de torturas y graves lesiones parece acreditada, entre otros datos, por los ap¨®sitos, las vendas y las gasas que aparecieron junto a los cad¨¢veres, desnudos, maniatados y amordazados.