La escritora Germaine Greer utiliza su propio testimonio de mujer violada en favor de la denuncia del delito

En defensa de su tesis de que las mujeres violadas deben denunciar abiertamente el ataque sufrido, la escritora feminista Germaine Greer rompi¨® el lunes con su propio voto de silencio para relatar en su habitual columna en el diario brit¨¢nico The Guardian la violaci¨®n de que fue objeto en Melbourne, en 1958, cuando acababa de cumplir los 19 a?os.La escritora australiana residente en el Reino Unido se ha decidido, "despu¨¦s de pasar varias noches sin dormir", a aportar su propia experiencia para reforzar una tesis que ha provocado el furor de los movimientos feministas en lucha contra las violaciones. La intenci¨®n de Greer es, ni m¨¢s ni menos, que desmitificar el horror del ataque sexual, evitar que siga provocando verg¨¹enza en las mujeres que lo sufren. Equipararlo en suma a cualquier otra humillante agresi¨®n en la que el d¨¦bil sufre a manos del fuerte.

Para la escritora, que esta vez habla por propia experiencia, no es el aspecto sexual del ataque lo m¨¢s perturbador, sino su componente de violencia. "No s¨¦ si lo que me ocurri¨® a m¨ª fue peor que lo que le ocurre a cualquiera que es tratado brutalmente por alguien con m¨¢s fuerza y sin principios". De hecho, la intervenci¨®n de Greer viene a atizar la llama de una campa?a que se desarrolla en el Reino Unido cada vez con m¨¢s intensidad, que anima a las v¨ªctimas de delitos sexuales a no refugiarse en el anonimato. Pero hay algo en su teor¨ªa que ha provocado la indignaci¨®n de los grupos feministas que presionan por un endurecimiento de la legislaci¨®n sobre violaciones. Quiz¨¢ es la cruda idea, expresada por Greer en una anterior columna en el mismo peri¨®dico, de que no es posible que una mujer violada "sufra un da?o esencial en ning¨²n aspecto por el simple hecho de la presencia no deseada de un pene en su vagina". Afirmaci¨®n que resulta intolerable para las defensoras de una pol¨ªtica de mano m¨¢s dura contra este tipo de delitos.

Anne Neale, portavoz de Mujeres contra la Violaci¨®n, lamentaba ayer en The Daily Telegraph el da?o infligido por Greer al movimiento antiviolaci¨®n, "que lleva a?os intentando establecer el derecho de las mujeres a denunciar las violaciones y que se detenga a los violadores".